Contenido
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- 0.2 Leer está bien, pero los expertos señalan esta actividad sin pantallas como la mejor alternativa para niños
- 0.3 Si saludas siempre al conductor cuando subes al autobús es por esto: lo dice la psicología
- 1 Cuando la prisa deja de tener sentido y aprendemos a soltar: así piensan los mayores de 80 años
- 2 Arrepentimientos y reconciliaciones de los mayores de 80 años
- 3 Elegir lo propio, sin miedo ni obligación
Las cámaras se encendieron en Torrevieja y, por unos minutos, la voz de los mayores volvió a ocupar el centro. Con una mezcla de nostalgia, humor y verdad cruda, hablaron de lo que el tiempo les enseñó. Algunos lo hicieron entre risas, otros con la serenidad que da haber sobrevivido a todo. El video, grabado por Jaime Gumiel (influencer y youtuber) para su canal, reúne testimonios directos y sin adornos de vecinos mayores de 80 años en Torrevieja. Cabe aclarar que si bien Gumiel es joven, su canal ya supera los 135.000 suscriptores en YouTube.
Las respuestas fueron simples y contundentes: anécdotas de trabajo, arrepentimientos, traiciones y también lecciones prácticas. No hay guion ni poses: sólo la voz de quienes, dicen, ya no necesitan demostrar nada. Esa honestidad es la que permite conectar sus vivencias con hallazgos científicos sobre la vejez y el arrepentimiento.
Cuando la prisa deja de tener sentido y aprendemos a soltar: así piensan los mayores de 80 años
“Pues mire, cuando una es mayor, lo único que siente ya es estar tranquilita en casa”, decía una mujer de 87 años, con una sonrisa serena. En la vejez, la prisa desaparece. Esa desaceleración no es solo un cambio físico: es un ajuste en la percepción del tiempo. La llamada time affluence, estudiada por Kasser y Sheldon, describe precisamente esa sensación de disponer de tiempo propio, lo que se asocia con más felicidad y menos estrés.
Vivir sin prisas no significa quedarse quieto. Significa elegir con libertad. Los estudios muestran que esa sensación de control (analizada bajo la Self-Determination Theory) mejora el ánimo y la salud mental. Mantener la autonomía en decisiones cotidianas o en cómo se ocupa el tiempo permite a las personas mayores sentirse activas y satisfechas.
Otro entrevistado, con 84 años, resumía su aprendizaje en pocas palabras: “He tenido de todo, buen tiempo y mal tiempo. No me arrepiento de nada”. La aceptación de los errores y la renuncia a la culpa parecen ser claves en el bienestar tras los 80 años.
La teoría de la gerotranscendencia, desarrollada por Lars Tornstam, aporta un marco útil para comprender este fenómeno. Plantea que muchas personas mayores experimentan un cambio de perspectiva: dejan de preocuparse por la apariencia social o el éxito material y dan más valor a la soledad elegida y a las conexiones humanas. Según una revisión publicada en SpringerLink, esta transformación interior se asocia con mayor satisfacción vital y un sentido más profundo de existencia.
Arrepentimientos y reconciliaciones de los mayores de 80 años
No todas las voces reflejan calma. Una mujer confesaba con tristeza: “Me arrepiento de haberles dado mis propiedades a mis hijas antes de tiempo”. Ese sentimiento de traición familiar sigue siendo uno de los dolores más citados entre mayores de 80 años.
En cambio, los hombres suelen lamentar haber dedicado demasiado tiempo al trabajo y poco a la familia. “Antes llorar era cosa de débiles. Ahora veo que me equivoqué”, admitía otro anciano frente a cámara.
Entre las frases más repetidas en el vídeo destaca una: “Antes nos divertíamos con nada. Hoy los jóvenes lo tienen todo y, sin embargo, son infelices”. Esta comparación subraya un cambio de época. Las generaciones mayores crecieron con menos recursos, pero con más contacto humano. Hoy, la tecnología y la velocidad han transformado esa forma de relación.
La soledad, sin embargo, no siempre es negativa. La gerotranscendencia distingue entre aislamiento y soledad elegida. Los meta-análisis liderados por Holt-Lunstad (publicados en PMC) revelan que el aislamiento social aumenta el riesgo de muerte prematura, mientras que mantener vínculos significativos protege la salud física y mental. La clave, por tanto, no es evitar la soledad, sino conservar las relaciones que aportan sentido.
Elegir lo propio, sin miedo ni obligación
En los testimonios recogidos en Torrevieja se repite una idea: vivir según las propias reglas. “Sean humildes. El que piensa que es más que otro, está muy equivocado”, decía un hombre que recordaba haber empezado su vida “con una bolsita de plástico”. Esa humildad no es resignación, sino lucidez.
A los 80 años, muchas personas descubren que la felicidad no depende de lo que se posee, sino del tiempo que se dedica a lo que se elige.
El último testimonio del vídeo resume el espíritu de toda una generación: “La vida es muy complicada, hijo, pero también muy bonita cuando la entiendes”. Más allá de la nostalgia, esa frase encierra la esencia de lo que la ciencia y la experiencia coinciden en mostrar: que el bienestar después de los 80 años se construye con aceptación, autonomía y vínculos significativos.






