Con la práctica diaria de una serie de ejercicios inspirados en pilates se logra combatir los signos del paso del tiempo sin necesidad de recurrir a tratamientos médico estéticos. El pilates facial hace que la musculatura del rostro se mantenga tonificada y la piel esté más elástica y luminosa.
La fundadora del pilates facial es la autora de ‘Yo elijo cuidarme’, Mandi Keillor. En 2006 abrió Studio Australia Barcelona, un centro en la ciudad condal donde aprender y practicar esta técnica con la finalidad de ofrecer una alternativa natural a la medicina estética.
Carme Ferré (profesora de fitness facial y pilates) ha dado un paso más y, adaptándose a las nuevas tecnologías, ha desarrollado la app ‘FaceToned’ que incluye clases, programas recetas y contenido nuevo cada semana.
«La app se puede programar dependiendo de tus objetivos, los resultados son rápidos y en un par de semanas tu rostro cobra más vida», asegura Carme Ferré.
Principal objetivo: fortalecer la musculatura
Los objetivos principales del pilates facial son tonificar y fortalecer los músculos del rostro para prevenir la flacidez, mejorar la movilidad de las articulaciones y liberar tensión en mandíbula, cervicales y hombros.
Mandy Keillor ha diseñado una serie de 40 ejercicios que utiliza los principios probados de pilates con el fin de que fortalezcan y rehabiliten los 43 músculos de la cara. Asegura que los cambios se notan a partir de la primera sesión.
Constancia
Como en cualquier deporte, para que se noten los resultando se necesita constancia. Carme Ferrer, recomienda dedicarle 5 días a la semana en sesiones de 20 minutos.
Es importante diferenciar el yoga del pilates facial pues aunque ambas disciplinas son gimnasia del rostro, tienen diferentes técnicas. Mientras que la primera disciplina se basa en estiramientos y masajes, la segunda se centra en movimientos isométricos (sin contracción muscular) e isotónicos (contracción muscular) para ejercitar los músculos superficiales y profundos.
Uno de los ejercicios más completos de pilates facial es el de tonificar el triángulo de la juventud. Carme Ferre asegura que ‘ayuda a mejorar la parte central del rostro», suavizar la línea de la sonrisa y la apariencia de las arruguitas del contorno de ojos. Además, también disminuye la zona de la papada.
