Para los que no nos conformamos solo con tener una buena salud sino que, además, queremos revertir los años, estas noticias científicas nos hacen poner en alerta. Y es que, la revista académica ‘Science’ de la American Association for the Advancement of Science, acaba de publicar un artículo que afirma que el déficit de taurina en el organismo es uno de los motivos del envejecimiento. Al parecer, resulta de vital importancia para mantener el equilibrio dentro de nuestro organismo ya que juega un papel fundamental como antioxidante. De joven se tiene en grandes cantidades y, como el colágeno, con los años el cuerpo se olvida de fabricarlo. Te contamos todo lo que se ha descubierto sobre la taurina.
- Baobab, el superalimento de la eterna juventud
- Conocemos la famosa dieta antienvejecimiento del Dr. Perricone
La taurina se encuentra de manera natural en la carne, productos lácteos, en el pescado… y se puede obtener de manera artificial en bebidas energizantes y suplementos alimenticios. En concreto, se trata de un aminoácido no esencial derivado de la cisteína que, a su vez, se forma a través de distintas proteínas.
La taurina se encarga de regular la cantidad de calcio en las células nerviosas, así como evitar la inflamación. El organismo es capaz de producir por sí sola este aminoácido pero, como hemos dicho al principio, cuando nos hacemos mayores ralentiza su producción.
En el plano fisiológico, la taurina es fundamental para la síntesis de las grasas, así como de las vitaminas A, D, E y K. Asimismo, regula la hipertensión, los niveles de azúcar en sangre, el colesterol y el metabolismo.
Por todo esto, llegado a los 30 años, los expertos recomiendan empezar a tomar suplementos alimenticios. Y visto los últimos estudios, si los suplementos contienen taurina, mucho mejor pues previene el envejecimiento celular y ayuda a mantener el peso a raya.
El estudio recoge que un déficit de taurina en el organismo se traduce con el tiempo en diabetes, masa muscular débil e hipertensión, entre otros.
Las bebidas energéticas suelen llevar taurina, pero también azúcar, cafeína, aditivos… así que, lo mejor, es incluir en la dieta alimentos que sean una gran fuente de taurina como es el pulpo, el atún, el cangrejo y la ternera. En menor medida está el pollo y el pavo, así como los productos lácteos y las algas.