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Las cenas de empresa son uno de los eventos sociales más esperados del año. Se trata de un momento especial en donde el ambiente profesional se mezcla con lo festivo y donde se genera un clima más distendido y divertido con un humor distendido acompañados de una cena y bebidas. Según explica la psicóloga y experta en terapia de parejas Lara Ferreiro, las cenas de empresa en Navidad crea un escenario que no solo favorece la relajación, sino que también puede reactivar vínculos sexuales latentes entre compañeros. Para la especialista, estos encuentros facilitan determinados comportamientos impulsivos que pueden incluir episodios de infidelidad.
Para Ferreiro, lo que ocurre durante estas celebraciones responde a lo que denomina el “cóctel navideño”, una combinación de factores psicológicos, hormonales y sociales que se intensifican con la llegada de la Navidad. «Este es el momento del año en el que más infidelidades se producen dentro del ámbito laboral, debido a que la tensión acumulada durante meses puede materializarse cuando el entorno se vuelve más permisivo», explica Ferreiro. En este sentido, se presentan elementos como la “mera exposición”, un principio psicológico que incrementa la atracción cuanto más tiempo se convive con una persona, el alcohol o la sensación de libertad momentánea, que aumentan la probabilidad de que los límites personales y profesionales se diluyan. «El fenómeno se ve reforzado por necesidades emocionales insatisfechas, la búsqueda de conexión humana y la presión emocional propia de las fiestas», afirma la psicóloga.
La experta en terapia de parejas identifica cinco componentes principales que, combinados, elevan el riesgo de infidelidades durante estas cenas. El primero es la proximidad laboral, ya que compartir más de 200 horas con una persona incrementa la posibilidad de desarrollar atracción romántica o sexual. A su vez, detalla que estos vínculos son especialmente intensos en profesiones con alto estrés, como médicos, policías o bomberos.
«El segundo factor es el alcohol, un desinhibidor que altera la percepción de control y facilita decisiones impulsivas. A esto se suman los dramas familiares, muy frecuentes en diciembre, que llevan a algunas personas a buscar una vía de escape emocional», menciona.
Ferreiro también comenta la necesidad de conexión humana que se intensifica por el clima festivo e invernal. También se complementa por la ausencia de la pareja en estos eventos, lo que genera una sensación de libertad temporal.
Ferreiro detalla los espacios donde suelen producirse estos episodios de infidelidad. Los hoteles son el lugar más habitual tras la celebración, seguidos por el taxi entre el restaurante y el bar.
También menciona las escaleras oscuras, donde muchas parejas se esconden momentáneamente antes de continuar la fiesta como si nada hubiera ocurrido. El último escenario frecuente son los escritorios de la empresa, especialmente cuando la fiesta se celebra en el propio lugar de trabajo.
En cuanto a con quién ocurre la infidelidad, la psicóloga establece un orden de probabilidad: en primer lugar, con un compañero de otro departamento; en segundo lugar, con alguien del mismo equipo, debido a la constante convivencia y al efecto de la oxitocina, la llamada “hormona del amor”.
En tercer lugar, aparece la figura del jefe, marcada por la erótica del poder; luego un secretario o secretaria- Por último, un becario, cuya presencia temporal genera una combinación de novedad y distancia emocional.
¿Cómo entender la infidelidad?
Ferreiro también subraya que el concepto de infidelidad está cambiando. Según explica, el modelo monógamo tradicional ya no funciona para muchas personas, y cada vez más parejas conciben la infidelidad no necesariamente como un motivo de ruptura, sino como una forma de cubrir necesidades afectivas o sexuales no satisfechas dentro de la relación. Sin embargo, este enfoque más flexible no elimina la culpa, especialmente cuando la situación se hace pública.
La psicóloga afirma que vivimos en una sociedad profundamente influenciada por la vergüenza y el resentimiento, lo que hace que muchas personas pudieran perdonar una infidelidad solo si nadie más lo supiera.
«Además, el sentimiento de traición es más fuerte en las mujeres, debido a las cargas emocionales, históricas y relacionales que suelen asumir. Esta sensibilidad mayor las lleva, en ocasiones, a priorizar su bienestar emocional por encima de la continuidad de la relación», sostiene Ferreiro.
Las infidelidades desde la perspectiva de la salud relacional
Según Consulta Goya, centro profesional en psicología y psiquiatría, la infidelidad surge por una compleja interacción entre factores individuales, relacionales y contextuales.
Uno de los aspectos centrales es la insatisfacción dentro de la relación, ya sea por monotonía, cambios vitales, nacimientos de hijos o falta de conexión emocional, siendo las justificaciones más frecuentes.
A su vez, los expertos aseguran que la calidad del vínculo, su estabilidad y su capacidad para servir como refugio emocional también determinan la vulnerabilidad de una pareja frente a posibles infidelidades.