Contenido
- 0.1 El significado de que te pongas las manos en la espalda cuando caminas, según la psicología
- 0.2 Las personas con alto coeficiente intelectual suelen tener este problema en común, según la psicología
- 0.3 La frase que sirve para decir no a cualquier propuesta y quedar bien: funciona siempre, según los psicólogos
- 1 Qué es la lengua de signos y por qué debería estar presente en los colegios
- 2 Diferencias entre lengua de signos y lenguaje de signos
- 3 Beneficios cognitivos y sociales de aprender lengua de signos
En un sistema educativo que prioriza el inglés y el francés como lenguas extranjeras esenciales, hay una lengua tiene el poder de transformar la mente humana. Va más allá del habla, y pese a sus numerosos beneficios en el desarrollo cognitivo, su presencia en el sistema educativo español es casi nula.
Esta lengua no sólo facilita la inclusión de personas con deficiencia auditiva, sino que también estimula habilidades mentales complejas, mejorando la flexibilidad cognitiva y la memoria.
Qué es la lengua de signos y por qué debería estar presente en los colegios
La lengua de signos, reconocida oficialmente en España desde 2007, no debe ser entendida únicamente como una herramienta para personas con pérdida auditiva. Es un idioma con estructura, sintaxis y gramática propias, al igual que cualquier lengua oral.
Según informa PubMed, el aprendizaje temprano de una lengua de signos puede tener un impacto significativo en la plasticidad cerebral, especialmente en niños con implantes cocleares, mejorando áreas como la memoria fonológica y la resolución de problemas no verbales.
En el mundo, existen más de 300 lenguas de signos reconocidas, y aunque algunas comparten elementos comunes, cada una tiene su identidad lingüística. En España, coexisten la Lengua de Signos Española (LSE) y la Lengua de Signos Catalana (LSC), ambas con adaptaciones regionales.
Diferencias entre lengua de signos y lenguaje de signos
Una confusión común radica en la terminología: muchas veces se habla erróneamente de «lenguaje de signos», cuando el término correcto es «lengua de signos». El lenguaje es una capacidad universal del ser humano para comunicarse, mientras que la lengua es el sistema específico que se utiliza para hacerlo.
Así, la LSE es tan válida como el español o el francés en términos lingüísticos. Esta precisión terminológica es esencial para otorgar a esta forma de comunicación el estatus que merece dentro del entorno educativo y social.
Los beneficios de aprender esta lengua no se limitan exclusivamente a la accesibilidad. Su uso constante mejora la percepción visual, la coordinación motora fina y la atención selectiva.
Además, al ser un lenguaje gestual, favorece la expresión artística y la comprensión del lenguaje corporal, habilidades clave en disciplinas como el teatro o la danza. Según el Instituto Europeo de Educación (IEE), estudiar LSE fomenta una mayor empatía y sensibilidad social, cualidades esenciales en una sociedad cada vez más diversa.
Las evidencias científicas apuntan a que la exposición temprana a una lengua de signos puede ser determinante en el desarrollo lingüístico de niños sordos, especialmente aquellos con acceso limitado al habla. Mejora su comprensión del lenguaje oral y también los equipara, en muchos casos, a sus compañeros oyentes en competencias cognitivas.
Pese a todo ello, la lengua de signos sigue siendo una asignatura ignorada en la mayoría de colegios españoles. Una inclusión más amplia en los programas escolares beneficiaría a los alumnos con discapacidad auditiva y ofrecería a todos los estudiantes una herramienta única para desarrollar sus capacidades mentales, comunicativas y sociales. Y tú, ¿sabes comunicarte en esta lengua o quieres aprender?