Contenido
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- 0.2 Ni viajar ni hacer ejercicio: esto es lo que deben hacer los mayores de 65 para vivir más tiempo y de calidad
- 0.3 Las personas más felices del mundo tienen este hábito en común: es sencillo pero no todo el mundo lo logra
- 1 Qué significa dormir con las puertas del armario abiertas
El descanso es un momento esencial para el bienestar integral. Sin embargo, existen muchas personas que no pueden dormir con las puertas del armario abiertas. Ello se asocia a la inseguridad, vulnerabilidad y falta de control. Según la psicóloga Ángela Gual, esta sensación se vincula con lo que podría llamarse «entamofobia», es decir, el miedo a las puertas abiertas. Para ellos, cerrar una puerta significa marcar un límite. «En su interior, hay una creencia muy profunda de que lo desconocido puede irrumpir sin aviso, y es vivida como una amenaza real», menciona Gual.
Además, la acción de cerrar las puertas del armario no implica solamente un movimiento físico, sino que resulta un mecanismo de evitación que refuerza el miedo. Como describe la psicóloga, cada vez que se cierra la puerta, se valida en el propio pensamiento la idea de que abrirla es peligroso. «Esta rutina refuerza la inseguridad y hace que, poco a poco, la persona no solo se convenza de que necesita esa barrera para dormir, sino que la posibilidad de dejarla abierta se debilite cada vez más porque recuerda el alivio que obtuvo al cerrarla», describe. Si bien el mecanismo de evitación da un alivio momentáneo, a largo plazo genera un miedo mayor. Como señala Gual, al cerrar la puerta, la persona refuerza la idea de que no puede afrontar la situación de otra manera. De esa manera, confirma que tiene razón al temer y se sostiene el ciclo del miedo.
Qué significa dormir con las puertas del armario abiertas
Las personas que necesitan dormir con las dormir con las puertas del armario abiertas suelen presentar una necesidad marcada de control. Al cerrarlas, establecen un marco predecible porque saben lo que hay detrás, reducen la incertidumbre y calman su ansiedad.
«Este comportamiento también puede estar conectado con la “necesidad de cierre cognitivo”. Es una aversión a la ambigüedad y una fuerte motivación por crear certezas estables en su entorno», explica Gual.
Por otra parte, cerrar esas puertas funciona como un anclaje mental, similar a apagar luces o ajustar las almohadas, que le indica al cerebro que ha llegado el momento de desconectarse y descansar.
¿Cómo se desarrolla esta fobia?
El origen de esta fobia puede ser diverso. Según Gual, puede surgir a partir de una experiencia concreta de una situación temerosa que se vivió de forma traumática y luego se generalizó.
También se forma por medio del aprendizaje a través de una figura de referencia (padre, madre u otro adulto) que ponía especial atención en cerrar puertas para sentirse seguro. De esta manera, esa conducta puede arraigarse en los hijos como un patrón emocional.
¿Cuáles son las consecuencias emocionales de dormir con las puertas del armario abiertas?
Las personas que no permiten que las puertas del armario estén abiertas cuando duermen no solo tienen una rutina, sino que muchas veces sienten una gran tensión cuando no pueden realizarla. Esa tensión puede manifestarse como ansiedad, inquietud e incluso pensar que podría pasar si esa puerta queda abierta.
«Ese comportamiento de cierre también afecta su descanso: la necesidad de cerrar puede interferir en la conciliación del sueño, porque la persona debe cumplir con ese gesto para sentirse segura», afirma Gual. Además, advierte que esta costumbre frecuente puede convertirse en algo rígido, hasta rozar comportamientos obsesivo-compulsivos leves.
¿Qué refleja este comportamiento sobre su personalidad?
Al manifestar tal preocupación por lo que hay detrás de una puerta y deben dormir con las puertas del armario abiertas, suelen tener una personalidad con altas necesidades de previsibilidad. No solo se trata de orden, también hay una fuerte necesidad de tener bajo control el espacio personal.
«La puerta cerrada simboliza una barrera tangible e intangible, una forma de proteger lo íntimo, de asegurar que su mundo interior esté a salvo», describe la psicóloga. A su vez, comenta que este tipo de personas puede sentir desconfianza hacia el entorno.
«No solo ven el cierre como protección frente a amenazas físicas, sino como una forma de mantener su autonomía emocional», asegura. Además, cerrar la puerta al dormir puede indicar que la persona no solo busca seguridad inmediata, sino también preservar su espacio y su privacidad.
¿Cuándo consultar a un especialista?
Desde el Colegio de Psicólogos SJ sostienen que no siempre cerrar puertas para dormir es síntoma de un problema serio. Muchas personas lo hacen como parte de su rutina y encuentran que les ayuda a relajarse sin que se trate de una patología. Sin embargo, cuando la necesidad de cerrarlas genera angustia intensa o interfiere con la calidad de sueño, podría ser necesario recibir la atención de un profesional.
Si la conducta se vuelve compulsiva y la persona se queda dormida solo después de cerrar todas las puertas de su armario, o si no hacerlo desencadena crisis de ansiedad, podría tratarse de un rasgo obsesivo.






