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Los carburantes ‘low cost’ aumentan el consumo

Gasolinera low cost

Muchos son los mitos y las leyendas urbanas que circulan por ahí alrededor de las gasolineras ‘low cost’. Que si son peores, que si no pasa nada… No se vosotros, pero un servidor siempre se ha quedado extrañado cuando alguien le vende algo por menos dinero que el vecino. En algún lado tiene que estar el truco.

Al fin, y gracias a un estudio realizado por la petrolera BP, vamos a poder hablar con propiedad de las consecuencias que puede llegar a traer la utilización de este tipo de gasolineras y de sus carburantes.

La primera de ellas es que provocan un aumento del consumo de combustible. Éste se ha cifrado durante el estudio en un 7%, lo que quiere decir que los clientes que consuman este tipo de carburante recorrerán una media de 833 kilómetros menos que los que reposten en estaciones de servicio de las de toda la vida. Esto se produce por la suciedad que puede llegar a acumularse en los circuitos internos debido a la peor calidad de la gasolina. Incluso estas impurezas pueden llegar a causar graves averías mecánicas.

Este problema se hace especialmente grave en territorio español, y es que en nuestro país contamos con uno de los parques automovilísticos más anticuados de toda Europa. Por nuestras carreteras circulan más de 17 millones de vehículos con 10 años o más, lo que supone un 54% del total.

En este estudio realizado por BP, casi la mitad de los españoles ha reconocido utilizar una gasolinera ‘low cost’ en algún momento, mientras que el 21% afirma que ‘alimenta’ a su coche en ellas de forma habitual. Además se ha sabido que la clientela más habitual de este tipo de gasolineras es el público joven. El 56% de estos conductores reconoce haber repostado combustible de bajo coste más de 7 veces de cada 10.

Estos datos contrastan con otros obtenidos. Por ejemplo, los conductores españoles reconocen que en lo que más se fijan a la hora de elegir un carburante, coste aparte, es en la distancia que pueden recorrer con él y en su capacidad para limpiar el motor. Al final se demuestra que lo que más peso tiene es el precio. Aunque los hay que sí se fijan, y mucho, en la calidad de los carburantes. Más de la mitad de los conductores, el 52,5%, se declaran consumidores exclusivos de carburantes mejorados o con aditivos. Además, mientras más mayor es la persona encuestada, más crece este porcentaje, puesto que entre los mayores de 55 años el 58% rechaza los combustibles baratos.

De todos estos datos se deduce que en nuestro país sigue existiendo un total desconocimiento acerca de las consecuencias que puede traer la utilización de carburantes de bajo coste. Puede que nos estemos ahorrando una buena cantidad de euros en cada repostaje, pero a la hora de la verdad tenemos altas probabilidades de tener un disgusto a nivel mecánico… y económico.

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