Contenido
- 0.1 Esta es la rutina diaria que sólo te lleva 5 minutos que debes aplicar para reducir el riesgo de demencia
- 0.2 Los expertos revelan un detalle que no sabíamos del Alzheimer: esta es la primera señal
- 0.3 Olvídate de la congestión: los trucos de una enfermera para despejar la nariz rápidamente
- 1 Síntomas nocturnos comunes y sus posibles causas
Mientras el cuerpo descansa, algunos síntomas pueden aparecer como señales silenciosas de problemas de salud subyacentes. La noche, lejos de ser un período de tregua para el organismo, puede convertirse en el escenario donde ciertas enfermedades manifiestan sus primeros signos. Sudores nocturnos, tos persistente, palpitaciones o incluso calambres musculares recurrentes podrían ser más que simples molestias pasajeras. Según un artículo de Mirror, síntomas como la necesidad frecuente de orinar (nicturia) o el dolor en el pecho durante la madrugada podrían estar vinculados a afecciones como la diabetes o problemas cardiovasculares. Estos indicadores, aunque a menudo se atribuyen al estrés o al envejecimiento, merecen atención médica si persisten.
Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten que ignorar las señales nocturnas puede retrasar diagnósticos. Por ejemplo, la apnea del sueño, caracterizada por pausas respiratorias repetidas, no solo afecta la calidad del descanso, sino que eleva el riesgo de hipertensión y accidentes cerebrovasculares. Otro estudio publicado por la Clínica Mayo destaca que los calambres nocturnos en las piernas, frecuentes en adultos mayores, podrían relacionarse con desequilibrios electrolíticos o enfermedades circulatorias. La clave está en identificar si estos síntomas son esporádicos o forman parte de un patrón recurrente que requiera intervención profesional.
Síntomas nocturnos comunes y sus posibles causas
Sudoración excesiva durante la noche
Los sudores nocturnos, más allá de ser consecuencia de una habitación cálida, tener fiebre y otros que salen por la edad, podrían indicar infecciones como tuberculosis, trastornos hormonales (menopausia o hipertiroidismo) o incluso linfoma. La American Cancer Society señala que este síntoma, acompañado de pérdida de peso inexplicable, amerita una evaluación médica inmediata.
Tos persistente al acostarse
Una tos que empeora por la noche podría ser señal de asma, reflujo gastroesofágico (ERGE) o insuficiencia cardíaca. El reflujo, por ejemplo, irrita la garganta al estar en posición horizontal. La Sociedad Europea de Cardiología recomienda descartar problemas cardíacos si la tos se combina con dificultad para respirar.
Palpitaciones y ansiedad nocturna
Despertar con el corazón acelerado puede deberse a estrés, pero también a arritmias o desórdenes tiroideos. La Fundación Española del Corazón enfatiza que, si las palpitaciones vienen acompañadas de mareos, podrían indicar fibrilación auricular.
Nicturia: levantarse repetidamente para orinar
Más común en hombres con próstata agrandada o personas con diabetes no controlada, la nicturia altera el ciclo del sueño y reduce la productividad diurna. La Asociación Europea de Urología aconseja controlar la frecuencia y volumen de micción para detectar patrones anormales.
Cuándo buscar ayuda médica
No todos los síntomas nocturnos son alarmantes, pero ciertas «banderas rojas», como acabamos de ver, justifican una consulta urgente:
- Dolor torácico que irradia al brazo o mandíbula (posible infarto).
- Ahogos repentinos al dormir (apnea grave o edema pulmonar).
- Pérdida de sensibilidad en extremidades (riesgo de neuropatías o ictus).
- Sudores nocturnos acompañados de fiebre o pérdida de peso (posibles infecciones o cáncer).
- Nicturia persistente sin causa aparente (podría indicar diabetes o problemas renales).
Consejos para mejorar la calidad del sueño y reducir síntomas nocturnos
Dormir bien es fundamental para la salud, pero cuando aparecen síntomas molestos por la noche, pueden convertirse en un círculo vicioso: los problemas de salud afectan el descanso, y la falta de sueño empeora las condiciones médicas.
Aquí te ofrecemos recomendaciones ampliadas para combatir los trastornos del sueño y aliviar esos síntomas nocturnos que pueden llegar o no a ser preocupantes:
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Higiene del sueño: prepara tu cuerpo para el descanso
- Establece un horario regular: acuéstate y levántate a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular tu reloj interno.
- Crea una rutina relajante: dedica 30-60 minutos antes de dormir a actividades calmantes como leer, meditar o tomar un baño tibio. Evita pantallas (móvil, TV) porque la luz azul inhibe la melatonina, la hormona del sueño.
- Optimiza tu ambiente: mantén la habitación oscura, fresca (18-21°C) y silenciosa. Considera usar tapones para los oídos o un antifaz si es necesario.
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Alimentación y hábitos vespertinos
- Evita comidas pesadas y alcohol: cenar ligero 2-3 horas antes de acostarte previene el reflujo y la indigestión. El alcohol, aunque puede inducir somnolencia, fragmenta el sueño y empeora la apnea.
- Reduce líquidos por la noche: para minimizar la nicturia, limita bebidas 1-2 horas antes de dormir, especialmente café, té y alcohol (son diuréticos).
- Controla los estimulantes: la cafeína puede permanecer en tu sistema hasta 8 horas. Evita café, chocolate y refrescos después de las 15:00 horas de la tarde.
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Control del estrés y la ansiedad nocturna
- Técnicas de relajación: la respiración diafragmática (inhalar profundamente por la nariz, exhalar por la boca) o la relajación muscular progresiva ayudan a calmar la mente.
- Escribe tus preocupaciones: si el estrés te mantiene despierto, anota tus pensamientos en un diario antes de acostarte para «descargarlos» de tu mente.
- Considera terapia cognitivo-conductual: para el insomnio crónico, esta terapia (TCC-I) es más efectiva y segura que los medicamentos, según la Sociedad Española del Sueño.
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Ejercicio físico (pero no demasiado tarde)
- El ejercicio regular mejora la calidad del sueño, pero evita actividades intensas 3 horas antes de dormir, ya que elevan la temperatura corporal y la adrenalina.
- El yoga suave o los estiramientos nocturnos pueden ser beneficiosos para relajar los músculos y prevenir calambres.
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Cuando los síntomas persisten: busca ayuda profesional
- Lleva un diario de sueño: anota síntomas, horarios y posibles desencadenantes durante 2 semanas. Esto ayudará a tu médico a identificar patrones.
- Pruebas específicas: si sospechas de apnea del sueño, diabetes o problemas cardíacos, estudios como una polisomnografía o análisis de sangre pueden ser clave. Es vital ir al médico porques mejor prevenir.
Estos síntomas nocturnos pueden significar muchas cosas, pero si llevas algunos días con ellos, visitar al profesional médico es lo mejor que se puede hacer. No debemos pasar días con ningún síntoma, porque aunque no tiene porque ser nada grave, puede ir a más e ir a peor con el paso de los días.
Adopta los consejos antes vistos e intenta dormir durante entre 7 y 8 horas. Lo importante es que el descanso sea reparador y no haya interrupciones, ni estos síntomas que debes tener presente antes de que vayan a más y no te dejen dormir.