Contenido
- 0.1 Ni sudokus ni libros: estos son todos los beneficios de los crucigramas para mayores de 60, según expertos
- 0.2 Ni lectura ni crucigramas: la actividad que recomiendan para que los mayores de 60 mantengan la memoria en forma
- 0.3 Ni sudokus ni leer novelas: el mejor ejercicio mental para mayores de 60 años que mantiene la memoria activa
- 1 Por qué hay quien quiera ser siempre el centro de atención
En toda conversación hay alguien que acapara el relato, en cada grupo hay quien parece no tolerar el silencio ajeno, y en más de una reunión hay una persona que, de forma casi automática, desvía el foco hacia sí misma. Aunque a veces esta conducta se asocia con un fuerte carisma o extroversión, querer ser siempre el centro de atención puede ocultar una necesidad profunda de validación o incluso una construcción frágil de la autoestima. Esta tendencia no solo afecta a quienes la practican, sino también a quienes conviven con estas personalidades, provocando desequilibrios relacionales y desgaste emocional.
Según especialistas en psicología social y de la personalidad, el deseo constante de ser el centro de atención puede estar vinculado a factores como la inseguridad, una educación basada en la sobreexigencia o la necesidad crónica de reconocimiento externo. En muchos casos, no se trata simplemente de alguien que disfruta la visibilidad, sino de una persona que depende emocionalmente de ella. La American Psychological Association señala que este tipo de comportamiento puede ser una expresión de trastornos como el narcisismo o el trastorno histriónico de la personalidad. Sin embargo, también puede manifestarse en personas sin diagnóstico clínico, como un patrón aprendido o reforzado por entornos competitivos o redes sociales que premian la exposición constante. En cualquier caso, entender qué hay detrás de este comportamiento puede ayudarnos tanto a empatizar como a establecer límites saludables con este tipo de personas.
Por qué hay quien quiera ser siempre el centro de atención
Validación externa como pilar emocional
Uno de los motivos principales detrás del deseo de ser el centro de atención es la búsqueda incesante de validación externa. Muchas personas aprenden, desde temprana edad, que ser admiradas, halagadas o reconocidas públicamente es una forma de recibir afecto o aprobación. Con el tiempo, esta necesidad puede consolidarse como una fuente primaria de autoestima. Así, la falta de atención ajena puede sentirse como un rechazo personal.
Esta dependencia emocional lleva a conductas que buscan asegurar constantemente el foco: interrumpir a los demás, exagerar historias, buscar conflictos para resaltar o mostrarse hipersensibles ante la indiferencia. Aunque en algunos casos esto se vive con naturalidad, en otros genera un sufrimiento silencioso, ya que el individuo depende del entorno para sentirse siempre mejor y destacar.
Tal como señala la Organización Mundial de la Salud en sus recomendaciones sobre salud mental y bienestar psicosocial, el desarrollo de la autoestima debería basarse en la autovaloración y no en la comparación o el juicio ajeno.
Trastornos de personalidad y necesidad de protagonismo
En algunos casos, esta conducta de llamar la atención puede estar asociada a condiciones clínicas específicas. El trastorno histriónico de la personalidad, por ejemplo, se caracteriza por una emotividad exagerada y un deseo constante de ser el centro de atención y todas las miradas.
Las personas con este diagnóstico suelen sentirse incómodas cuando no son el foco de la atención y utilizan su apariencia o comportamiento para obtener reconocimiento.
Por otro lado, el narcisismo patológico —distinto del narcisismo común que todos tenemos en cierto grado— implica una autoimagen grandiosa y una necesidad extrema de admiración. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), estas personas pueden carecer de empatía y usar a los demás como un espejo que confirme su superioridad o relevancia. En este caso, suelen ser trastornos que debe tratarse de ayuda de profesionales.
El rol de la infancia y los vínculos primarios
Los psicólogos evolutivos coinciden en que muchas de estas conductas tienen su origen en experiencias tempranas. Los niños que recibieron atención solo cuando hacían algo llamativo, o aquellos que fueron castigados por mostrarse “normales” o tranquilos, pueden aprender que sobresalir es la única forma de obtener amor.
También puede ocurrir lo contrario: quienes crecieron ignorados pueden desarrollar una personalidad centrada en captar atención como forma de compensar la falta de reconocimiento temprano. Así que todo depende de cada persona y del diagnóstico que puede tener cada uno según su esfera de comportamiento.
La educación emocional y la forma en que se valida a los niños tienen un impacto profundo en su futuro. Según la Agencia Europea para la Educación Especial, fomentar la autoestima desde la infancia es clave para formar adultos equilibrados emocionalmente, que no dependan exclusivamente del juicio ajeno para sentirse bien y admirados a la vez.
En la era digital, el deseo de ser el centro de atención es ahora eje en nuevas plataformas de expresión. Las redes sociales incentivan la exposición constante, los comentarios positivos y la visibilidad como forma de éxito. Esto ha generado, en algunos casos, un refuerzo de comportamientos centrados en el “yo”: publicaciones diseñadas para recibir aprobación, vidas editadas para generar envidia o admiración, y una atención obsesiva a la cantidad de likes o visualizaciones.
Aunque no todos los usuarios caen en este patrón, sí se ha observado un aumento en la ansiedad relacionada con la imagen pública digital. Los especialistas alertan sobre el impacto de este fenómeno en la salud mental, ya que la necesidad de mantener una imagen atractiva o exitosa puede generar frustración, agotamiento y baja autoestima cuando la respuesta del público no es la esperada.
Cómo gestionar este comportamiento
Cuando la necesidad de atención se vuelve realmente un problema, tanto para uno mismo como para los demás, es fundamental abordarla con autoconocimiento y apoyo terapéutico si es necesario. Aprender a tolerar el silencio, disfrutar del éxito ajeno, escuchar sin intervenir y desarrollar una autoestima interna son pasos clave para equilibrar esta tendencia.
Para quienes conviven con personas que buscan constantemente atención, es importante poner límites sin culpabilizar. La empatía no implica tolerar el desgaste emocional. Establecer espacios de diálogo y promover la escucha activa puede generar relaciones más sanas y menos centradas en el ego.
Buscar ayuda profesional
Ya hemos ido desglosando que si estas personas quieren ser siempre el centro de atención y esto les afecta en gran medida con ellos mismos y con los demás, entonces es necesario pedir ayuda profesional para salir de este círculo vicioso.