Bale, obsesionado con Cardiff

La temporada de Gareth Bale no ha sido precisamente la mejor desde que llegara al Real Madrid. Aunque empezó el curso en un estado de forma espectacular, el galés fue perdiendo fuelle por culpa de las lesiones, que le han mantenido apartado del grupo cerca de cuatro meses. Es por ello que el galés busca redimirse en su ciudad natal, Cardiff, de las dudas surgidas a lo largo de la temporada.

Bale arrancó la presente temporada como terminó la anterior, de una forma increíble. En verano lideró a su selección hasta las semifinales de la Eurocopa, donde cayó frente a la Portugal de Cristiano. Con la lesión del luso, abanderó al Real Madrid en el inicio del campeonato, haciendo un doblete en Anoeta en la primera jornada.

Se las prometía muy felices el británico, hasta que aparecieron -de nuevo- las lesiones. Primero fueron los tendones peronéos, que le obligaron a operarse en Londres, algo que le mantuvo fuera de los terrenos de juego cerca de dos meses y medio. A su vuelta, no llegó a alcanzar un buen ritmo de competición y unas continuas molestias musculares le hicieron llegar muy forzado al Clásico.

Sacarle de inicio frente al Barça fue sin duda uno de los pocos errores de Zidane esta temporada. El técnico se había caracterizado por no arriesgar nada con sus jugadores, siempre ha considerado que es preferible que el jugador esté al cien por cien a que fuerce, como ya demostró con Cristiano. Sin embargo, en esta ocasión se fió de las palabras de Bale… y duró 36 minutos en el césped. Se resentía de su sóleo y estaría el resto de la temporada de nuevo de baja.

Bale será suplente en la final, o eso piensa Zidane a día de hoy. Los últimos partidos disputados por Isco le han abierto las puertas de una titularidad de la que será difícil echarle. Pero Bale juega en casa, en su ciudad y ante su público. Y quiere sacarse contra la Juve la espina clavada de una temporada en la que se pudo consagrar y de nuevo sus lesiones no se lo permitieron. Gareth sólo piensa en Cardiff.