Champions League: Real Madrid - PSG

La noche de Mbappé en el Bernabéu: ovación, reencuentro con Zidane y gol

Mbappé centró muchas de las miradas en el Santiago Bernabéu. El francés

El gran deseado llegaba al Santiago Bernabéu para vivir su segunda gran noche europea en Chamartín. La primera fue hace dos años, con la mayoría de edad recién superada, siendo más promesa que realidad y en octavos de Champions. En esta ocasión la magnitud del encuentro no era la misma, pero Kylian Mbappé ya sí se puede decir que es uno de los mejores futbolistas del planeta y, sobre todo, el jugador por el que suspira la cúpula, Zidane y una afición que lejos de pitarle cuando fue presentando en los prolegómenos del encuentro se llevó aplausos.

La pelota rodaba por el césped del Santiago Bernabéu y cada vez que la tocaba Kylian se escuchaba el murmullo. El miedo. Mbappé arrancaba por la derecha. Tuchel y él pensarían que atacar a Marcelo iba a generar más problemas al Real Madrid que intentar entrar por un flanco zurdo en el que se iba a topar una y otra vez con Fede Valverde y Carvajal. En el comienzo, también tenía tiempo de pasar cerca de un Zidane que no dudó en darle la mano, cosas de enamorados. Pero volviendo al fútbol, el deseado no se sentía cómodo. Marcelo sufría, pero con las ayudas de Sergio Ramos sobrevivía. Viendo que por esa zona poco iba a tener que hacer y tras el gol de Benzema, tomó la decisión de cambiar de lado.

El público ya no le aplaudía y sí le pitaba cada vez que tocaba la pelota, como tratándole de enseñar como son las noches europeas por el Paseo de la Castellana. Con el cambio de banda ejecutado, las cosas no mejoraron para Mbappé. De hecho, hasta el minuto 35 no gozó de la primera gran oportunidad del encuentro. Kylian tiró de potencia, combinó con Di María y armó el disparo, aunque se encontró a un bien colocado Courtois que envió la pelota a córner.

Tras el paso por el vestuario se reencontró con su socio Neymar, que había comenzado el encuentro en el banquillo. Pero la cosa no mejoró. Mbappé no estaba teniendo su noche en el Santiago Bernabéu. Sufría, no tocaba la pelota y se iba diluyendo como un azucarillo en la que tenía que ser su gran noche, la de demostrar que sí, que por él merece la pena hacer locuras. Aunque el fútbol todavía le tendría guardada una sorpresa para que se fuese de Madrid con una sonrisa.

Justo después de recibir el segundo gol del Madrid, en la réplica madridista Varane estaba torpe, engañaba a Courtois y Mbappé recortaba distancias rematando a puerta vacía. Después, sin merecerlo, llegó el empate de Sarabia haciendo aún más bueno su gol. Y al final tuvo la última para ganar y todo, pero no estuvo acertado.

Con la sensación de que se había dejado muchas cosas que demostrar, pero con un gol en su cuenta, abandonó el césped del Bernabéu diciendo hasta luego, porque volverá en algún momento, aunque quién sabe si en su regreso ya vestirá la camiseta blanca.

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