Liga Santander: Real Madrid - Granada

Un Madrid en servicios mínimos

Victoria trabajada y fea, gris y eficaz, del Real Madrid ante el Granada gracias primero a un gol de Casemiro en la segunda mitad que abrochó un gran centro de Asensio y a un tanto postrero de Benzema sobre la bocina. El equipo de Zidane jugó en servicios mínimos un partido que, al contrario de lo que ocurrió en Ipurua, fue turrón del duro.

Zidane insistió con los mismos jugadores que habían salido en los últimos tres partidos del Real Madrid. Sólo un cambio con respecto a los que jugaron (y muy bien) frente al Eibar. Entraba Valverde y salía el tocado Modric. Repetían los otros diez que jugaron en Ipurua. Las rotaciones para Zizou pasaron al olvido como Felipe González para el PSOE.

El Granada salió con ganas de asaltar el Di Stéfano. Y Varane como si fuera el día del Manchester City. Regaló una pelota ante la presión de Kenedy a los 35 segundos del partido. La asistencia del extremo del Granada encontró la llegada de Puertas, que no fue capaz de conectar su disparo con un bote pronto que se envenenó.

Respondió el Real Madrid con una contra que culminó Benzema, tras un gran control, con un disparo que se estrelló contra el lateral de la red de la meta del Granada. Había salido acelerado el partido, con un punto de vértigo poco navideño pero muy de agradecer para el espectador.

Fue un espejismo. Pronto se paró el partido y entró en un cierto ritmo pausado y cansino. Se replegó el Granada, bien ordenado, como un acordeón, primero arriba y luego abajo. Le empezó a costar al Real Madrid dominar el equipo de Diego Martínez, bien entrenado y bien trabajado de atrás hacia adelante.

Un partido insulso

Pasaron los minutos y los de Zidane no encontraron los caminos al área del Granada. Se atascó el Real Madrid como la M-30 en hora punta. No hubo nada destacable en más de media hora, lo único una lesión de Rodrygo después de una acción de Foulquier en la que desequilibró al delantero brasileño del Real Madrid.

Ni una sola vez probaron los de Zidane los guantes de Rui Silva, así de malo fue el primer tiempo del Real Madrid. Tampoco hizo mucho el Granada y por eso nos fuimos al descanso con un triste 0-0. La tuvo Benzema en la jugada postrera de la primera parte, pero no acertó con la portería en un disparo desde la frontal.

Se había consumido una primera parte triste y fea, sin ocasiones, con poco fútbol y con una jugada polémica de Casemiro sobre Yangel en el área que pudo haber sido penalti si el colegiado o el VAR hubieran entendido. No lo pitó, protestaron los granadinos y la jugada se fue al limbo. Se llegó al descanso con 0-0 en un partido insulso, soso, insípido, un espejismo de lo que habíamos visto unos días antes en Eibar.

De salida en la segunda mitad apretó el Real Madrid, como si de golpe le hubieran entrado las prisas por marcar. Los de Zidane tuvieron cuatro ocasiones seguidas en 20 segundos. Un maravilloso taconazo de Asensio al palo en el 54, seguido de tres ocasiones de Benzema y Lucas en sendos rechaces. El Madrid masticaba el gol, lo rumiaba… hasta que lo consiguió.

Casemiro abre la lata

Fue en el 57 en una jugada coral que inició Kroos con una diagonal en el centro del campo, controló bien Mendy, abrió para Asensio, que la puso medida al área. Allí emergió Casemiro entre rivales, se sostuvo en el área como si para el no rigiera la ley de la gravedad, y marcó el 0-1 para el Real Madrid.

El tanto calmó el ímpetu de los blancos y también la ambición de un Granada al que se le cayeron de golpe todos los planteamientos previos. El Real Madrid se sentía cómodo con el 1-0 y con un Asensio que empezaba a encontrar su sitio en el campo. Estábamos ya en el 70 y los blancos parecían tener el partido bajo control.

No creaban demasiado peligro pero tampoco lo necesitaban. Revisó el VAR una acción de Casemiro en el área que no era nada y no se pitó. Era el minuto 76 y el Real Madrid empezaba a tontear con el resultado. Zidane hizo doble cambio: Isco y Vinicius por Valverde y Lucas Vázquez. La forma del malagueño estaba muy lejos de la de un figurín. Si comprara en El Corte Inglés tendría que ir a la sección de tallas grandes.

A favor del Real Madrid corría el reloj, que marcaba apenas seis minutos más el alargue por delante. Lo intentó el Granada en los minutos finales pero sin ímpetu ni acierto. Resistió el campeón, que tuvo el 0-2 en las botas de Isco, al que no le acompañó su enorme cuerpo. La falló y con esa ocasión se iba a terminar un partido aburrido y tostón en el que el equipo de Zidane consiguió una victoria sufrida y fea, también merecida, que abrochó Benzema con el 2-0 sobre la bocina. Un resultado demasiado grande para un partido demasiado pequeño.

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