Contenido
- 0.1 Ni crucigramas ni leer: la actividad que los mayores de 60 años deberían hacer cada día, según los expertos
- 0.2 5 palabras que siempre usan las personas mentirosas según la Inteligencia Artificial
- 0.3 Ni sudokus ni lectura: el mejor ejercicio para que los mayores de 65 eviten el deterioro cognitivo, según los expertos
- 1 Los cambios fisiológicos cuando abrazas a alguien
- 1.1 Liberación de oxitocina y sus efectos
- 1.2 Activación del sistema parasimpático
- 1.3 Beneficios emocionales y psicológicos cuando abrazas
- 1.4 Cómo practicar abrazos terapéuticos de 20 minutos
- 1.5 Contraindicaciones y consideraciones importantes
- 1.6 El impacto social de cuando abrazas de forma prolongada
- 1.7 A algunas personas no les gustan los abrazos
- 1.8 El abrazo como activador de la farmacopea natural
- 1.9 Algunos tipos de abrazos
El contacto físico es una necesidad humana fundamental, y los abrazos representan una de las formas más puras de conexión interpersonal. Cuando nos abrazamos durante períodos prolongados – específicamente 20 minutos o más – ocurre una cascada de respuestas fisiológicas y emocionales que pueden transformar nuestro bienestar. Según la psicóloga Pam Núñez del Prado, cuyo video en TikTok ha viralizado este concepto, cuando abrazas con esta duración, se activan mecanismos profundos de regulación emocional y física.
La ciencia respalda esta afirmación: investigaciones del Instituto de Investigación del Tacto de la Universidad de Miami demuestran que los abrazos prolongados estimulan la producción de oxitocina, conocida como la «hormona del amor», mientras reducen significativamente los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Los beneficios van mucho más allá de la química hormonal. Un estudio publicado en Psychology Today reveló que cuando abrazas a alguien durante 20 minutos o más pueden regular la presión arterial, mejorar la función inmunológica y generar una sensación profunda de seguridad emocional. La Organización Mundial de la Salud ha reconocido el poder terapéutico del contacto físico, especialmente en contextos de ansiedad y depresión. Sin embargo, en nuestra sociedad acelerada, la mayoría de los abrazos duran menos de 3 segundos, perdiéndonos así los extraordinarios beneficios que solo se manifiestan en contactos más prolongados. ¿Qué ocurre exactamente en nuestro organismo durante estos 20 minutos mágicos de conexión física?
Los cambios fisiológicos cuando abrazas a alguien
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Liberación de oxitocina y sus efectos
Durante los primeros minutos de un abrazo, nuestro cuerpo comienza a liberar oxitocina, una hormona neuropeptídica que:
- Reduce la percepción del dolor físico y emocional
- Genera sentimientos de confianza y apego
- Disminuye la actividad en la amígdala, reduciendo el miedo y la ansiedad
Según el Instituto Max Planck de Psiquiatría, esta hormona alcanza sus niveles óptimos entre los 15-20 minutos de contacto continuo.
- Reducción del cortisol y el estrés
- Los niveles de cortisol disminuyen hasta un 30% tras 20 minutos de abrazo
- La presión arterial se regula significativamente
- La frecuencia cardíaca se sincroniza entre las personas que se abrazan
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Activación del sistema parasimpático
El sistema nervioso parasimpático, responsable de la relajación y la digestión, se activa profundamente:
- Mejora la función gastrointestinal
- Aumenta la sensación de calma y bienestar
- Facilita el sueño reparador
Beneficios emocionales y psicológicos cuando abrazas
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Fortalecimiento de los vínculos emocionales
La psicóloga Pam Núñez del Prado explica en su video viral que: «Los abrazos prolongados crean un espacio seguro donde el sistema nervioso se regula, permitiendo una conexión auténtica».
