Contenido
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- 1 ¿Por qué no te acuerdas de lo que sueñas?
Los sueños forman parte de la experiencia humana durante el descanso y para muchas personas resultan difíciles de retener y recordar. Al despertar, solemos sentir que vivimos momentos intensos durante la noche y que esa vivencia se desvanece rápidamente, quedando el registro de fragmentos confusos. Según la investigación científica, recordar o no los sueños depende de procesos neurobiológicos muy específicos que ocurren mientras dormimos y en el momento exacto del despertar. De esta manera, la razón de por qué no te acuerdas de lo que sueñas tiene que ver con analizar cómo funciona la memoria, cómo cambian los neuroquímicos cerebrales durante la noche y qué papel juega el despertar breve que solemos pasar por alto.
Desde la medicina del sueño se ha observado que no todas las personas recuerdan los sueños con la misma frecuencia. El médico del sueño Mayank Shukla explica que quienes rara vez evocan sus sueños suelen mostrar una menor reactividad a los estímulos ambientales durante la noche y una actividad cerebral más estable en comparación con quienes los recuerdan a menudo. Además, los neuroquímicos predominantes durante esta fase de sueño, diferentes a los de la vigilia, dificultan la consolidación de la memoria. «El cerebro dormido no memoriza información nueva del mismo modo que cuando está despierto, por lo que los sueños permanecen en una memoria frágil y de corta duración», menciona Shukla. A su vez, comenta que, si no se produce un paso adecuado hacia la vigilia, estas experiencias se pierden con facilidad.
¿Por qué no te acuerdas de lo que sueñas?
Uno de los principales motivos por los que te no te acuerdas de lo que sueñas es que su memoria es efímera. Según Popular Science, los estudios del sueño muestran que es poco frecuente recordar un sueño si no nos despertamos durante él o inmediatamente después.
Erin Wamsley, profesora asociada de psicología y neurociencia en la Universidad Furman, sostiene que la clave está en la atención consciente. «Cuando no reflexionamos sobre el sueño al despertar, este se desvanece rápidamente, como ocurre con cualquier información que no se consolida en la memoria a largo plazo», asegura.
Según especifica la especialista, este fenómeno se relaciona con la actividad de los neurotransmisores. Cuando sueñas, especialmente en fases profundas, los sistemas cerebrales responsables de fijar recuerdos funcionan de manera distinta.
«Despertarse brevemente durante la noche, incluso por unos segundos, aumenta la probabilidad de recordar aquello que pensamos mientras dormimos porque permite transferir la experiencia onírica desde la memoria inmediata hacia una forma más estable», comenta Wamsley.
Las fases del sueño
No todas las etapas del sueño favorecen el recuerdo onírico de la misma manera. El investigador Raphael Vallat destaca que despertar durante la fase de movimientos oculares rápidos, conocida como sueño REM, incrementa la probabilidad de recordar lo que sueñas hasta en un 80 o 90%. En cambio, si el despertar ocurre durante otras fases, especialmente el profundo de ondas lentas, las probabilidades descienden de forma drástica.
Aunque solemos asociar los sueños únicamente al sueño REM, la ciencia actual sugiere que solemos hacerlo en todas las etapas del descanso nocturno. Sin embargo, la transición del sueño REM a la vigilia es más gradual, lo que reduce el riesgo de que la memoria de ello se borre. En otras fases, el cambio es más brusco y la información se pierde con mayor facilidad.
¿Cómo influye la forma de despertar en acordarte de lo que sueñas?
La manera en que nos despertamos también condiciona el recuerdo de los sueños. Jing Zhang, investigadora de neurociencia cognitiva en el Hospital General de Massachusetts, señala que despertarse con una alarma disminuye las probabilidades de recordar lo que hay en el cerebro durante la noche.
«Las alarmas pueden interrumpir el sueño en una fase profunda y provocar un aumento rápido del cortisol, la hormona del estrés, que orienta la atención hacia las necesidades más inmediatas del día», explica.
Según Zhang, este despertar abrupto impide una transición lenta y reflexiva hacia la vigilia, necesaria para recuperar el contenido onírico. En cambio, cuando el despertar es natural, el cerebro dispone de unos instantes para reconstruir y fijar lo que sueñas antes de que se desvanezca.
La dificultad para recordar lo que sueñas
No todos los sueños tienen la misma intensidad ni el mismo valor emocional, y eso influye directamente en su recuerdo. Zhang explica que, al igual que los recuerdos emocionales de la vida consciente, aquellos cargados de emoción tienen mayor probabilidad de permanecer en la memoria.
«Los inquietantes o especialmente significativos activan áreas cerebrales vinculadas a la emoción, lo que facilita su retención durante más tiempo», menciona.
Por el contrario, los sueños poco elaborados suelen olvidarse con rapidez. Esto explica por qué algunas personas recuerdan con claridad pesadillas o aquellos muy simbólicos, mientras que otros episodios nocturnos pasan desapercibidos.
Las diferencias individuales en el recuerdo de lo que sueñas
El recuerdo de lo que pensamos sin querer y de manera inconsciente durante la noche no solo depende del sueño en sí, sino también de características personales. Los estudios indican que la memoria onírica tiende a disminuir con la edad y suele ser más frecuente en mujeres que en hombres.
Según Raphael Vallat, ciertos rasgos de personalidad influyen de manera notable. «Las personas con mayor apertura a la experiencia, creatividad, ansiedad o tendencia a la fantasía suelen recordar más sus sueños», concluye el profesional.
La conexión entre emociones y recuerdos oníricos
Las emociones son un ingrediente fundamental del recuerdo onírico. Según un estudio de la American Academy of Sleep Medicine, los sueños que contienen elementos emocionales intensos —ya sean positivos o negativos— se recuerdan con mayor facilidad. Esto se debe a que las emociones activan estructuras cerebrales relacionadas con la consolidación de la memoria, como la amígdala y el hipocampo.
Recordar lo que sueñas
A diferencia hay muchas personas que sí recuerdan todo aquello que sale en la mente durante la noche. En algunos casos, los recuerdos oníricos intensos pueden estar vinculados a trastornos del sueño como el insomnio, el trastorno de estrés postraumático o incluso la parálisis del sueño. Recordar los más perturbadores con frecuencia puede interferir con el descanso y la sensación de recuperación.








