La mamitis. Todo lo que se necesita saber

Muchos son los niños que, por distintas circunstancias, sufren lo que comúnmente se conoce como “mamitis”. Es decir, la dependencia absoluta de su madre, a la que necesitan en todo momento, por la que no paran de preguntar cuando no está delante y a la que siempre quieren tener abrazada. Se trata de una situación que se convierte en un excesivo apego y que puede suponer un auténtico problema en cuanto a la autonomía del pequeño. Por ese motivo, para poder hacerle frente y reducirlo cuando sea necesario, es imprescindible que los padres conozcan todo lo necesario al respecto.

¿Qué es la mamitis?

Como hemos mencionado antes, es básicamente un apego excesivo y constante a la madre. Este es normal que aparezca en algunos momentos como en los primeros meses de vida del bebé, cuando la necesita para afrontar su vida y cuando es su principal fuente de alimento. Asimismo, también se puede presentar cuando se encuentra enfermo o incluso cuando va a llegar un nuevo hermanito al hogar.

Situaciones que no pueden considerarse mamitis

En ocasiones, suele suceder que el pequeño está muy necesitado del respaldo y cariño de su madre y se emplea el término mamitis para definir lo que está haciendo. No obstante, no siempre lo es. En concreto, estos son los instantes que no deben confundirse con el apego excesivo que nos ocupa:

• Cuando no quiere irse con extraños.

• Ante un importante cambio en su vida, como la vuelta de su madre al trabajo o el comienzo de su etapa en la guardería.

• Cuando tiene entre 2 y 3 años considera que puede controlarlo todo. Por ese motivo, se apega en exceso a su madre porque cree que esta es mucho más fácilmente “camelable” que el padre.

Consejos para acabar con la mamitis

Cuando, después de tener en consideración todo lo expuesto, los padres tienen claro que su hijo sufre mamitis es necesario que actúen para eliminarla. Para reducirla o acabar con la misma, es recomendable que sigan estos consejos:

• Es fundamental que actúen con paciencia y con mucho cariño. Y es que si se enfadan o le gritan lo que harán será que la inseguridad del pequeño crezca más y, por tanto, que la citada mamitis aumente.

• Es necesario que se fomenten situaciones en las que el niño tenga que ser independiente y autónomo. El hecho de actuar así aumentará su autoestima y la confianza en sí mismo.

• También es fundamental que para ir reduciendo la citada mamitis el pequeño pase más tiempo con personas de su entorno más cercano y en un ambiente en el que se sienta seguro como es el hogar familiar. Con esto nos referimos tanto al padre como a los tíos o a sus abuelos.

• Para que no tenga tanta dependencia de la madre es necesario que, poco a poco, esta se vaya separando en momentos puntuales. Así, de manera progresiva, se logrará que el niño se acostumbre a esas ausencias y que no tenga tanta dependencia de la figura femenina.