La estudiante sodomizada por un guía turístico sevillano en un viaje a Marruecos: «Hay 40 víctimas más»

• David García de Lomana @lomanadavid
• Redactor en OKDIARIO Andalucía. Antes en COPE y MARCA Plus.
• • 28/01/2025 19:44
  • Actualizado: 29/01/2025 12:40

La Audiencia Nacional ha continuado este martes el juicio contra un guía turístico sevillano acusado de violar a una estudiante estadounidense en un viaje a Marruecos y abusar de otras dos en un viaje a Portugal. La primera de las víctimas ha declarado que cuenta con un listado de «40 chicas» estadounidenses que habrían sufrido agresiones sexuales similares por parte del encartado. El acusado es Manuel B. V., responsable de la empresa Discover Excursion, cuya sede social coincide con la de la sociedad mercantil Voodoo Travel, de la que era administrador y socio único.

Esta primera denunciante ha relatado que en 2013, mientras cursaba un programa de estudios en Salamanca, contrató un viaje a Marruecos con la empresa del procesado. Ella tenía entonces 19 años. La última noche antes de volver a España se encontraba en un hotel en Tánger tomando una cerveza con dos amigas tras volver de unas excursiones. El acusado se acercó a ellas y les sugirió tomar champán en la habitación de las tres chicas. Como «guía principal» del viaje, «parecía muy amistoso y simpático», así que no sintió «incomodidad», ha explicado.

Las estudiantes accedieron y se fueron todos juntos a la habitación. Manuel encargó champán y sirvió el alcohol «de espaldas» a las jóvenes, momento que pudo aprovechar para introducir alguna droga en las copas. Según ha narrado la víctima, los cuatro estaban «sentados en las camas» y «en un ambiente muy cordial», bebiendo champán, cuando el ambiente tomó «un tinte sexual». Él le preguntó sobre sus experiencias sexuales y propuso varios juegos (atrevimiento o verdad e intercambiarse las camisetas), a lo que ella se negó.

En un momento dado se sintió «extremadamente cansada» y se dio cuenta de que el guía se había quitado la ropa y estaba en ropa interior, «casi desnudo». Ella se quedó dormida durante un tiempo que no ha podido precisar y cuando despertó estaba sola en la habitación, con una «terrible pesadez, aturdida y confusa».

Se levantó para ir al baño, pero tuvo problemas para mantenerse en pie y llegó «lentamente» hasta el aseo, apoyándose en la pared. Al abrir la puerta se encontró por «sorpresa» a sus amigas en la bañera con el acusado y «en ropa interior», así que volvió a cerrar la puerta. Cuando el guía y sus amigas salieron del baño, aprovechó para entrar ella, pero sin cerrar el pestillo.

El acusado entró «abruptamente» en ropa interior y aprovechando que ella estaba sentada en el retrete frente a la puerta, la «forzó» y la obligó a practicarle una felación, empujándola después y haciendo que cayese «de lado» y quedara inconsciente.

Posteriormente, según ha relatado, se despertó en la cama supletoria de la habitación «vestida con el pijama», sin saber «cómo» había llegado hasta allí. Sentía «un dolor muy fuerte» en sus genitales, «escozor» en el ano y «moratones en ambas rodillas». Las sábanas, además, estaban «cubiertas de heces».

Ella fue «plenamente consciente de la humillación y del dolor y terror» que sintió, aunque no fue capaz de «poner palabras» a lo ocurrido hasta tiempo después, cuando fue a terapia. «Estaba completamente aterrorizada y mortificada de lo que me había pasado, sospechaba que había sido drogada y violada», ha declarado.

Ha contado también que más tarde supo que otra joven estadounidense sufrió una situación similar con el mismo guía turístico, si bien ella pudo «zafarse». A lo largo de estos años, y fruto de su trabajo, ha recopilado «mucha información» y ha elaborado un listado de «40 chicas que han prestado declaración en Estados Unidos» tras agresiones sexuales cometidas por Manuel entre «2009 y 2019».

Una de las amigas que compartía habitación con la víctima la noche de los hechos ha testificado que la denunciante «expresó que estaba interesada» en el guía y que se «enfadó» con ellas por este motivo. También ha apuntado que en la habitación hubo juegos sexuales, pero sin recordar cuáles, y que el acusado y la víctima estuvieron dentro del baño, pero sin recordar tampoco si entraron juntos.

