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Adquirir hábitos saludables no solo mejora la calidad de vida, sino que también previene y alivia numerosas molestias físicas, como la retención de líquidos. Sentirse bien en el cuerpo es clave para mantener una mente equilibrada y una rutina activa. La retención de líquidos, aunque común, puede generar sensaciones de pesadez, hinchazón y malestar que afectan el día a día.
Según la Fundación Española del Corazón “el edema, conocido popularmente como retención de líquidos, es la acumulación excesiva de líquidos en los tejidos”. Puede aparecer de forma localizada o generalizada, y en algunos casos viene acompañado de sensación de hinchazón, aumento de peso repentino y marcas en la piel tras aplicar presión. Las causas del edema pueden ser diversas: desde una alimentación rica en sodio y el sedentarismo, hasta problemas circulatorios, hormonales o renales. Incluso permanecer de pie o sentado durante muchas horas puede favorecer su aparición. Si no se trata, el edema puede derivar en complicaciones más serias, como infecciones, rigidez en las articulaciones o alteraciones en la circulación. Por eso, es fundamental identificar su origen y actuar cuanto antes para aliviar sus síntomas. Invertir en el bienestar personal es la mejor manera de cuidar la salud y disfrutar de una vida más plena.
Cómo acabar con la retención de líquidos
También conocida como edema, es una condición que ocurre cuando el cuerpo acumula una cantidad excesiva de líquidos en los tejidos. Esta acumulación puede ser leve y temporal o persistente y más grave, dependiendo de su causa.
La Clínica Vascular Barcelona asegura que «el origen es una inadecuada alimentación. Sin darnos cuenta podemos estar comiendo diariamente alimentos ricos en sodio o cocinando los alimentos con mucha sal, una de las principales causas de la retención de líquidos».
Esta condición puede afectar cualquier parte del cuerpo, aunque es más común en las extremidades inferiores, como tobillos, piernas y pies. También en manos, rostro y abdomen. Su aparición, además, puede ser un signo de desequilibrio en el organismo, por lo que es importante prestarle atención.
Las características de la retención de líquidos
El edema presenta signos fácilmente reconocibles. Las principales características son:
- Hinchazón visible en zonas localizadas (pies, tobillos, piernas, manos, cara).
- Sensación de pesadez o rigidez en las extremidades.
- Aumento de peso repentino sin causa aparente.
- Sensación de presión o tensión en la piel.
- Marcas visibles al presionar la piel.
- Disminución en la movilidad o flexibilidad articular.
- Cambios en el color o temperatura de la zona afectada.
Las causas del edema
Las razones de la retención de líquidos pueden ser variadas, desde factores ambientales hasta problemas de salud. Entre las más comunes se encuentran:
- Exceso de sodio en la dieta: una alimentación rica en sal favorece la acumulación de agua en los tejidos.
- Cambios hormonales, especialmente durante el embarazo, menstruación o menopausia.
- Sedentarismo: la falta de movimiento ralentiza la circulación y dificulta el drenaje linfático.
- Problemas circulatorios, como insuficiencia venosa o várices.
- Problemas renales o hepáticos, que afectan el equilibrio de líquidos en el cuerpo.
- Uso prolongado de medicamentos como antiinflamatorios, corticoides o anticonceptivos hormonales.
- Climas calurosos: el calor puede dilatar los vasos sanguíneos y dificultar la circulación.
Las consecuencias del edema
Ignorar o no tratar la retención de líquidos puede tener consecuencias negativas para la salud como:
- Dolor e incomodidad constante.
- Rigidez en las articulaciones
- Fatiga generalizada y cansancio físico
- Aumento del riesgo de infecciones
- Complicaciones circulatorias, como trombosis o varices
- Impacto emocional, al afectar la imagen corporal y la autoestima.
Hábitos y acciones naturales para combatir la retención de líquidos
Implementar cambios en el estilo de vida puede hacer una gran diferencia. Algunas acciones efectivas y naturales incluyen:
- Reducir el consumo de sal: optar por condimentos naturales y disminuir los alimentos ultraprocesados.
- Beber suficiente agua: al contrario de lo que se piensa, hidratarse ayuda a eliminar líquidos retenidos.
- Aumentar la ingesta de potasio: presente en plátanos, aguacates, espinacas, ayuda a equilibrar los niveles de sodio.
- Realizar actividad física regularmente: caminar, nadar o hacer yoga mejora la circulación y el drenaje linfático.
- Elevar las piernas al descansar: favorece el retorno venoso y reduce la hinchazón.
- Consumir infusiones diuréticas: como cola de caballo, diente de león o té verde.
Consejos y recomendaciones adicionales
Para potenciar los efectos de los hábitos anteriores, considera seguir estos consejos prácticos:
- Lleva una dieta rica en frutas y verduras frescas, que son naturalmente diuréticas.
- Usa ropa cómoda y no ajustada, sobre todo en las piernas
- Aplica compresas frías en las zonas inflamadas para reducir la hinchazón.
- Evita el alcohol y las bebidas azucaradas, que favorecen la deshidratación y retención de líquidos.
- Mantén un peso corporal saludable, ya que el sobrepeso aumenta la presión sobre las venas.
- Consulta con un profesional de la salud, si el edema es persistente o severo.
- Escucha a tu cuerpo: la hinchazón constante no es normal y requiere atención.