Así vivió Zidane el partido ante el Sevilla: manos en los bolsillos, charlas con Bettoni y sólo un cambio
El Real Madrid se hizo con la victoria ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán y permite a Zinedine Zidane respirar tras varios días sufriendo duras críticas. El galo optó por una propuesta conservadora tras el solitario gol anotado entre Vinicius y Bono y sólo hizo un cambio en el choque
Zinedine Zidane puede respirar tras la victoria del Real Madrid en el Sánchez Pizjuán. El técnico francés coge aire en un periodo de crítica y impone un resultado positivo en una cancha de máxima dificultad para acallar a aquellos que incluso piden su destitución. Zizou sabía lo que se jugaba y se le vio nervioso, consultando constantemente a Bettoni y muy serio, hasta en el gol merengue. Además, si bien su dirección de campo resultó positiva una vez terminado el encuentro, extrañó que sólo se decidiera por hacer un cambio, con la entrada de Asensio en el partido por Rodrygo Goes.
El Sánchez Pizjuán se asomaba como un escenario de importancia máxima para Zizou. El técnico hizo gala de un semblante serio desde el pitido inicial, posterior a su saludo cordial con el técnico rival, Julen Lopetegui. Ataviado con chaqueta y pantalón de traje, bajo los que escondía un jersey para combatir el frío, Zidane no se olvidó de las zapatillas para completar el atuendo, necesarias también vista la maratón de nervios que le esperaba en el choque.
La alineación inicial del galo, como casi siempre, dejó sorpresas. Rodrygo y Vinicius tomaban un puesto en el once de Zidane, mientras Lucas y Nacho seguían contando con la confianza de su ‘jefe’ en el papel de soldados que tantos réditos le ha dado al Real Madrid. La columna vertebral, a falta de Ramos –Varane, Casemiro, Kroos, Modric, Benzema–, también aparecía en escena ante el Sevilla.
El partido comenzó con ocasiones para el Real Madrid, dos muy claras en los primeros cinco minutos, ante los que Zidane no ocultaba su nerviosismo, aunque sin gesticular. El francés se movió más que algunos jugadores en los primeros 45 minutos, en los que recorrió el área técnica en repetidas ocasiones, siempre concentrado y con un ritmo de arriba-abajo de puro box to box. Sus charlas con Bettoni no eran sino una pausa para continuar con su hiperactividad, a la espera de un gol de su equipo que merecería, pero no llegaría hasta la segunda mitad.
Vinicius responde, los soldados también
Vinicius, con la inestimable ayuda de Bono –o viceversa– iba a abrir el marcador para alegría del Real Madrid… y de Zidane. Uno de los jugadores que más dudas levanta en el técnico le daba aire en un encuentro de máxima complicación. La reacción había llegado en los minutos anteriores, con Asensio calentando para dar frescura en las bandas, ya sin el ritmo vertiginoso de la primera mitad.
El técnico celebraba con medida, consciente de todo lo que quedaba de juego, y pidió un paso atrás a sus centrocampistas, pasando a un repliegue que, eso sí, no impedía que el Madrid mantuviese las opciones de generar peligro de cara a la meta rival. Zidane volvía, por enésima ocasión, a hablar con Bettoni en pos de algún cambio que diera algo nuevo a un equipo que aguantaba, pero estaba siendo dominado por un Sevilla volcado hacia área rival.
Ambos especularon, pero la decisión final fue la de no mover el árbol, confiando en unos activos enchufados, pero ya cansados en su mayoría. El oficio y la experiencia de los soldados de Zidane hizo el resto para sobrevivir y atar una victoria de mínimos, en términos de gol y sustituciones, pero que supone tres puntos a modo de salvavidas para el entrenador madridista.