Contenido
- 0.1 El test de inteligencia más corto del mundo: solo 3 preguntas y solo el 17% lo resuelve correctamente
- 0.2 Ni ajedrez ni sudokus: el ejercicio cognitivo más sencillo para que los mayores de 65 años mantengan la mente ágil
- 0.3 ¿Mejor que los sudokus? El pasatiempo recomendado para que los mayores de 65 años mejoren la estimulación cognitiva
- 1 Esta es la mejor actividad para mantener el cerebro en forma
- 2 Cómo afecta anotar en los márgenes a nivel cerebral
- 3 Cómo empezar a marcar tus libros
Se habla mucho de mantener el cuerpo en forma: hacer ejercicio, alimentarse bien, tener rutinas que refuercen los músculos. Sin embargo, pocas veces se recuerda que la mente también necesita entrenamiento diario para mantenerse ágil y despierta.
Hay gestos muy sencillos que ayudan a pensar con más claridad, a recordar mejor y a que el propio cuerpo funcione de manera más eficaz. Ahora los neurocientíficos insisten en uno en particular, tan simple como efectivo, que conviene incorporar en el día a día.
Esta es la mejor actividad para mantener el cerebro en forma
Hacer anotaciones escritas en los libros, sobre todo en los márgenes, es una práctica con más beneficios de los que parece. Escribir sobre las páginas de un libro puede parecer una locura para muchas personas, pero en realidad es un gran entrenamiento mental. Anotar transforma la lectura pasiva en una experiencia activa porque obliga a interpretar, resumir y conectar ideas.
Un estudio publicado en Frontiers in Psychology demostró que la escritura manual activa de forma más intensa varias áreas cerebrales relacionadas con la memoria y la comprensión. Al escribir en los márgenes, la vista, la coordinación y el razonamiento trabajan de manera conjunta, lo que refuerza el pensamiento crítico, mejora la retención y convierte la lectura en un aprendizaje mucho más sólido.
Cómo afecta anotar en los márgenes a nivel cerebral
Cuando escribes en el margen, el cerebro no sólo registra la información, sino que la reelabora. Ese proceso de resumen y reinterpretación es lo que convierte un párrafo en conocimiento duradero. La neurociencia muestra que la escritura manuscrita activa redes neuronales asociadas a la memoria, la motricidad fina y la comprensión profunda.
Cada nota breve o comentario personal actúa como un ancla que refuerza el recuerdo. Cuanto más personal y elaborado es el apunte, más sólida se vuelve la huella en la memoria.
Cómo empezar a marcar tus libros
El inicio es sencillo, se necesita lápiz y disposición a dialogar con el texto. Lo primero es identificar las ideas principales y señalarlas. Después, añadir preguntas, resúmenes cortos o reacciones personales en el margen.
Algunos lectores usan colores o símbolos para distinguir información, otros prefieren frases breves. No importa el método, lo importante es que funcione para ti. Revisar las anotaciones al final de un capítulo ayuda a conectar lo leído y a fijar aún más las ideas.
Además, anotar no tiene por qué limitarse a resúmenes académicos. Se pueden marcar frases que te llamen la atención, ideas que despierten una emoción concreta o incluso comparaciones con otros libros que hayas leído. Esa mezcla entre lo objetivo y lo personal convierte cada ejemplar en un reflejo de tu forma de pensar, y con el tiempo esos márgenes se transforman en un archivo de tu propio recorrido como lector.
Lejos de ser una manía de estudiantes aplicados, escribir en los márgenes es una forma eficaz de mantener la mente en forma. Igual que el deporte fortalece el cuerpo, estas pequeñas notas refuerzan la memoria y hacen que la lectura sea una experiencia más profunda y duradera.