Así juega River: un equipo rocoso y duro, pero sin talento

El River Plate que afrontará la final del Mundial de Clubes contra el Barcelona poco tiene ya que ver con el sólido equipo que arrasó en Sudamérica en la temporada 2014-15. Los argentinos realizaron un año que quedará para siempre en los registros como el primer equipo en la historia de la Conmebol que levanta la Copa Sudamericana, la Recopa y la Copa Libertadores en un mismo ejercicio, un equipo de leyenda que ha ido desmembrándose lentamente. Funes Mori, Teófilo Gutiérrez, Pezzella, Cavenaghi… Los grandes artífices del éxito reciente millonario emigraron a Europa tentados por el mayor nivel competitivo.

A pesar de estas salidas, el equipo conserva su columna vertebral: Barovero, Maidana, Ponzio y Mora. Son jugadores expertos, curtidos en mil batallas, fieles a la filosofía de Gallardo y que lideran a la camada de jóvenes. Mención aparte merece Barovero, un arquero veterano, que conserva todavía bastante agilidad de su juventud y que ha salvado en numerosos partidos al conjunto riverplatense. Buen ejemplo de ello dio en el partido de semifinales contra el Sanfrecce. Cuando el equipo no funciona, ahí está el guardameta para salvar a los suyos.

La defensa, también clave en el éxito reciente del club, es otro de los sectores donde el equipo argentino ha perdido solidez. En el último tramo ha sufrido bastantes irregularidades. Casi con total seguridad esta línea estará formada en la final por Mercado –lateral incansable que se ha convertido en un fijo en la selección argentina del Tata–, Maidana –veterano de guerra, líder de la zaga–, Balanta –joven promesa que precisamente ha seguido muy de cerca estos años el Barcelona y que aún tiene que pulir algunos errores– y Vangioni –otro galgo para la banda izquierda–.

Si el medio campo del Barça destaca por jugadores que miman a la pelota, el argentino procesa más bien un estilo de trabajo. En el medio que alineará mañana El Muñeco Gallardo hay dos conocidos de la Liga Española. Kranevitter, llamado a ser el heredero de Mascherano aunque con más clase, y que a partir de enero se unirá a las filas del Atlético de Madrid.  Y Ponzio, otro veterano currante que militó en España en las filas del Zaragoza. Por último, la línea la completará Carlos Sánchez, la representación de la garra y el empuje argentino.

Es en la delantera la zona donde El Muñeco tiene más dudas para la cita. Ante el Sanfrecce optó por incluir a Pisculichi, clave en las jugadas a balón parado por su golpeo, en lugar de Lucho González. Con el primero ganará en verticalidad y desborde, mientras que con el segundo ganará en posesión. Los otros dos compañeros que completarán la línea atacante serán Alario, autor del gol frente a los japoneses, y Mora, el goleador y figura del equipo.

River es un conjunto sólido, guerrero y solidario en sus esfuerzos. No va a tener reparos a la hora de meter la pierna. Los argentinos buscarán llevar el partido hacia su lado, con un juego más lento y brusco que imposibilite el toque dinámico del Barcelona. En cierta manera también provocado por el cambio de rumbo que tomó la liga argentina en la última década hacia un fútbol más próximo al Calcio que al juego de gambeta que siempre lo caracterizó.

Cierto es que en el último semestre ha bajado su rendimiento. Debido a las salidas que han sufrido y al desgaste que le provocó disputar tantos torneos. Los millonarios acabaron el último campeonato liguero en novena posición. Ha perdido 9 de los últimos 19 partidos. Frente al Sanfrecce local sufrieron más de lo previsto. La victoria ante el Barcelona parece poco probable, pero los argentinos apurarán sus opciones con la garra y el empuje que siempre los ha definido. La clave se hallará en juntar bien las líneas, concediendo pocos espacios a la creación de juego blaugrana y trabajando incansablemente desde el minuto 1 al 90. Sólo así tendrán un mínimo de opciones.