Hacer la digestión está bien, pero hay un consejo aún mejor para evitar que los mayores de 65 años se ahoguen

Es un consejo sencillo, pero clave, que puede marcar la diferencia entre pasar un buen rato o acabar con un susto

Océano, mar, verano

Océano

El verano es sinónimo de playa o piscina. No importa la edad, nadie quiere estar encerrado con calor y sudor en una sala. Niños, adultos y abuelos salen a buscar un poco de brisa, de agua fresca y desconexión. Pero aunque parezca un momento de relajación total, lo cierto es que no hay que bajar la guardia.

A los 65 años, muchos creen que ya lo han visto todo. Y sí, probablemente han superado más de una ola y estén en buena forma, pero eso no elimina el riesgo. El cuerpo cambia, el equilibrio ya no es el mismo, y la fuerza muscular empieza a disminuir.

Según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo, en 2024, el grupo de edad con más ahogamientos en el país fue el de 65 a 74 años, con 75 casos. Le siguieron los de 55 a 64 (73) y los mayores de 75 (72). Esto deja claro que el peligro no es una excepción, sino una estadística constante. Por eso, saber a qué se enfrenta uno y cómo actuar marca la diferencia.

Esto es lo que deben hacer los mayores para evitar ahogamientos

Esperar a hacer la digestión es un consejo que se ha repetido siempre, y no está de más. El Ministerio de Salud indica que hay un consejo aún más importante que puede salvar vidas: no bañarse solo.

Un baño puede parecer el momento perfecto de paz, especialmente si se busca un rato de silencio y desconexión. Pero si ese instante de tranquilidad ocurre en soledad, el riesgo se multiplica.

Si ocurre algo (un calambre, un mareo, una bajada de tensión), no habrá nadie cerca para ayudar. Por eso el Ministerio de Sanidad insiste en que bañarse acompañado no es una señal de debilidad, sino una medida inteligente.

El objetivo no es restringir, sino garantizar que lo que debía ser un buen día, no acabe mal. Compartir ese momento no sólo ofrece seguridad, también puede ser una forma de disfrutar más del agua.

Más consejos para prevenir ahogamientos en mayores de 65 años

Además de no meterse al agua sin compañía, hay una serie de indicaciones que deben convertirse en rutina. No son complicadas, sólo hay que tenerlas claras y cumplirlas:

No se trata de evitar la playa o tenerle miedo al mar. Todo lo contrario, se trata de saber cómo disfrutarlo sin poner en juego lo que más vale. A veces, ir a la playa no es salir corriendo con la toalla al hombro. A veces, hay que parar, y eso es lo que convierte unas vacaciones en un recuerdo feliz.

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