Los eslovacos podrán comer carne de oso en los restaurantes tras autorizar su caza

En Europa, la población de osos pardos, especialmente en países como Eslovaquia y Rumania, está generando mucha preocupación entre la población debido a ataques a humanos, lo que ha llevado a medidas como la autorización de caza masiva y la desprotección de la especie.

En este escenario, las autoridades eslovacas han declarado el estado de emergencia tras un ataque mortal y planea reducir la población de osos pardos significativamente, y Rumania ha solicitado a la UE la desprotección de la especie para iniciar su caza.

1.200 osos eslovacos

Un reciente estudio del Instituto Rumano de Investigación y Desarrollo Forestal, basado en un análisis en 25 de los 41 condados del país, muestra que hay entre 10.419 y 12.770 osos en Rumanía.

En Eslovaquia se estima que el número de osos ronda los 1.200 y que la sobrepoblación combinada con la pérdida de sus espacios naturales les empuja cada vez más a menudo a acudir a zonas urbanas para buscar comida.

Población de osos en España

Para tener una idea, en España también cuenta en su territorio con una población cantábrica de oso pardo, que se estima en unos 400 ejemplares, según el último censo elaborado por las distintas comunidades autónomas en las que habita.

En menos de tres décadas las poblaciones de oso pardo han pasado de menos de 70 ejemplares a más de 400 en España, según los datos de resultados del proyecto Life Osos con Futuro Mejora de los recursos alimentarios clave para el oso pardo cantábrico y prevención de los conflictos invernales en un escenario de cambio climático.

De la caza al plato

La regulación de los osos en Eslovaquia, su control y abatimiento, tendrá una salida gastronómica, según el anuncio realizado por el Gobierno eslovaco, que  ha anunciado que pondrá a disposición de restaurantes la carne de estos mamíferos omnívoros.

Serán abatidos de forma regulada por el Ministerio de Medio Ambiente, después de haber aprobado la eliminación de 350 animales, argumentando que suponen un peligro para la población.

Eliminar individuos problemáticos

«Desde ahora, si se eliminan individuos problemáticos, y son apropiados y utilizables para el consumo, serán ofrecidos a establecimientos de restauración», anunció el secretario de Estado de Medio Ambiente, Filip Kuffa.

El anuncio, realizado en la red social Facebook del secretario de estado, también especifica que «entregaremos todo ejemplar capturado que cumpla las condiciones para el consumo. ¿Por qué? Porque la carne de oso es comestible», escribió Kuffa.

Para poder comercializar la carne de oso pardo, un animal protegido en Europa al ser considerado como especie amenazada, será necesario lograr un certificado de excepción.

Certificado CITES

«Quien quiera venderla u ofrecer platos preparados a partir de ella deberá obtener el llamado certificado CITES», precisó Kuffa, lo que será garantía de que la carne fue cazada legalmente y está libre de enfermedades como la triquinosis.

El Ministerio de Medio Ambiente también solicitará ese certificado, lo que le permitirá ofrecer al mercado gastronómico todos los osos que cacen como parte de las medidas para mantener controlada la población.

Carne, grasa o ungüento medicinal

De un oso de 160 kilos se pueden aprovechar aproximadamente 80 de carne, siendo los muslos y hombros aptos para el consumo, mientras que los lomos y las costillas son adecuados para asar o hacer un guiso.

La grasa de oso, además de utilizarse para cocinar, también se utiliza, por ejemplo, para elaborar ungüentos medicinales o como sustituto de otras grasas animales.

La carne de oso, también conocida como carne de castor, tiene un sabor similar a la carne de alce o bisonte. Se describe como un sabor profundo y amaderado, sin sabores extraños, siendo magra pero suculenta. Es una carne de caza con un sabor ligeramente picante, parecido al del venado.

Estado de emergencia

Esta medida llega después de un escándalo tras saberse que un restaurante de los Montes Tatra sirvió de manera ilegal carne de oso, lo que provocó que se impusieran multas tanto al administrador del parque donde fueron abatidos los osos como al establecimiento.

El Gobierno autorizó el pasado abril que se abatieran estos osos pardos, tras declarar el estado de emergencia en todo el territorio como consecuencia de un ataque que acabó con la vida de un hombre de 59 años, el último de una serie de agresiones, algunas mortales, por parte de esos animales.

Crítica ecologista

La sobrepoblación combinada con la pérdida de sus espacios naturales les empuja cada vez más a menudo a acudir a zonas urbanas para buscar comida. Greenpeace Eslovaquia y otras organizaciones ambientalistas y conservacionistas han criticado con dureza la decisión de priorizar la matanza de osos pardos, señalando que ignora la evidencia científica y pone en riesgo la conservación de la biodiversidad.

Estas ONG sostienen que los conflictos con estos animales suelen originarse por la gestión inadecuada de residuos y alimentos, y que existen métodos no letales y eficaces para prevenir incidentes.