5 motivos por los cuales el verano es la peor temporada del año

El verano, el periodo del año más adorado por todo ser humano. ¿Por todos? No exactamente. En los confines de la marginalidad, un irreductible grupo de millones de personas detesta con toda la sinceridad de su alma los meses estivales.

Su letanía es silenciosa, porque afirmarla en público conllevaría el desprecio de sus iguales, pero está argumentada en torno a certeros razonamientos. Aquí hemos recopilado solo cinco de los muchos motivos por los que el verano, que se acerca, en realidad te amargará la vida.

Por aguantar las canciones del verano

El año pasado fue La Gozadera (más conocida como la canción de un arroz con habichuelas) y ahora parece ser el turno de Despacito. Y reconocemos que hemos disfrutado con El perdón, La mordidita y el Yo la conocí en un Taxi (que es anterior al verano, pero la hemos cantado con el mismo empeño), pero basta ya. Estamos hartos de la publicidad del Spotify con las mismas canciones. ¡Exigimos música otoñal ya!

Adiós a dormir con tranquilidad

¿Te gustaba dormir calentito con tu pareja? Pues dile adiós a eso. Con suerte os podréis mirar sin sudar demasiado. Además, con el calor no podrás ni taparte, por lo que serás un jamón mojado mirando el techo hasta perder el sentido.

Y es que por todos es sabido que, si existe un placer que se lleva la palma en la temporada de invierno, es es sin duda el poder dormir tapado hasta el cuello con esa agradable sensación de calor cuando afuera hiela.

Porque vives en Madrid

Y vivir en Madrid implica muerte lenta y dolorosa desde que sale el sol hasta que se vuelve a esconder. Sinceramente ¿hay algo peor que Madrid en verano? Y no lo toméis a mal, pero es que entre el sol incesante y el asfalto que abrasa nos quemamos de arriba a abajo y viceversa.

La alternativa a la no-playa son atestadas piscinas públicas donde ‘torrarte’ mientras piensas que lo único que quieres es que llegue la noche para quitarte el sol de encima.

Masacre en tu cuenta bancaria

Gastas mucho dinero en verano. Ya sea saliendo con tus amigos o comprando todos los accesorios necesarios para pasar un buen rato, sangrarás tu cuenta bancaria como nunca. Tomar taxis para evitar el calor, comprar tragos para bajarte el bochorno, cambiarte de ropa porque estás muy sudado o adquirir un aire acondicionado para sobrevivir.

Todo se va sumando, y francamente no estás en posición de hacer nada al respecto; el cambio climático llegó para quedarse. Piensa eso la próxima vez antes de dañar la capa de ozono con tu fogata hecha con AXE y madera que encontraste por casualidad.

A nuestro cerebro le sienta fatal

A nuestro cerebro le sienta fatal el verano, al menos si vivimos en un país con altas temperaturas como el nuestro. El motivo fundamental es que el calor interfiere con la actividad del hipotálamo, una parte muy importante de nuestro órgano pensante que, entre otras muchas funciones, se ocupa de regular nuestra temperatura corporal.

Además, por encima de los 30⁰ C el impulso nervioso se ralentiza, provocando cansancio y fatiga. Como resultado de todo esto podríamos decir que estamos para el arrastre, no rendimos bien y somos más peligrosos al volante debido a la somnolencia.