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Mejora de la autoestima y la imagen corporal
- El contacto físico regular reduce los sentimientos de soledad
- Mejora la aceptación corporal
- Aumenta la seguridad interpersonal
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Regulación emocional y control del trauma
La terapia de contención, que utiliza abrazos prolongados, ha demostrado ser efectiva para:
- Reducir síntomas de ansiedad y depresión
- Procesar experiencias traumáticas
- Desarrollar mayor resiliencia emocional
Cómo practicar abrazos terapéuticos de 20 minutos
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Crear el ambiente adecuado
- Buscar un espacio tranquilo y privado
- Usar ropa cómoda
- Eliminar distracciones tecnológicas
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Posiciones recomendadas cuando abrazas
- Abrazo frontal con contacto completo
- Posición «cucharita» (uno detrás del otro)
- Abrazo sentado, especialmente para personas mayores
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Consejos para principiantes
- Comenzar con tiempos más cortos (5-10 minutos)
- Respirar profundamente y sincronizar la respiración
- Permitir que las emociones fluyan naturalmente
Contraindicaciones y consideraciones importantes
Aunque cuando abrazas a alguien de manera prolongada, es algo beneficioso para la mayoría, es importante considerar:
- Respetar siempre los límites personales
- No forzar el contacto si hay incomodidad
- Ser especialmente cuidadoso con personas con historial de trauma físico
- Consultar con un profesional en casos de condiciones psicológicas severas
Comunidades que practican regularmente el contacto físico prolongado muestran:
- Menores índices de violencia
- Mayor cooperación social
- Mejores indicadores de salud mental
Según la OMS, sociedades con mayor contacto físico tienen menores tasas de depresión
A algunas personas no les gustan los abrazos
Según una investigación del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, algunas personas simplemente no disfrutan los abrazos por razones que no están relacionadas con factores psicológicos ni culturales.
Esto puede ser una cuestión de preferencia personal, similar a cómo a algunos les gusta el café y a otros no. Para estas personas, el rechazo no implica desinterés ni frialdad emocional, sino una preferencia por otras formas de mostrar afecto, como palabras de afirmación, regalos o tiempo de calidad.
Si conoces a alguien que prefiere evitar los abrazos, hay varias maneras de mostrar respeto y afecto sin invadir su espacio personal. Una opción es saludar con una sonrisa y un gesto amable, como un apretón de manos o simplemente un «hola» entusiasta.
El abrazo como activador de la farmacopea natural
Abrazar durante 20 minutos activa una poderosa farmacopea natural en nuestro cuerpo, regulando emociones, reduciendo el estrés y fortaleciendo nuestras conexiones humanas. En un mundo cada vez más digitalizado y aislado, recuperar esta práctica ancestral podría ser clave para nuestro bienestar colectivo.
Como muestra la evidencia científica, a veces las medicinas más poderosas no vienen en frascos, sino en los brazos de quienes amamos.
Lo que está claro es que, cuando alguien está mal, necesita de un abrazo porque entonces suele calmar aquella ansiedad o tristeza que puede tener, al menos de forma momentánea. Aunque no arreglará su problema porque es algo que debe tratarse y suele necesitar algo de tiempo para sanarlo.
Sin embargo, es importante recordar que la calidad del contacto es igual de importante que su duración. Un abrazo consciente, donde ambas personas están presentes emocionalmente, multiplica los efectos beneficiosos. Incorporar esta práctica en nuestras relaciones – ya sea con parejas, familiares o amigos cercanos – puede transformar no solo nuestra salud individual, sino también la calidad de nuestras conexiones humanas.
En una era donde el tacto se ha medicalizado y ritualizado, volver a lo básico – al contacto humano prolongado y significativo – podría ser una de las revoluciones de salud más simples y profundas que podemos emprender.
Como sociedad, necesitamos crear más espacios seguros para este tipo de conexión, rompiendo tabúes y reconociendo el contacto físico como una necesidad humana fundamental, no como un lujo emocional.
Algunos tipos de abrazos
Un estudio de la Universidad de Duke, en Estados Unidos, concluyó que los abrazos son esenciales para la vida. en este caso, el abrazo fuerte simboliza un apoyo incondicional. Según la experta en lenguaje corporal Patty Wood, muestra seguridad y una gran protección, además de conexión con esa persona. Quien nos da el abrazo está transmitiendo que te aprecia y que está contigo sea cuál sea el momento por el que se atraviesa.