Contenido
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- 0.2 Test de personalidad: qué raza de perro eres según tu mes de nacimiento
- 0.3 El significado de hacer fotos a tu coche para recordar dónde aparcas, según la psicología
- 1 La edad en la que somos más infelices
La vida humana transcurre a través de etapas que moldean nuestra percepción del bienestar y la infelicidad. Desde la juventud, caracterizada por la exploración y la proyección hacia el futuro, hasta la madurez, donde la estabilidad se vuelve prioridad, pasamos momentos que influyen en nuestras emociones y expectativas. En este recorrido, diversos estudios han identificado un punto específico de cuál es la edad en la que somos más infelices: los 47 años, una edad que coincide con la llamada crisis de la mediana edad y que ha sido ampliamente analizada por psicólogos, economistas y sociólogos.
Pschology Today explica en el artículo “¿A qué edad somos más infelices?”, que «Mientras que la mayoría de nosotros percibimos a los niños pequeños como bastante felices, la edad adulta media parece ser una edad particularmente difícil». Alrededor de los 47 años se alcanza un punto crítico de infelicidad asociado a la conocida crisis de la mediana edad. En esta etapa convergen varias fuentes de presión: la constatación del paso del tiempo, la revisión de metas incumplidas, el desgaste acumulado por las responsabilidades laborales y familiares, así como cambios fisiológicos y emocionales propios del envejecimiento. Además, las relaciones pueden tensionarse por cambios en la dinámica de pareja o por la autonomía creciente de los hijos, mientras que la salud mental puede verse afectada por estrés crónico, ansiedad o sentimientos de estancamiento.
La edad en la que somos más infelices
La combinación de estas experiencias crea un terreno fértil para el malestar, impulsando procesos de autocrítica intensa y sensación de pérdida de control. Comprender este fenómeno permite abordarlo con mayor claridad y ofrecer estrategias de afrontamiento para transitarlo con resiliencia y mantener una perspectiva más equilibrada ante desafíos.
¿Por qué los 47 años son la edad de mayor infelicidad?
Aunque cada vida es única, las estadísticas muestran que el bienestar sigue una curva en forma de “U”, donde los niveles de satisfacción son altos en la juventud, disminuyen en la mitad de la vida y vuelven a aumentar en la vejez. Un estudio de The Reporter asegura que “La forma de U ha desaparecido y ahora la desesperación disminuye con la edad. Los niveles de desesperación en el grupo menor de 50 años han aumentado”. El punto más bajo de esta curva suele ubicarse alrededor de los 47 años, un momento en el que convergen responsabilidades, presiones internas y externas, así como un replanteamiento profundo del proyecto de vida.
A ellos 47, muchas personas experimentan un balance vital que puede resultar doloroso. La percepción de que ciertas metas ya no son alcanzables, el desgaste emocional por años de trabajo y cuidado familiar, y los primeros signos de envejecimiento físico contribuyen al malestar. También influyen la falta de reconocimiento profesional, la sensación de rutina, el distanciamiento social y la presión por mantener estabilidad económica. La autoestima puede afectarse al compararse con expectativas propias o ajenas, y la salud mental puede verse comprometida si no existen espacios de apoyo.
Las causas de ser infelices a los 47 años
Las causas más frecuentes que explican por qué esta edad se considera un punto crítico en términos emocionales y psicológicos incluyen:
Salud mental en tensión
- Aumento del estrés acumulado por responsabilidades laborales y familiares.
- Episodios de ansiedad o depresión vinculados a la insatisfacción personal.
- Sensación de estancamiento o falta de motivación.
Cambios físicos y percepción del envejecimiento
- Aparición de dolencias crónicas o pérdida de energía.
- Preocupación por la imagen corporal.
- Reconocimiento de que el cuerpo ya no responde igual que antes.
Presiones laborales y económicas
- Temor a la inestabilidad económica futura.
- Tope en el crecimiento profesional o falta de reconocimiento laboral.
- Dificultad para equilibrar trabajo, descanso y vida personal.
Transformaciones en los vínculos afectivos
- Crisis en la relación de pareja o separación.
- Hijos que se vuelven independientes, generando sensación de “nido vacío”.
- Pérdida o deterioro de amistades por falta de tiempo.
Familia y responsabilidades múltiples
- Cuidado de hijos y, simultáneamente, de padres que envejecen.
- Falta de tiempo personal y agotamiento emocional.
Evaluación de metas y sentido de vida
- Comparación constante con logros ajenos.
- Frustración por objetivos no cumplidos.
- Dudas sobre el rumbo personal y profesional.
Las consecuencias de por qué ser más infelices
Este periodo de insatisfacción puede tener repercusiones significativas si no se atiende adecuadamente. Entre las consecuencias más comunes se encuentran:
Desgaste psicológico
- Mayor riesgo de ansiedad y depresión.
- Autoconcepto negativo y baja autoestima.
- Mayor irritabilidad o sensibilidad emocional.
Deterioro de vínculos personales
- Distanciamiento en la pareja.
- Conflictos familiares más frecuentes.
- Aislamiento social o pérdida de amistades.
Problemas laborales
- Reducción del rendimiento.
- Desmotivación o deseo impulsivo de cambiar de profesión.
- Incremento del estrés y agotamiento mental.
Decisiones impulsivas
- Cambios repentinos en estilo de vida.
- Gasto excesivo como mecanismo de escape.
- Búsqueda de experiencias extremas para “sentirse vivo”.
Afectación a la salud física
- Insomnio o fatiga constante.
- Dolores musculares o cefaleas.
- Descuidos en la alimentación y el ejercicio.
Consejos para superar esta etapa saludablemente
Existen estrategias que pueden contribuir a recuperar el bienestar emocional y construir una vida más equilibrada:
Aceptar los cambios al ser infelices
- Reconocer que las emociones son parte del proceso.
- Evitar comparaciones poco realistas.
- Ajustar expectativas desde una mirada amable.
Fortalecer los vínculos afectivos
- Conversar abiertamente con la pareja y la familia.
- Recuperar amistades o buscar nuevas conexiones sociales.
- Pedir apoyo cuando sea necesario.
Cuidar la salud mental
- Acudir a terapia psicológica.
- Incorporar técnicas de relajación como respiración, mindfulness o meditación.
- Establecer límites para disminuir el estrés.
Replantear metas y proyectos
- Establecer objetivos realistas y alcanzables.
- Explorar nuevos intereses, cursos o actividades creativas.
- Valorar los logros ya alcanzados, por pequeños que parezcan.
Mejorar la salud física
- Practicar ejercicio regularmente.
- Mantener una alimentación equilibrada.
- Dormir adecuadamente y respetar tiempos de descanso.
La etapa infeliz en la juventud
Además de la edad más infeliz en general, hay parámetros que establecen que los jóvenes son cada vez menos alegres. Un reciente estudio publicado en PLOS ONE pone en duda ese patrón: hoy, la etapa más triste no es la mediana edad. Según el estudio, la juventud emerge como la etapa donde más aumenta el malestar psicológico. Este hecho impacta no solo en psicología clínica sino también en políticas públicas y en la forma en que entendemos la salud mental colectiva.








