Contenido
- 0.1 Ni sudokus ni libros: estos son todos los beneficios de los crucigramas para mayores de 60, según expertos
- 0.2 Qué significa que una persona siempre quiera ser el centro de atención, según la psicología
- 0.3 Ni lectura ni crucigramas: la actividad que recomiendan para que los mayores de 60 mantengan la memoria en forma
- 1 La actividad que deberían probar todos los jubilados
- 2 ¿Qué se necesita para empezar con este pasatiempo?
La mayor parte de la vida se pasa trabajando. Despertarse temprano, salir corriendo, cumplir horarios, reuniones, decisiones, compromisos. Así, día tras día, se va yendo la vida, ocupada por una rutina, pero cuando llega la jubilación, todo eso desaparece de golpe. Ya no hay oficina, ni compañeros de trabajo, ni reuniones. Sólo queda mucho tiempo.
Al principio, eso puede sentirse como un respiro. Hay horas de sobra para descansar, hacer lo que uno quiera, incluso aburrirse a gusto. Pero con las semanas puede llegar un sentimiento raro: ¿qué se hace con tantas horas vacías?
Si no se encuentra una actividad, puede asomar la sombra de la apatía o incluso de la depresión. Por eso los pasatiempos no son un lujo, sino una necesidad.
La actividad que deberían probar todos los jubilados
El pasatiempo que deben hacer todos los jubilados para mejorar la autoestima es tejer. Esto, más allá de mover las manos, impulsa la concentración, creatividad, memoria, coordinación y paciencia. Y todo eso, en la tercera edad, vale oro. No hay que ser un artista ni tener experiencia previa, sino que basta con unas agujas, un ovillo y ganas de probar algo nuevo.
Tejer ayuda a la salud mental y física. Por ejemplo, quienes lo practican de forma regular experimentan una mejora en el estado de ánimo. El motivo no es un misterio, pues completar un proyecto con las propias manos, por pequeño que sea, genera una satisfacción genuina. Una bufanda tejida punto por punto no sólo abriga, sino que también eleva la autoestima.
Por otro lado, el simple hecho de seguir un patrón, contar puntos y mantenerse atento activa funciones cognitivas clave. Es una especie de gimnasia para el cerebro que puede marcar la diferencia con el paso de los años.
La motricidad fina también se ve beneficiada. Las manos se mantienen activas, los dedos más ágiles, y eso, en personas con artritis o problemas articulares, puede reducir el dolor o, al menos, mantenerlo a raya.
Asimismo, tejer tiene un efecto tranquilizante. Hay estudios que lo comparan con la meditación. La repetición de movimientos, el sonido de las agujas, la atención en la tarea: todo invita a la calma.
Es una pausa mental en medio del ruido. Algunos incluso reportan que baja la presión arterial y mejora el sueño. Y si la actividad se hace en grupo, todavía mejor, ya que las relaciones sociales se fortalecen, se comparten logros, consejos y risas.
¿Qué se necesita para empezar con este pasatiempo?
Empezar no es complicado. De hecho, es más accesible de lo que muchos creen. Lo esencial es contar con unas agujas (pueden ser rectas o circulares, de madera, metal o bambú) y un ovillo de lana. Para quienes están iniciándose, se recomienda un hilo de grosor medio y de color claro, pues así los puntos se ven mejor.
También es útil tener unas tijeras, una aguja lanera para rematar, y si se quiere ser más organizado, algunos marcadores de punto.
Lo mejor es iniciar con un proyecto simple. Una bufanda, por ejemplo, o un pequeño paño. Algo que no abrume. El punto derecho y el punto revés son los básicos: con esos dos se puede hacer casi de todo. Y si uno se equivoca (que va a pasar) no importa, sólo se deshace y se vuelve a empezar.