La frase que usan las personas más inteligentes según la psicología: ¿la dices?

La inteligencia es un concepto complejo y multifacético que ha sido objeto de estudio durante siglos. A menudo, se asocia con el cociente intelectual (CI), pero en realidad va más allá de las pruebas tradicionales, involucrando también la inteligencia emocional, creativa y social. Las personas inteligentes no solo se destacan por sus conocimientos, sino por su capacidad de aplicar esos conocimientos en diversos contextos. Esto les permite enfrentarse a los retos cotidianos de manera innovadora y eficiente, lo que les otorga una ventaja considerable en diversos ámbitos de la vida.

Un estudio de la revista Psicothemas define a la inteligencia como «una capacidad mental muy general que permite razonar, planificar, resolver problemas, pensar de modo abstracto, comprender ideas complejas, aprender con rapidez, y aprender de la experiencia. No constituye un simple conocimiento enciclopédico, una habilidad académica particular, o una pericia para resolver tests, sino que refleja una capacidad más amplia y profunda para comprender el ambiente –darse cuenta, dar sentido a las cosas, o imaginar qué se debe hacer». Las personas inteligentes se destacan por su capacidad para adaptarse rápidamente a nuevas situaciones, aprender de manera efectiva y resolver problemas complejos con facilidad. Esta inteligencia no solo se manifiesta en el ámbito académico o laboral, sino también en su habilidad para comprender y conectar diferentes ideas. A lo largo de la historia, filósofos, psicólogos y científicos han intentado comprender qué hace a una persona verdaderamente inteligente.

Cómo son las personas más inteligentes

Habilidad para enfrentar situaciones difíciles. La toma de decisiones

Las personas inteligentes son excelentes para resolver problemas complejos. No se asustan ante situaciones difíciles o complicadas; en cambio, las abordan de manera analítica y lógica. Descomponen los problemas en partes más pequeñas, evalúan diferentes soluciones posibles y eligen la más efectiva.

Un estudio de la revista BMC Psychology explica que «la toma de decisiones es el patrón de respuesta habitual aprendido exhibido por un individuo cuando se enfrenta a una situación de decisión. No es un rasgo de personalidad, sino una propensión basada en el hábito a reaccionar de cierta manera en un contexto de decisión específico».

Esta habilidad para encontrar soluciones innovadoras es una de las razones por las que las personas inteligentes pueden destacar en sus campos profesionales y personales.

Curiosidad constante

Una de las características más destacadas de las personas inteligentes es su insaciable curiosidad. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito define a la curiosidad como «el motor del rendimiento académico»; es un genuino deseo de conocimiento y la motivación para buscar activamente nueva información. La curiosidad impulsa el aprendizaje y la motivación, fomenta la empatía y contribuye al pensamiento crítico, a la toma de decisiones y a las habilidades para relacionarse, y es clave para la satisfacción en la vida y la salud».

No se conforman con el conocimiento superficial, sino que buscan entender el porqué y el cómo de las cosas. La curiosidad les lleva a explorar diversos campos, aprender constantemente y hacer preguntas para profundizar en cualquier tema que les interese.

Pensamiento y análisis crítico

Las personas inteligentes no aceptan todo lo que les dicen sin cuestionarlo. Tienen la habilidad de evaluar de manera objetiva y racional una situación o argumento. Analizan los hechos, consideran diferentes perspectivas y piensan en las consecuencias antes de tomar decisiones. Esto les permite tomar decisiones más acertadas y evitar errores que pueden tener consecuencias.

Autoconocimiento: una mirada hacia adentro

Las personas inteligentes son muy conscientes de sus fortalezas y debilidades, lo que les permite mejorar y adaptarse a nuevas situaciones. Este autoconocimiento les ayuda a reconocer cuándo necesitan pedir ayuda o cuándo deben tomar un descanso para recargar energías.

Esta habilidad de introspección permite que las personas tomen decisiones más informadas y emocionalmente equilibradas.

Equilibrio en las emociones

Las personas inteligentes tienden a tener un alto grado de inteligencia emocional. Son conscientes de sus emociones y las de los demás, y saben cómo manejarlas adecuadamente.

Este equilibrio emocional les permite mantener la calma en situaciones estresantes, tomar decisiones racionales incluso cuando están bajo presión y construir relaciones más saludables. La inteligencia emocional también les permite ser empáticos, lo cual es fundamental en el desarrollo de lazos.

Sentido de adaptabilidad

El mundo cambia constantemente, y las personas inteligentes son muy buenas para adaptarse a nuevas circunstancias.

Ya sea en el trabajo, en la vida personal o en el entorno social, la capacidad para ajustar su comportamiento y centrarse frente a los cambios les permite sobresalir en cualquier situación.

Abundancia de creatividad

Aunque la creatividad se asocia comúnmente con las artes, las personas inteligentes también poseen una notable creatividad. Esto no solo se refiere a la capacidad de generar ideas originales, sino también a la habilidad de ver las cosas desde diferentes ángulos y encontrar soluciones innovadoras a los problemas.

La creatividad en las personas inteligentes les permite adaptarse, pensar fuera de lo común y, a menudo, dar respuestas innovadoras a desafíos que otros no pueden resolver.

Capacidad para aprender de los errores

Las personas inteligentes son capaces de reflexionar sobre sus fallos, identificar las lecciones que pueden extraer de ellos y aplicarlas en el futuro.

Esta capacidad de aprendizaje continuo les permite mejorar constantemente y evitar caer en los mismos errores repetidamente, lo que les da una ventaja significativa en cualquier campo.

La frase que suelen decir las personas más inteligentes

Tras  poder ver cuáles son las características de tales personas, también es importante saber cómo se expresan porque esto les vuelve más empáticos.

En este sentido, el psicólogo Scott Shigeoka ha expplicado a CNBC cuál es la frase que suelen decir los inteligentes. Y es «Me equivoqué», es decir, que asumen sus errores y no tienen ningún problema en decirlo.

Si bien hay personas que nunca van a reconocer tales hechos porque se creen que es algo peyorativo o que refleja algo malo cuando no es así. De hecho, los expertos ensalzan que uno pueda admitir que se ha equivocado y así aprender de ello.

Esto les posiciona como personas que reconocen sus valías y sus errores y pueden así poner en práctica herramientas para que no pase más, pues el error es una enseñanza.