Más allá de las cuestiones estéticas, lo importante es que la piel esté sana porque solo así podrá verse bonita. La dermatóloga Cristina Eguren nos da las pautas necesarias con el fin de que el paso de los años y las agresiones externas, como la exposición al sol, no alteren la salud de nuestra dermis.
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Huyendo de la palabra antiaging y abogando por la expresión de envejecer mejor, la dermatóloga Eguren aconseja “tirar el espejo de aumento para dejar de mirarte obsesivamente cada imperfección ya que el objetivo principal no es tener una piel perfecta sino que esté sana, pues la belleza va detrás de la salud”.
Detectar y corregir desequilibrios
“Hay veces que el paciente, por ejemplo, no sabe que tiene una rosácea y se está tratando como si fuera acné, y cada vez va a peor por mucho que se cuide”, explica la doctora que acaba de publicar el libro ‘El acné y la rosácea’, e insiste que en cuanto una persona aprecie una anomalía en la piel debería pedir cita con el dermatólogo.
Eguren especifica que, por ejemplo, si la piel se está inactivando, esta producirá menos colágeno y elastina provocando la deshidratación y aparición de arrugas. Y si hay una inestabilidad del melanocito surgirán más manchas.
“Las afecciones hay que solucionarlas porque por muchos tratamientos que te hagas, si la piel no funciona correctamente, nunca se verá bonita”, detalla la doctora y añade que una vez equilibrada “se puede buscar la versión más estética de la piel sin perder el sentido común ya que una cara súper pinchada, tratada… también se aleja de la salud”.
Desterrando mitos
La doctora echa por tierra la teoría de que la piel necesita hidratación diaria. “¿Y si en vez de malacostumbrarla te propones activar la función celular cutánea?”. Aquí es donde entra en acción los retinoides.
“El retinol es la molécula dentro de la cosmética más activa. Se mete dentro de la célula y hace que esta trabaje mejor, produzca más colágeno y elastina, y por tanto mejora la textura de la piel y las arrugas’.
Otros principios activos transformadores son los alfa hidroxiácidos (ácido glicóloco, lácteo, cítrico…) tienen capacidad exfoliante y mejoran la estructura y el funcionamiento de la piel. La vitamina C o antioxidantes. “Pero esto no funciona por igual en todos, hay que estudiar la necesidad de cada piel”, especifica la doctora.
Una piel sana con una función barrera adecuada es tolerante y se mantiene hidratada siempre. “La piel sensible aparece fundamentalmente por una alteración o debilidad de dicha barrera”, explica Cristina y detalla que en muchas ocasiones esta barrera se ve afectada precisamente por el exceso de hidratación.
Pautas de una rutina correcta
Tanto por la mañana como por la noche, una correcta limpieza es fundamental. La doctora explica que si se quiere usar un agua micelar o un desmaquillante es perfecto para limpiar la piel, pero no como único paso. «Hay que terminar con un gel limpiador».
«Por la mañana aconsejo usar un antioxidante y fotoprotector; y por la noche emplear un producto con algún ingrediente transformador: retinoide o alfa hidroxiácidos».
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