Adama Traoré: el día de la bestia

Por fin. Tras una lesión inoportuna en noviembre y un resultado no concluyente en el PCR que se realizó antes de la convocatoria de septiembre, lo que le privó de estar ante Alemania y Ucrania en dos compromisos de la Liga de las Naciones, Adama Traoré apunta a que por fin debutará como jugador español contra Portugal.

Con su presencia España adquiere a un jugador tremendamente potente, con un físico privilegiado y que marca las diferencia. A lo largo de nuestra historia no hemos tenido jamás un jugador como él. Una auténtica bestia al servicio del país que a sus 24 años quiere seguir dando pasos en su carrera.

Adama Traoré nació un 25 de enero de 1996 en Barcelona, al lado del Camp Nou, en la Maternidad. Español de nacimiento, pero con orígenes de Mali, su primer equipo cuando era un niño fue la Florida. De ahí pasó al Hospitalet, donde pronto llamó la atención. “Era una bestia. En edad benjamín le metíamos con el alevín y no desentonaba. Y sobre todo, es que tocaba muy bien el balón”, asegura José Luis García, coordinador del club catalán cuando Adama comenzaba su andadura en el fútbol, a OKDIARIO. Allí jugaba con su hermano Moha, que pasó por cantera del Espanyol. Los que mejor le conocen definen a Adama como “un joven con valores y apoyado en una familia muy buena”.

Su progresión fue de tal magnitud que el Barcelona no dudó en ficharle cuando tenía sólo 7 años. Sin utilizar las mejores formas, el club azulgrana se hizo con un jugador que lideró junto a Deulofeu, Grimaldo, Denis Suárez, Sergi Roberto o Rafinha una gran generación de jugadores. De hecho, llegó a debutar con el primer equipo. Jugó en Champions contra el Ajax, en Liga contra el Granada y en Copa contra el Huesca y el Elche.

De debutar con el Barcelona, a la Premier League

En verano de 2015 la vida de Adama Traoré cambió. Fichó por el Aston Villa y comenzó su nueva aventura en la Premier League. Después firmó por el Middlesbrough, que hizo de puente hasta recalar en el Wolverhampton, su actual equipo y con el que ha conseguido ofrecer su mejor rendimiento y, sobre todo, cambiar su físico. Siempre ha sido fuerte, pero actualmente es un auténtico portento muy complicado de frenar.

Adama Traoré es fuerte y rápido como pocos futbolistas lo son. Trabaja a diario para cuidar y mejorar todas sus condiciones. “Siempre he sido rápido, desde que era pequeño. La gente piensa que corro muy deprisa en el campo pero creo que lo hago despacio. Deliberadamente, echo el freno y podría ser incluso más rápido”, explica el jugador, que incluso se echa aceite de bebé en los brazos antes de los partidos para no ser agarrado ni lesionado por los rivales que intentan frenarle en carrera, casi siempre sin éxito…