El color rojo siempre se ha asociado a la pasión, simboliza el amor, la vida y la muerte. En el mundo de las piedras preciosas, el rubí adquiere además otras connotaciones, pues desde tiempos remotos está vinculada con la prosperidad y la protección. De hecho, los antiguos birmanos la consideraban la piedra de los soldados, mientras que en la cultura hindú se la conoce como la reina de las gemas. El rubí es la piedra natal de julio y uno de sus aspectos más fascinantes es su capacidad para absorber la luz natural y volver a emitirla después de un tiempo, produciendo una impactante fluorescencia. Hacemos una selección de joyas con rubíes para deslumbrar este mes y en cualquier época del año.
- La alta joyería despliega sus alas este verano en el paraíso de las aves
- Joyas escultóricas, naíf y transformables
- Sara Benavente nos enseña el arte de las joyas autobiográficas
Los rubíes son como el caviar, su origen es una parte importante de su valor de mercado. Myanmar, antigua Birmania, posee las piedras más valiosas. Sin embargo, el pasado mes de junio, la ‘Estrela de Fura’, de 55,22 quilates, extraída en Mozambique ha sido vendida por 34 millones de euros, batiendo el récord mundial de subasta para un rubí y cualquier piedra preciosa de color.
Desde un rojo profundo hasta un rosado, el rubí puede variar de intensidad con tonos carmesí claros y aterciopelados y matices de rosa y púrpura. Dicha intensidad es la que marca su valor. Sin embargo, el rubí adecuado es aquel que más le seduce a uno. Pues no hay nada mejor que echar la vista atrás para recordar que el valor añadido a una joya se lo da quien lo lleva.
El anillo de la filántropa Lily Safra, conocido como ‘The Hope Ruby’, con un rubí de 32 quilates de Chaumet, batió récords en una subasta en 2012 alcanzando los 5,2 millones de euros. También muy codiciado es el conjunto de Elizabeth Taylor de Cartier que su marido Mike Todd le regaló en 1957 en unas vacaciones en el sur de Francia…
La vivacidad del rubí
Apostando por un halo femenino, el anillo de Chopard presenta un diamante rosa de 18 quilates custodiado por dos rubíes en forma de corazón de 2,03 y 1,95 quilates.
Con forma de aro, cada pendiente está engastado con rubíes en forma de pera realzados con diamantes de talla brillante, de Chopard.
Los artesanos de Graff son grandes maestros del contraste, pues solo emplean los diamantes blancos más brillantes para enfatizar la vivacidad de este rubí oval de 8 quilates.
En su incansable búsqueda de la belleza, Bulgari presenta ‘Ruby Metamorphosis’, donde une estética distintiva y artesanía. Presenta un espectacular rubí central antiguo de talla cojín de 10,02 ct. que se puede usar también como broche.
Especialmente preciosos y raros son los rubíes de Gubelin, conocidos en el comercio como rojo sangre de paloma, que son definidos por la marca en función de criterios específicos de color y calidad.
Los rubíes de alta calidad de Myanmar (antigua Birmania) son particularmente conocidos por su atractivo color. Pertenecen a las piedras preciosas más finas y valiosas, y se extraen en la región de Mogok.
La sortija de Chocron, ‘Royal Trilogy’, presenta dos diamantes triangulares y un rubí central.
Considerado talismán
En la cultura hindú, el rubí es conocida como la reina de las gemas, por su belleza y dureza. Sin embargo, los guerreros birmanos consideraban la piedra preciosa como un talismán para ser invencibles en la batalla; y los europeos del medievo creían en sus poderes para atraer el amor.
