Contenido
- 0.1 «Me gustaba la carrera, pero no me matriculé porque no quería trabajar de eso: ahora estoy mejor que nunca»
- 0.2 La frase que calma cualquier rabieta infantil en segundos cuando todo lo demás falla, según los psicólogos
- 0.3 Cinco rutinas que tienen todas las personas superdotadas, según los expertos: siempre las cumplen
- 1 Cómo es una persona que sea muy sensible e intensa
- 1.1 El procesamiento sensorial y la alta sensibilidad
- 1.2 Los orígenes de las Personas Altamente Sensibles
- 1.3 Qué pasa cuando una persona es muy sensible e intensa: sus características
- 1.4 Las razones de ser una Persona Altamente Sensible
- 1.5 Las consecuencias de la alta sensibilidad
- 1.6 Algunos consejos para llevar la alta sensibilidad
Las personas procesan el mundo sensorial de distintas maneras. Mientras algunas responden de forma más filtrada a estímulos cotidianos, otras lo hacen con mayor intensidad. Esta variabilidad se debe a diferencias en el sistema nervioso y el cerebro, que actúa como un filtro sensorial. En particular, que una persona sea muy sensible e intensa no significa que sea insegura si no que poseen una sensibilidad neurosensorial aumentada, y esto es que captan y procesan más profundamente la información del entorno. A esto se le conoce como alta sensibilidad.
Según el Instituto Europeo de Psicología Positiva «la Alta Sensibilidad no es ningún trastorno, ni enfermedad, ni anomalía del individuo; se trata de una característica de su procesamiento sensorial». Las Personas Altamente Sensibles (PAS) tienen un sistema nervioso más receptivo y profundo, lo cual se refleja en una mayor empatía, intuición y capacidad de observación. Su cerebro muestra mayor activación en áreas relacionadas con la emoción, el procesamiento sensorial y la conciencia social. Diversos estudios indican que este rasgo tiene una base genética, heredada de ancestros cuya sensibilidad favoreció la supervivencia al detectar peligros sutiles o necesidades del grupo. Las PAS tienden a sentirse abrumadas por el ruido, las multitudes o las emociones intensas, pero también experimentan una profunda apreciación por el arte, la naturaleza y los vínculos humanos. La alta sensibilidad no es una debilidad ni una etiqueta clínica, sino una forma distinta de estar en el mundo. Comprender este rasgo es el primer paso para integrarlo de manera saludable en la vida cotidiana.
Cómo es una persona que sea muy sensible e intensa
El procesamiento sensorial y la alta sensibilidad
No todas las personas experimentan el mundo de la misma manera. Algunas procesan los estímulos sensoriales, como los ruidos, luces, emociones, interacciones, de forma más intensa y profunda. Esto se debe a una mayor sensibilidad del sistema nervioso central, lo que hace que ciertas personas sean más receptivas y empáticas.
A este grupo se le conoce como Personas Altamente Sensibles (PAS), un rasgo de personalidad reconocido por la psicología desde los estudios de la doctora Elaine Aron en los años 90. La alta sensibilidad no es una enfermedad ni un trastorno, sino una forma distinta de procesar la realidad que afecta a alrededor del 15-20% de la población mundial.
Los orígenes de las Personas Altamente Sensibles
El rasgo de alta sensibilidad es evolutivamente antiguo. Se ha observado en más de 100 especies animales, como perros, gatos y caballos. Desde una perspectiva evolutiva, este rasgo ofrecía ventajas: las PAS eran las primeras en detectar peligros, cambios ambientales o necesidades grupales, lo que favorecía la supervivencia de la comunidad.
Actualmente, sin embargo, vivir con alta sensibilidad en un mundo hiperestimulado puede generar estrés, ansiedad o malentendidos, especialmente si no se comprende ni se gestiona adecuadamente este rasgo.
Qué pasa cuando una persona es muy sensible e intensa: sus características
Las Personas Altamente Sensibles comparten una serie de rasgos comunes, aunque pueden variar en intensidad según la persona:
- Alta empatía y capacidad de ponerse en el lugar del otro.
- Sensibilidad a los estímulos sensoriales como ruidos fuertes, luces brillantes o multitudes.
- Tendencia a la introspección y reflexión profunda.
- Apreciación por el arte, la música y la naturaleza.
- Reacción emocional intensa ante situaciones positivas o negativas.
- Necesidad de tiempo a solas para recargar energía.
- Intuición aguda y percepción de detalles que otros pasan por alto.
- Sensibilidad al dolor físico o emocional ajeno.
- Dificultad para manejar el estrés o los cambios bruscos.
Las razones de ser una Persona Altamente Sensible
- Predisposición genética heredada de padres o abuelos.
- Experiencias tempranas en la infancia que reforzaron la conexión emocional y la alerta.
- Temperamento innato, presente desde el nacimiento.
- Adaptación evolutiva para responder de forma más profunda al entorno.
- Influencia del entorno familiar y social durante el desarrollo emocional.
Las consecuencias de la alta sensibilidad
Positivas
- Relaciones profundas y significativas.
- Alta creatividad y capacidad artística.
- Fuerte conexión con la naturaleza y los animales.
- Compromiso con causas sociales o humanitarias.
Negativas
- Agotamiento emocional por sobreestimulación.
- Ansiedad social o necesidad de evitar entornos ruidosos.
- Problemas para poner límites o decir que no
- Malentendidos en relaciones por sentirse incomprendidos.
- Mayor riesgo de padecer estrés crónico o depresión si no se gestiona bien la sensibilidad.
Algunos consejos para llevar la alta sensibilidad
Aprender a convivir con la alta sensibilidad es clave para una vida equilibrada. Algunos consejos útiles incluyen:
- Aceptar tu sensibilidad como un rasgo personal, no como un defecto.
- Evitar ambientes sobre estimulantes o buscar pausas frecuentes.
- Establecer límites claros en relaciones y actividades sociales.
- Practicar técnicas de relajación, como meditación o respiración consciente.
- Dormir lo suficiente para recuperar energías emocionales.
- Crear espacios tranquilos en el hogar donde puedas desconectar.
- Expresar emociones a través del arte, la escritura o el diálogo.
- Buscar apoyo profesional si sientes que tu sensibilidad interfiere con tu bienestar.