Contenido
- 0.1 Entrena tu cerebro para ser feliz: 7 sencillas estrategias que son las más eficaces
- 0.2 La razón por la que somos incapaces de saber si olemos mal o no, según los expertos
- 0.3 Los médicos avisan sobre ducharse todos los días: esto es lo que dicen
- 1 ¿Cómo saber que tienes baja inteligencia emocional?
- 1.1 No controlar tus emociones
- 1.2 Tener dificultades para poner límites
- 1.3 Malas reacciones
- 1.4 No perdonar los errores
- 1.5 Poca empatía: baja inteligencia emocional
- 1.6 Problemas de autoestima y falta de asertividad
- 1.7 No reflexionar y ser más bien impulsivo
- 1.8 Dificultades para comunicarse
- 1.9 Desprecio a los demás
- 1.10 Creer que siempre se tiene la razón
Para poder determinar si una persona tiene mucha o poca inteligencia emocional, lo primero que hay que conocer es qué es y significa este concepto. Y a partir de ello, también aprender cuáles son las maneras en las que se la puede estimular y hacer que se continúe desarrollando. Según la investigación Desarrollo de la inteligencia emocional percibida: Estudio comparativo, «la inteligencia emocional es una manera para explicar diferencias interindividuales en cuanto al manejo de las emociones y sus consecuencias para el ajuste individual». Otros autores, que son parte de ese mismo estudio, plantean que la inteligencia emocional es una «habilidad mental, que se diferencia de otras características (como la personalidad), y está al servicio de percibir, comprender y controlar nuestras emociones, y las de los demás».
Es decir, la inteligencia emocional en parte está relacionada en cuánto nos conocemos y cómo gestionamos nuestras emociones, por lo que suele ser muy complejo definir cuándo se tiene mucha o poca, ya que puede haber cientos de formas de inteligencia emocional, aunque se podrían hacer varios apuntes sobre cuando es necesario ahondar en la misma. De esta forma podemos tener una mejor empatía con el entorno, y cuidado con uno mismo y con los demás. Tener inteligencia emocional es poder afrontar las situaciones cotidianas con otro tipo de herramientas, gestionando emociones, pero también buscando soluciones efectivas. Tener inteligencia emocional desarrollada puede ser sinónimo de habilidad social, pero también de eficiencia y eficacia en un ámbito laboral, por ejemplo; mientras que no cultivar esa inteligencia puede ser sinónimo de poca madurez, de presentar ciertas limitaciones a la hora de trabajar con otras personas, e incluso, resolver los problemas que surjan de forma menos eficiente.
¿Cómo saber que tienes baja inteligencia emocional?
Según la Universidad de Harvard, «la inteligencia emocional es la capacidad de comprender y gestionar sus emociones, así como de reconocer e influir en las emociones de quienes le rodean», lo que los convierte en mejores líderes, ya sea en ámbitos empresariales o estatales, porque pueden gestionar mejor sus emociones y también controlar de manera eficiente situaciones más complejas.
Se trata de una de las habilidades más valoradas hoy en día debido a que con ella se logran mejores ámbitos de trabajo, pero principalmente, una mejor eficiencia a la hora de responder ante situaciones de mucha presión.
Para reconocer su falta, tan sólo es suficiente con mirar alrededor: si hay un mal ambiente, si no se reconocen y valoran las emociones de los otros, pero además, se generan conflictos de manera permanente, una de las razones puede ser que está fallando la inteligencia emocional de parte de los líderes del espacio.
No controlar tus emociones
Quienes tienen baja la inteligencia emocional suelen tener poco, nulo o complicado control de sus emociones.
Tener dificultades para poner límites
Según la psicóloga Monse Cazcarra, las personas con inteligencia emocional saben cómo comportarse en varias situaciones; son empáticas y amables; y saben gestionar conflictos. Por lo contrario, las personas con baja inteligencia emocional suelen tener un estilo pasivo-agresivo: no suelen dar su opinión, no son capaces de mantener el equilibrio emocional y suelen rodearse de gente tóxica.
Malas reacciones
Otra forma de conocer si una persona cuenta con inteligencia emocional es a partir de sus reacciones. Si son impulsivas, desproporcionadas, o se deja sobrepasar por lo que esté sucediendo, sin dudas, es alguien que aún no ha desarrollado lo suficiente este aspecto tan importante para vivir en sociedad.
Si estás frente a una persona que no tiene su inteligencia emocional desarrollada ni trabajada, te encontrarás con alguien a quien le cueste demasiado gestionar el estrés, está constantemente abrumado y no encuentra soluciones eficientes para resolver aquello que esté sucediendo, es otro indicio en el que se puede basar una persona para poder definir si aún falta trabajar sobre el desarrollo de esa inteligencia emocional.
No perdonar los errores
Cazcarra comenta que las personas con baja inteligencia emocional suelen lamentarse de sus errores durante mucho tiempo; como consecuencia, se sienten mal consigo mismas y experimentan ansiedad con frecuencia. O bien se olvidan de ellos rápidamente, aumentando la probabilidad de volverlos a repetir.
Poca empatía: baja inteligencia emocional
Otra de las formas de detectar una deficiencia en la inteligencia emocional es a partir de cómo se definen las emociones de los demás. Aquella persona que no ha desarrollado su inteligencia emocional suele ser poco empática, no reconoce las emociones de los demás, por lo que las relaciones sociales son más bien tensas y con malentendidos.
Además, tampoco pueden expresar lo que ellos mismos sienten: es decir, no pueden contar lo que sienten, recibir críticas constructivas, hacer una autocrítica, y evita las retroalimentaciones porque no las tolera.
Problemas de autoestima y falta de asertividad
Por su parte, Gabinete de Psicología Málaga, las personas con baja inteligencia emocional suelen tener una autoestima frágil, ya que les resulta difícil reconocer y gestionar sus propias emociones y necesidades. Al no poder expresar asertivamente lo que sienten o piensan, tampoco pueden poner límites y defender sus derechos.
Esto se manifiesta en sensación de inferioridad, pensamientos autocríticos, falta de asertividad e incapacidad de decir “no”. Suelen dejarse influenciar por otros y minimizarse para evitar conflictos, lo cual deteriora su amor propio y autoconfianza.
Incluso a nivel profesional, la falta de habilidades emocionales dificulta su desarrollo, ya que no pueden promocionarse, hablar en público o destacar con seguridad.
No reflexionar y ser más bien impulsivo
Es otra referencia de que hay que trabajar diversos aspectos de nuestra vida. Cuando uno se anima a escucharse, detectar qué es lo que te está pasando, y buscar nuevas formas de resolver aquello que no gusta; o bien hacer mucha terapia, que ayude a mejorar este aspecto.
Dificultades para comunicarse
Las personas con baja inteligencia emocional suelen tener dificultades para comunicarse de manera efectiva en situaciones emocionalmente cargadas. Así lo establecen en centro Serendipia, pues pueden ser incapaces de expresar sus propias emociones de manera clara y asertiva, lo que dificulta la resolución de conflictos o la negociación de situaciones difíciles. También pueden tener dificultades para interpretar las señales emocionales de los demás, lo que puede afectar su capacidad para establecer conexiones significativas
Desprecio a los demás
Otra señal es despreciar a los demás con frases que les pueden dañar y que no tienen demasiado sentido. Dañar al resto de personas es no avanzar.
Creer que siempre se tiene la razón
Puedes defender tus ideas pero a la vez respetar el resto. Debatir sobre ellos enriquece para abrir mentes.