El Real Madrid no entiende nada: «Esto es lo que hay que soportar…»
El Real Madrid no entiende la polémica generada tras el arbitraje del duelo que les midió al Almería en el estadio Santiago Bernabéu
Los blancos creen que sin el VAR habrían sido claramente perjudicados por los errores del árbitro de campo
Incredulidad. Alucine. Asombro. Esa era la sensación en el vestuario del Real Madrid tras vencer, con un sufrimiento extremo, al colista Almería en el estadio Santiago Bernabéu. Si bien es cierto que los blancos jugaron muy mal en la primera mitad, en el segundo acto tiraron de corazón para remontar un encuentro donde el VAR fue protagonista, pero a pesar de lo que intentan hacer ver algunos, en vez de para mal, lo hizo para impartir justicia.
«Esto es lo que hay que soportar», decían en el vestuario del Real Madrid viendo las primeras reacciones tras el encuentro. Las primeras, las de los jugadores del Almería, que no dudaron a la hora de definir el duelo como un «robo». «Nos vamos con la sensación de que nos han robado el partido, así de claro. Creo que no se ha podido hacer más desde fuera para meterles en el partido. No hay por dónde cogerlo. Lo de hoy sobrepasa todos los límites. Los líneas nos han amenazado y encima pensarán que lo han hecho bien. Me duele mucho, pero la Liga está a años luz de la Premier», crítico con dureza Melero, ex canterano del conjunto blanco.
Por otro lado, Garitano, que fue expulsado, prefirió decir mucho con muy poco, aunque dejó una reflexión muy grave en medio de su intento de no quejarse demasiado: «Yo no suelo hablar nunca de los árbitros, pero este partido lo ha visto todo el mundo y no es la primera vez que me pasa esto aquí. Luego nos sancionan por hablar, mi opinión no sirve de nada. Qué quieres que te diga. No tengo palabras para describir lo que pasado hoy».
Ante tantísimas quejas, en el Real Madrid entendieron rápido que iban a tener que tener paciencia. «Lo que nos espera», aseguraban desde el vestuario madridista, mientras que Ancelotti, en rueda de prensa, no duda en confirmar que está preparado para aguantar que se diga que su equipo ganó al Almería por el árbitro.
Tres errores, tres aciertos
La realidad es que desde el Real Madrid no entienden tantas quejas cuando el extremeño Francisco José Hernández Maeso, árbitro del encuentro, cometió tres errores que si no llega a ser por Alejandro José Hernández Hernández, que estaba en el VAR, los blancos hubiesen sido los grandes perjudicados de la contienda. En la entidad madridista entienden que se quejan de tres aciertos, por lo que no terminan de comprender tanto escándalo.
La primera acción fue por una mano en el área del Almería. Kaiky saltaba con Joselu buscando despejar un centro y el balón le impactaba claramente en su brazo, que estaba extendido. Tras ver la acción, Hernández Hernández llamó al colegiado para que acudiera a verlo y el extremeño pitó penalti. El propio Bellingham sería el encargado de recortar distancias en el marcador. Era mano y, por lo tanto, pena máxima.
En la segunda, el canario desde Las Rozas tuvo que intervenir para bajar del marcador el 1-3 de Arribas. Hernández Maeso no había visto, pese a estar justo enfrente de la acción, una clara falta de Lopy a Bellingham por un manotazo en la cara en una disputa. Una falta que anulaba todo lo de después y, por tanto, el gol del canterano madridista. Le golpeó en la cara y, por lo tanto, era infracción.
Por último, Vinicius marcó el que era el gol del empate a dos, pero Hernández Maeso y su asistente entendieron que había mano del futbolista brasileño en el remate. De hecho, se señalaba el codo para explicar el motivo por el que anulaba el tanto. De nuevo, le llamaban desde Las Rozas para revisar la jugada. En las repeticiones queda claro que al madridista no le pega en el codo, sino que el balón parece que le da en una zona límite entre el deltoides y el bíceps. Al final, concedió el gol y, por lo tanto, volvió a acertar.
De hecho, el Real Madrid se puede quejar de una dura entrada que sufrió Bellingham y que se quedó sin castigo. Corría el minuto 36 cuando el jugador del Real Madrid sufrió una dura entrada. El inglés dio un pase en el centro del campo y sufrió un pisotón en la cara interna de su tobillo derecho. Aunque el colegiado estaba a poco más de un metro de la acción, dejó seguir y no sancionó una acción que era merecedora de tarjeta.
Bellingham se quedó en el suelo tendido, doliéndose de su tobillo. Cuando terminó la jugada y el juego se detuvo, el británico no dudó en reclamarle al árbitro que no hubiera ni siquiera indicado falta, mostrándole su media, que estaba ensangrentada y con la marca de los tres tacos en su tobillo.
El doble rasero contra el Real Madrid
En el Real Madrid también recuerdan de donde vienen, que no es de otro sitio que de un Metropolitano en el que las acciones del madrileño, aunque colegiado en Baleares, Cuadra Fernández, perjudicó a los blancos en acciones claves del partido.
Primero, al no sancionar con segunda amarilla y, por lo tanto, expulsión, un pisotón de Rodrigo de Paul sobre Carvajal. En un primer momento, se echó la mano al bolsillo, pero a ver quién era el infractor rectificó. La gravedad del asunto es absoluta.
Más tarde, con el Real Madrid buscando el empate en el tiempo extra, Ceballos encontró un balón suelto en el área que terminó dentro de la portería, pero el asistente pitó fuera de juego al entender que Bellingham está adelantado. La imagen del VAR no es correcta, ya que la detienen cuando el balón ya ha salido de la bota de Kroos, y, por lo tanto, el inglés ya está adelantado, aunque si la hubiesen parado milésimas antes, en el momento correcto, sí sería legal.
Incluso, desde el Real Madrid recuerdan que Bellingham pudo ser víctima de un penalti durante los 90 minutos, pero esa imagen, durante el partido, no se vio en ningún momento repetido. Sí salió horas después del encuentro. Como era de esperar, tras este choque nadie habló de escándalo ni entrenadores de otros equipos cuyos equipos estaban a punto de empezar un partido, como Xavi Hernández, hicieron referencia a lo que ocurrió en el Metropolitano. Esta vez, el catalán, sí opinó sobre un arbitraje que, probablemente, ni pudo ver.