Contenido
- 0.1 La ciencia lo confirma: la edad exacta a la que tu cuerpo empieza a descomponerse
- 0.2 El medicamento que tomamos sin parar en España y aumenta las pesadillas: el aviso de un experto
- 0.3 Esto es lo primero que empiezan a olvidar las personas con Alzheimer
- 1 ¿Qué sucede cuando no paramos de hacer este hábito?
Crujir los dedos es un hábito común que muchas personas realizan de manera habitual, ya sea por costumbre, nerviosismo o incluso como una forma de liberar tensión. Aunque para algunos este acto puede parecer inofensivo, diversos estudios y profesionales de la salud han señalado posibles consecuencias negativas asociadas a este hábito. A pesar de que no existe una relación directa entre crujir los dedos y el desarrollo de artritis, como se ha creído popularmente, sí se han identificado otros efectos adversos que podrían afectar la salud de nuestras manos a largo plazo.
Por ello, es importante entender qué ocurre en nuestras articulaciones cuando las hacemos crujir y por qué es recomendable moderar o evitar esta práctica. Como explica un vídeo del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, el sonido característico que se produce al crujir los dedos proviene de la formación y colapso de burbujas de gas en el líquido sinovial que lubrica las articulaciones. Este fenómeno, conocido como cavitación, ocurre cuando se separan rápidamente las superficies articulares, creando una disminución de presión que permite la formación de estas burbujas. Aunque este proceso en sí no causa daño inmediato, los fisioterapeutas han advertido que realizarlo de manera constante puede generar un desgaste innecesario en las articulaciones, ligamentos y tendones circundantes. Además, movilizar repetidamente una articulación más allá de su naturalidad puede provocar inestabilidad y una sensación creciente de necesidad de crujir los dedos, creando un ciclo difícil de romper.
¿Qué sucede cuando no paramos de hacer este hábito?
Cuando crujimos los dedos, estamos aplicando una fuerza que separa las superficies articulares, lo que aumenta el espacio entre los huesos y el volumen de la cápsula sinovial. Esta acción genera una zona de baja presión que provoca la liberación de gases disueltos en el líquido sinovial en forma de burbujas, las cuales colapsan y producen el sonido característico.
Aunque este proceso no está asociado directamente con la aparición de artritis, estudios han señalado que el crujido habitual de los nudillos se asocia con una mayor probabilidad de hinchazón en las manos y una disminución de la fuerza de agarre.
Además, los fisioterapeutas han advertido que este hábito puede provocar un desgaste innecesario en las articulaciones, ligamentos y tendones circundantes. Por lo que, a lo largo del tiempo, todo ello podría afectar la funcionalidad de las manos.
Riesgos asociados al hábito de crujir los dedos
Según Clínica Luis Baños, da la casualidad, por otra parte, de que al crujir los dedos se estimulan ciertas terminaciones nerviosas que generan una sensación placentera. Esto no sucede cuando se padece alguna patología como artritis, produciéndose, por tanto, al crujir los dedos, una sensación dolorosa.
Sus expertos destacan que crujir los dedos de las manos no es malo si se hace de forma espontánea. Este hábito no supone un desgaste de las articulaciones ni se dañan los huesos, y tampoco se estropean los cartílagos; pero siempre que se haga de forma espontánea.
A la vez, se ha observado que las personas que crujen sus nudillos habitualmente tienen más probabilidades de experimentar hinchazón en las manos y una disminución de la fuerza de agarre.
La opinión de los expertos
Los profesionales de la salud recomiendan evitar el crujido habitual de los dedos para prevenir posibles daños a largo plazo.
En España, profesionales de la salud como Juan Pablo Lonzi, especialista en medicina general y responsable asistencial de la Provincia de Castellón de Sanitas, han comentado que, si bien crujir los dedos de forma esporádica no es perjudicial, hacerlo de manera habitual podría provocar efectos a medio y largo plazo, como lesiones en ligamentos o tendones, así como desgaste articular.
Por lo que es aconsejable moderar esta práctica para evitar posibles molestias o daños a largo plazo.
Recomendaciones para evitar este hábito
Para quienes desean dejar de crujir sus dedos, los expertos aconsejan adoptar técnicas de relajación y ejercicios que fortalezcan las manos y mejoren la movilidad articular. Además, es importante ser consciente del hábito y tratar de identificar las situaciones que lo desencadenan, como el estrés o el aburrimiento, para buscar alternativas saludables que ayuden a manejar estas emociones sin recurrir al crujido de los dedos.
Si bien, como vemos, puede parecer una acción inofensiva, realizarla de manera habitual puede tener consecuencias negativas para la salud de nuestras manos.
¿Cómo saber si el hábito de crujirse los dedos surge como comportamiento ansioso?
Crujir los dedos puede ser un hábito nervioso vinculado al estrés o la ansiedad. Algunas posibles conexiones pueden ser:
- Alivio temporal: algunas personas sienten una sensación de alivio al crujir los dedos, lo que puede calmar momentáneamente la ansiedad.
- Estímulo sensorial: el sonido y la sensación física pueden servir como distracción ante pensamientos ansiosos.
- Tic o manía: si se hace de forma compulsiva, puede ser un signo de nerviosismo o un mecanismo de afrontamiento inconsciente.
En Podoactiva aconsejan acudir a un profesional que pueda ayudarnos a mejorar la movilidad de nuestro cuerpo. Si duelen los dedos de los pies, cualquier práctica que hagamos no es nada buena. Por esto la recomendación es ir al podólogo para poder realizar un estudio biomecánico de la pisada y las respectivas pruebas complementarias como una radiografía donde se valore qué tipo de tratamiento realizar.
Si el acto de crujir los dedos surge por ansiedad, se recomienda identificar qué desencadena el hábito (aburrimiento, estrés, etc.). y buscar alternativas como emplear juguetes antiestrés, ejercicios de respiración o masajear las manos.
Mitos y realidades del crujido de dedos
Existen numerosos mitos y realidades en torno al hábito de crujirse los dedos. En el centro de rehabilitación y fisioterapia Aquiles nombran algunos para que no tengamos confusión:
Mito: crujir los dedos causa artritis.
Realidad: No hay evidencia científica concluyente que demuestre que crujirse los dedos cause artritis. Sin embargo, algunos estudios sugieren que podría haber un ligero aumento en la hinchazón o la fuerza de agarre en las personas que lo hacen con frecuencia.
Mito: es siempre perjudicial.
Realidad: para la mayoría de las personas, este hábito no causa daño significativo. Sin embargo, hacerlo de manera excesiva y con fuerza puede provocar lesiones en los ligamentos o tendones con el tiempo.
Mito: crujir los dedos es un signo de problemas nerviosos.
Realidad: este hábito suele ser inofensivo y no está necesariamente relacionado con problemas nerviosos. A menudo, es simplemente una forma de liberar tensión o un hábito nervioso.