Carla Suárez roza la victoria ante Stephens en su regreso tras superar el cáncer

El periplo de Carla Suárez en Roland Garros llegó a su fin con una derrota más que dulce. La tenista canaria visitó uno de los únicos contextos en los que el deportista profesional gana pese a perder, y lo hizo con su regreso a las pistas de tenis en torneo oficial, todo un Grand Slam, tras superar un cáncer. Carla, que el pasado verano daba a conocer que sufría un Linfoma de Hodygkin, saltó a la pista en París dispuesta a darlo todo y a punto estuvo de llevarse la victoria frente a Sloane Stephens, con la que claudicó en tres mangas (3-6, 7-6, 6-4). 

Visiblemente cansada por el esfuerzo de casi dos horas y media de juego, Carla se marchó de Roland Garros por la puerta grande, siendo una de las jugadoras más aclamadas de la jornada por su simple presencia y el ejemplo de superación que ha brindado a todo el mundo con su lucha contra el cáncer.

El inicio de Carla en el partido llevó a lanzar las campanas al vuelo a aquellos que querían verla ganar al menos una vez más en Roland Garros. Cuartofinalista en 2008 y 2014, la tenista isleña tiene en el Grand Slam parisino a su torneo preferido, y con 32 años, posiblemente su último encuentro en él como profesional. Suárez anunció hace más de un año que este sería el último en activo, algo eclipsado por el cáncer detectado en julio, y que convierte la historia si cabe en más emotiva.

Suárez rozó con la yema de los dedos la victoria, pero en el tie-break del segundo set, tras vencer el primero, Stephens pudo romper la igualdad manifiesta entre ambas tenistas y forzar una tercera manga en la que, más fresca que una Carla presa de la inactividad, se llevaría el gato al agua por meros detalles. La victoria tangible y el acceso a segunda ronda de Roland Garros es para Sloane, finalista en 2018, pero el triunfo moral y el aplauso del mundo del tenis es para Carla Suárez Navarro.