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Courtois cumple dos sueños: jugar en el Madrid y volver con sus hijos

El fichaje de Thibaut Courtois por el Real Madrid ha confirmado lo que era un secreto a voces y que parecía encaminado a tener un final feliz. La historia de amor entre el internacional belga y el vigente campeón de Europa ha llegado a buen puerto y el jugador podrá cumplir sus dos grandes sueño: vestir la camiseta del vigente campeón de Europa y regresar junto a su familia.

El gran motivo por el cual Thiabut buscaba salir del Chelsea y firmar por el Real Madrid es volver a estar cerca de sus hijos, a los que tiene muy limitado ver ya que viven con su madre, separada de Courtois desde hace algo más de un año y que reside en la capital de España. La lógica dictaba que el Atlético, donde jugó tres años como cedido, debía ser su destino, pero la competencia de Oblak le cerraba la puerta y el cancerbero, en todo caso, prefería jugar en el vigente campeón de Europa, actual referencia a nivel mundial del deporte rey.

Los ofrecimientos de Courtois no han resultado irrespetuosos con el Chelsea, pero la negativa a renovar un contrato que finalizaba en 2019 auguraba un final que ha resultado inevitable. La cercanía del fin de su vinculación con el equipo londinense, además, provocó una devaluación de su precio, una auténtica ganga para el Madrid teniendo en cuenta el nivel mostrado por Thibaut en los últimos años.

Courtois es el prototipo de portero –en cuanto a nivel– que buscaba el Real Madrid desde hace tiempo, pero no era la primera opción que manejaba la cúpula de la entidad madridista, que tenía en David de Gea a su anhelado objetivo para ocupar la meta del Santiago Bernabéu. El cancerbero del Chelsea dejaba alguna duda en la dirección deportiva, relacionada con una supuesta debilidad en los balones por bajo, pero las dificultades a la hora de contratar a De Gea y a Oblak –el otro preferido–, unidas al notable Mundial del belga han hecho que en el club hayan terminado por convencerse de que traer a Thibaut era la mejor decisión.

El montante de la operación, además, no hace sino confirmar la buena decisión tomada desde el Real Madrid. Un portero consolidado entre los mejores del mundo y con una edad, 26 años, en la que muchos de los cancerberos se están adaptando aún a la élite, que llega al campeón de Europa por una cantidad inferior a los 50 millones de euros, y menos del doble de lo que pedían Manchester United y Atlético de Madrid por De Gea y Oblak.