Tottenham – Liverpool: Dios salve al campeón

El Liverpool y el Tottenham teñirán las gradas del Metropolitano de rojo y blanco. Lo habitual en el estadio del Atlético de Madrid. Pero está vez no es por honor al equipo anfitrión de esta final de la Champions League, sino por los colores de los dos equipos que han conseguido llevar a Inglaterra a tocar el cielo en esta edición.

Madrid se ha engalanado para acoger una final sin equipos españoles cinco años después. La competición busca al campeón de la Champions de las remontadas y de la ilusión. La ilusión de dos equipos que pase lo que pase ya han hecho historia. Los spurs clasificándose para su primera final de la Liga de Campeones y los reds tras haber firmado un resultado inolvidable en Anfield contra el Barcelona.

El Liverpool se enfrenta a su segunda final de Champions consecutiva, con la idea de hacer olvidar la derrota del pasado año frente al Real Madrid en Kiev. El equipo inglés ha hecho una excelente temporada, pero ha visto como la Premier League se le escapaba en el último suspiro, al quedar segundo a un solo punto del ganador el Manchester City.

Además, Klopp disputa su particular batalla contra las finales. Tres jugadas… y tres perdidas. El considerado por muchos mejor entrenador actual se ve lastrado por su reputación de perdedor en el partido decisivo. Y es que desde su primera hazaña inacabada en la más prestigiosa de las competiciones continentales con el Borussia Dortmund en 2013, y su llegada al banquillo del Liverpool en 2015, el técnico ha caído derrotado en la final de la Europa League contra el Sevilla en 2016 y el año pasado contra el Real Madrid en Kiev.

La maldición contra el milagro

Enfrente está un milagro llamado Tottenham. Y la gran culpa de ese milagro se llama Mauricio Pochettino. Los spurs están ante el partido de sus vidas y dispuestos a «escribir la historia del fútbol», como decía el técnico argentino en la previa. 

Se mostraba claro y firme a la hora de hablar del choque y de la ilusión y cohesión del grupo que ha sido capaz de llegar al Wanda Metropolitano. No lo hacía, en cambio, cuando se refería a un Harry Kane que aterriza en la final sin disputar ni un sólo minuto desde la ida de los cuartos de final contra el Manchester City.

Ver al delante sobre el terreno de juego, sin duda, supondría una inyección de moral y juego añadidos para un equipo que ha finalizado cuarto en la Premier League y que tiene garantizada su participación en la máxima competición continental para el próximo año.

Liverpool o Tottenham, sólo uno puede ganar en el triunfo del fútbol inglés. Sólo uno puede tocar el cielo en la capital de España. Sólo uno puede escribir su nombre en la historia y sentarse en el trono que durante 1.099 días ha ocupado el Real Madrid. Por ello, Dios salve al campeón.