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La autoestima es uno de los pilares más importantes de la salud mental y emocional porque influye directamente en cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Cuando está estable, nos ayuda a reconocer nuestras capacidades, limitaciones y fortalezas sin caer en comparaciones dañinas. Sin embargo, cuando es baja se generan pensamientos negativos que afectan nuestra percepción de valor personal. Según explica el doctor Augusto Zafra de la Clínica de Salud Mental Ivane, la autoestima es un conjunto de creencias y percepciones que se construyen a lo largo de la vida y que pueden fluctuar según las experiencias vividas.
Tenerla baja es el resultado de múltiples factores, tanto internos como externos, que moldean la forma en que una persona se percibe. Según el Gabinete Psicológico Mataró, quienes sufren de este problema tienden a enfocarse en lo negativo, magnificando sus debilidades y olvidando sus fortalezas, lo que genera un círculo vicioso de inseguridad y autocrítica. Además, esta situación puede llevar a síntomas como infelicidad, culpabilidad, perfeccionismo excesivo o dificultades en la toma de decisiones. Por lo tanto, reconocer las señales es fundamental para buscar ayuda y comenzar un proceso de fortalecimiento personal. Una forma de trabajar la autoestima baja es buscando ayuda psicológica profesional, en donde se logra trabajar en la identificación de creencias negativas, se aprende a establecer límites sanos y a desarrollar una visión más realista de uno mismo. La autoestima no es estática, sino que logra fortalecerse con el tiempo y el trabajo personal adecuado. «Entender que nadie es perfecto y que el valor de una persona no se mide por comparaciones externas es esencial para avanzar hacia una vida más equilibrada y satisfactoria», sostiene el doctor Zafra.
Los rasgos que definen una autoestima baja
La inseguridad
Una de las señales más evidentes en una persona con autoestima baja es la inseguridad. En este sentido, quien atraviesa dicho estado suele sentir que sus opiniones no tienen valor o que sus capacidades no están a la altura de los demás.
Por lo tanto, diferentes expertos e instituciones aseguran que esto se traduce en miedo a expresar lo que piensa, temor al rechazo y necesidad constante de aprobación externa de parte de las personas de diferentes círculos sociales.
Según integrantes de la Clínica Ivane, la persona con baja autoestima puede convencerse de que los demás son superiores y vivir con la presión de querer parecerse a ellos, lo que refuerza un sentimiento de inseguridad constante.
La tendencia al perfeccionismo
El perfeccionismo, cuando se lleva al extremo, puede ser una señal clara de autoestima baja. Las personas que lo padecen piensan que nunca es suficiente lo que hacen y que siempre podrían haberlo hecho mejor.
Esta autoexigencia genera bloqueo por miedo al fracaso. Según el Instituto Carl Rogers de Barcelona, este patrón suele estar vinculado a heridas emocionales de la infancia o a la presión cultural y social de ser “perfectos” en lo físico, lo laboral o lo económico.
Otra característica común es la tendencia a compararse constantemente con los demás y asumir que son mejores que los demás. Se produce una insatisfacción y sensación de no merecer las cosas buenas de la vida.
«El pensamiento se acompaña de la costumbre de atribuir los logros a factores externos como la suerte y los fracasos a fallos personales, lo que incrementa la autocrítica y reduce aún más la confianza en uno mismo», mencionan los expertos.
La dificultad para tomar decisiones
La baja autoestima también se refleja en la toma de decisiones. Las personas que la padecen suelen sentir que cualquier elección que hagan será errónea. De esta manera, deciden delegar sus decisiones en otros o a bloquearse frente a la incertidumbre.
Además de generarles frustración, les limita la autonomía personal y profesional. «La desconfianza en los propios criterios y la creencia de que siempre habrá alguien que “sabe más” o “decide mejor” es la razón principal de la dificultad para tomar decisiones», indican miembros de la Clínica Ivane.
El sentimiento de culpabilidad, la disminución de la actividad y una visión pesimista de la vida son otros de los signos de alarma en tales personas. A su vez, no solo afecta la percepción que tenemos de nosotros, sino que también impacta en nuestro bienestar emocional, generando tristeza, desmotivación y apatía.
Según los especialistas de la Clínica Ivane, estos síntomas pueden incluso derivar en trastornos como la depresión o la ansiedad si no se trabaja a tiempo.
¿Cuáles son las causas que explican la baja autoestima?
En general, la personalidad se construye a partir de experiencias y factores externos. Entre las causas más frecuentes, destacan experiencias negativas en la infancia, como críticas constantes, falta de cariño, rechazo o abusos.
También son frecuentes heridas de apego, generadas por vínculos tempranos marcados por la falta de empatía o aceptación incondicional. Se presentan situaciones de aislamiento y soledad que debilitan la percepción de valor personal.