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Dormir bien es fundamental para nuestra salud física y mental, y es esencial para disfrutar de una vida plena. Un descanso adecuado ayuda a mejorar la concentración, el estado de ánimo y la productividad. Para dormir mejor, es importante crear un ambiente relajado, reducir el estrés y mantener una rutina constante. Con pequeños cambios en nuestros hábitos, podemos mejorar la calidad de nuestro sueño y, como resultado, sentirnos más renovados y preparados para enfrentar los desafíos del día.
Según el Dr. Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico del los Institutos Nacionales de Salud, «dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor. Cuando uno está cansado, no tiene el mejor rendimiento posible. El dormir ayuda a pensar con más claridad, a tener mejores reflejos y a concentrarse mejor. La realidad es que cuando observamos a alguien que ha descansado bien, esa persona está operando a un nivel distinto que quienes intentan seguir con una o dos horas de sueño por noche». Dormir bien es una de las claves más importantes para mantener una vida saludable y equilibrada. El descanso adecuado no solo permite que nuestro cuerpo se recupere, sino que también influye directamente en nuestro bienestar emocional y mental. Sin embargo, muchas personas luchan por encontrar un sueño reparador. La buena noticia es que hay muchas maneras de mejorar la calidad de nuestro descanso, y muchas de ellas están en nuestras manos. Aquí te compartimos consejos prácticos y positivos que te ayudarán a dormir mejor cada noche.
Cómo dormir mejor
Practica la gratitud antes de dormir
El estrés y la ansiedad son dos de los principales enemigos del buen descanso. Para contrarrestarlos, puedes incorporar una práctica positiva en tu rutina nocturna: la gratitud.
«Llega el final del día, te vas a acostar y tu mente la enfocas en otro sentido: ¿de qué puedo estar agradecido? En ese momento estás cambiando el pensamiento, el sentimiento y lo que sucede en el sueño», explica Mario Alonso Puig, cirujano, conferenciante y escritor.
Dedica unos minutos antes de acostarte a reflexionar sobre las cosas por las cuales estás agradecido. Esto te ayudará a liberar tensiones y a centrar tu mente en pensamientos positivos, lo que contribuirá a que te sientas más relajado y en paz, facilitando así el sueño.
Establece una rutina de sueño ordenada
Una de las mejores formas de mejorar la calidad del sueño es establecer una rutina que tu cuerpo pueda anticipar. Ir a la cama y levantarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico.
La Fundación INECO afirma que la mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño de buena calidad. Es recomendable hacerlo en horarios regulares, tanto para dormir como para despertarse y evitar siestas durante el día mayores a 20 minutos. Esto permite que tu cuerpo se sincronice con los ciclos naturales de descanso, lo que facilita que te duermas más rápido y descanses más profundamente.
Crea un contexto relajante
El entorno en el que duermes juega un papel crucial en la calidad de tu descanso. Asegúrate de que tu habitación esté oscura, tranquila y fresca. Usa cortinas para bloquear la luz y, si es necesario, emplea tapones para los oídos para reducir el ruido ambiental. Un lugar cómodo y sin distracciones te permitirá relajarte mucho más rápido.
Medita o realiza respiraciones profundas
Mario Alonso Puig explica que «la meditación invita a hacer dos cosas: aquietar la mente y ver lo que hay más allá». El especialista explica que nos cuenta mucho meditar porque tenemos muchos pensamientos que nos acompañan durante el día y también en la noche, como un ruido constante.
«Nos hemos acostumbrado tanto a ese ruido mental que pensamos que eso es lo que nos define; nos hemos identificado con el pensamiento». Esta es una de las causas por las que nos cuesta meditar.
Las técnicas de relajación son increíblemente útiles para reducir el estrés y preparar tu mente para el descanso. Puedes practicar respiraciones profundas, inhalando lentamente por la nariz y exhalando por la boca, o incluso probar meditaciones guiadas que te ayuden a relajarte. Estas prácticas son muy efectivas para calmar la mente y aliviar la ansiedad antes de dormir.
Cuida tu alimentación antes de dormir
Lo que consumes antes de dormir también tiene un impacto directo en la calidad del sueño. Evita comidas copiosas o muy grasosas, ya que pueden dificultar la digestión y hacerte sentir incómodo durante la noche.
En su lugar, opta por una comida ligera que pueda ayudar a tu cuerpo a producir melatonina, lo que facilita el descanso.
Realiza ejercicio regularmente, pero no justo antes de dormir
Hacer ejercicio regularmente es excelente para mejorar el sueño, ya que promueve la liberación de endorfinas y reduce el estrés. Sin embargo, es importante evitar realizar actividad física intensa justo antes de dormir, ya que esto podría activar tu cuerpo y dificultar que te relajes.