Contenido
- 0.1 Ni lectura ni crucigramas: ésta es la actividad recomendada para que los mayores de 60 mantengan la memoria en forma
- 0.2 Qué significa soñar con personas que ya han fallecido, según los psicólogos
- 0.3 Ir de paseo está bien, pero los expertos recomiendan este sencillo ejercicio de relajación a los mayores de 60 años
- 1 El estrés puede mejorar el rendimiento en el trabajo, según un estudio científico
- 2 Las emociones que nos genera el estrés marcan la diferencia en el ámbito laboral
- 3 Cómo convertir la presión laboral en un impulso positivo
Vivimos empeñados en reducir el estrés, pero no sabemos que ese punto de ansiedad no siempre es perjudicial en el mundo laboral. A veces la tensión puede ayudarnos a mejorar el rendimiento en el trabajo.
Al menos eso es lo que defiende un nuevo estudio de la Portland State University (PSU), que ha demostrado que ciertos tipos de presión pueden mejorar el rendimiento y el crecimiento profesional, siempre que provengan de los desafíos adecuados. La diferencia no está en cuánta tensión sentimos, sino en de dónde viene y qué emociones despierta.
El estrés puede mejorar el rendimiento en el trabajo, según un estudio científico
Según el estudio publicado en la revista Journal of Occupational Health Psychology, los investigadores de la PSU analizaron a 185 empleados durante varias semanas para descubrir cómo afecta el estrés al rendimiento real. La conclusión fue clara: no todo el estrés es igual.
El equipo liderado por la profesora Liu-Qin Yang distinguió entre dos tipos principales: los estresores de desafío y los estresores de obstáculo.
Los primeros incluyen tareas que exigen esfuerzo, pero aportan crecimiento, como nuevas responsabilidades o proyectos que desarrollan habilidades.
Los segundos, en cambio, son trabas sin sentido (burocracia, confusión de roles o normas contradictorias) que generan frustración y agotamiento.
Los llamados estresores de desafío se relacionan con más concentración y emociones positivas, mientras que los de obstáculo suelen provocar descenso en el ánimo y menor productividad.
Las emociones que nos genera el estrés marcan la diferencia en el ámbito laboral
El estudio midió cómo el estado emocional varía ante cada tipo de demanda. Cuando los empleados afrontaban retos con propósito, experimentaban lo que los investigadores llaman subidas emocionales.
Es decir, más sentimientos positivos y menos negativos. Estas mejoras en el ánimo mediaban directamente el aumento del rendimiento laboral.
Por el contrario, los obstáculos sin sentido generaban bajones emocionales, con pérdida de energía y actitud negativa. Esos cambios estaban directamente asociados con una menor implicación y menor disposición a ayudar a los compañeros.
Los datos se obtuvieron mediante diarios semanales y encuestas repetidas en dos muestras: trabajadores norteamericanos durante 12 semanas y empleados chinos durante tres. En ambos casos, los resultados se repitieron con patrones muy similares.
Cómo convertir la presión laboral en un impulso positivo
Los científicos han explicado cómo reducir la ansiedad, pero en este caso se han centrado en reorganizarla para sacarle partido. Para ello analizaron el llamado enfoque de promoción.
Esto es un estilo mental centrado en el crecimiento y la mejora. Quienes adoptan esa visión aprovechan mejor los estresores de desafío y obtienen más beneficios.
Por el contrario, las personas con enfoque de prevención (más orientadas a evitar errores) tienden a sufrir más los efectos de los obstáculos.
Por ello la clave de un buen líder es que sean capaces de modular el tipo de estrés que enfrentan sus equipos. Simplificar procesos, aclarar roles y ofrecer apoyo ante los plazos ajustados reduce los estresores de obstáculo. En cambio, presentar los retos como oportunidades de aprendizaje fomenta un estrés saludable, capaz de impulsar la motivación sin caer en el agotamiento.
 
			 
			






 
															 
															