Por su parte, la otra compañera de habitación ha atestiguado que Manuel «tenía una actitud de flirteo con las tres» chicas, que la denunciante y él estuvieron dentro del baño y que «ambos» entraron a la vez según cree recordar. Cuando despertó, en la habitación «había heces por todas partes», según ha afirmado, aunque no ha podido recordar «nada más» dado que han pasado casi 12 años.

El viaje a Portugal

La Fiscalía también acusa a Manuel de abusar de otras dos chicas en un viaje a Lagos (Portugal) en 2017.

Estas dos denunciantes, alumnas norteamericanas del campus internacional de la Universidad de Florida en Valencia, han declarado que contrataron un viaje con Discover Excursion al país vecino y que una noche el guía les invitó a «una fiesta en su habitación» del hotel, reservada para «personas guay o VIP», pero a la que finalmente sólo fueron ellas. Ya en la habitación, el acusado les animó constantemente a beber alcohol y se quitó los pantalones, quedándose en ropa interior. También les preguntó por su «historial» sexual.

Manuel les propuso jugar a atrevimiento o verdad y consiguió que ambas le besasen. Para calmar la situación, ha relatado una de las chicas, ella hizo un «baile estúpido». El guía les pidió que se sentasen encima de él e hicieran un baile más sexual, a lo que ambas se negaron. También se negaron a su petición de que se quitaran los pantalones.

Pese a ello, el inculpado agarró a una de las chicas de su mano derecha y a la otra de su mano izquierda, inmovilizándolas en un rincón de la habitación, mientras ellas intentaban zafarse y manifestaban que querían irse. Él les dijo que no se fueran porque tenía «un calentón», y pidió a una de las chicas que le diera un beso a la vez que cogía su mano para posarla sobre sus genitales. Finalmente, las jóvenes lograron escapar de la habitación.

Por estos tres delitos sexuales la Fiscalía pide una pena de nueve años de cárcel y 43.000 euros repartidos en tres indemnizaciones. La acusación particular reclama 23 años de prisión y 750.000 euros de indemnización.

La Policía testifica: «Eran casi niñas»

Este lunes, las agentes de la Policía Nacional encargadas de investigar el asunto aseguraron que el inculpado «agasajaba» a las víctimas y las invitaba a alcohol para ganarse su «confianza». «Aunque eran mayores de edad, eran jóvenes, casi niñas, en un país extranjero», han recalcado.

El inculpado promovía desde su empresa «un turismo barato, fomentando las salidas» nocturnas y el «abuso de alcohol», alzándose como «líder» al ser unos 10 años mayor que las chicas, que rondaban los 20. «Creaba un clima de confianza, las agasajaba. Las llevaba a reservados, las invitaba a copas y ellas se sentían confiadas», comportamientos que desembocaban en «juegos de connotación sexual» mientras animaba a las víctimas «a que siguieran bebiendo» hasta alcanzar estados de «semiinconsciencia».

Una muerte sospechosa

El guía turístico ya estuvo relacionado con la muerte de otra estudiante estadounidense en verano de 2015. Lauren Bajorek, de 21 años, murió al caer de la terraza de la casa del acusado, un octavo piso. La Policía descartó el suicidio. La joven había salido de fiesta por Sevilla para celebrar su cumpleaños y acabó con otra amiga en el domicilio del guía turístico, en la plaza El Juncal.

Según el informe policial que recoge Diario de Sevilla, ambas estaban «muy ebrias». El acusado, que iba «bastante sobrio, se las llevó a su casa con la justificación de tomar la penúltima copa, si bien, a juicio de esta instrucción, la intención era mantener relaciones sexuales con alguna de ellas».

La joven se metió en un jacuzzi que había en la terraza y el acusado se quedó dentro de la vivienda con la otra chica. Era evidente que Lauren Bajorek estaba «muy bebida» y tenía «problemas para mantener el equilibrio corporal». La investigación concluyó que la muerte fue accidental y el caso fue sobreseído en lo penal, pero el empresario turístico fue condenado a pagar cerca de 74.000 euros como responsable civil de la muerte de Lauren Bajorek, que se encontraba «al borde del coma etílico» cuando cayó por el balcón.