Contenido
- 0.1 El juego de mesa recomendado por una medallista paralímpica española para las personas con problemas de visión
- 0.2 Belén Picado, psicóloga sobre las profecías autocumplidas: «Las experiencias se convierten en creencias»
- 0.3 El sensacional truco para decirle a un niño pequeño que los Reyes Magos no existen: lo avalan psicólogos españoles
- 1 Esta es la habilidad que puede hacer a los niños más inteligentes, según expertos en educación infantil
- 2 Cómo implementar el ‘mindfulness’ en los niños de forma sencilla
La educación de los niños es una de las grandes inquietudes para los padres. Todos buscan qué puede ayudarles a aprender mejor y a desarrollar su inteligencia, pero no todas las habilidades funcionan igual y algunas que marcan la diferencia terminan pasando casi desapercibidas.
Según los expertos del blog de The T.E.A. Center, un centro especializado en educación infantil acreditado por organismos oficiales, esta es una práctica que refuerza el carácter y la empatía desde edades tempranas. Enseña a los niños a gestionar sus emociones, reducir el estrés y mantener el foco en las tareas, algo clave para su aprendizaje diario y que debería formar parte de su rutina.
Esta es la habilidad que puede hacer a los niños más inteligentes, según expertos en educación infantil
La habilidad que puede hacer a los niños más inteligentes es el mindfulness. No tiene que ver con sentarse en silencio durante largos minutos, sino que consiste en entrenar la atención y la capacidad de darse cuenta de lo que pasa por la mente y el cuerpo en cada momento. Cuando un niño aprende a hacerlo, su forma de aprender cambia.
Los especialistas en educación infantil coinciden en que esta práctica mejora funciones básicas del cerebro relacionadas con la memoria, la planificación y el autocontrol. Un niño que sabe volver al foco entiende mejor lo que lee, sigue instrucciones sin perderse y resuelve problemas con más calma. Asimismo, aprende a detectar cuándo se frustra y a no reaccionar de forma impulsiva.
Otro aspecto importante es la gestión emocional. El mindfulness reduce la respuesta exagerada al error y al conflicto. En lugar de bloquearse, el niño sigue intentándolo. Esa actitud influye directamente en el rendimiento académico y en la relación con sus compañeros, por otro lado, también refuerza la empatía y la escucha activa.
Cómo implementar el ‘mindfulness’ en los niños de forma sencilla
Llevar el mindfulness al día a día no requiere grandes cambios, pero funciona mejor cuando se presenta como un juego o una rutina breve, sin presión. Los juegos sensoriales ayudan mucho. Pedirles que identifiquen lo que ven, oyen o tocan en ese momento les obliga a parar y a centrarse. Caminar despacio imaginando que el suelo es frágil o estirarse como un gato que despierta conecta cuerpo y atención de forma natural.
La respiración juega un papel clave en este proceso. Tumbarse con un peluche sobre la barriga y fijarse en cómo sube y baja con cada inhalación ayuda al niño a tomar conciencia de su cuerpo y a calmarse. Algo parecido ocurre cuando suelta el aire haciendo un zumbido suave: ese gesto sencillo reduce la tensión y facilita que la mente vuelva al foco. Son herramientas fáciles de aplicar que, con el tiempo, los niños acaban utilizando por sí mismos cuando lo necesitan.
Por otro lado, las pequeñas rutinas cotidianas tienen un impacto mayor del que parece. Comer sin prisas, compartir tres respiraciones antes de dormir o comentar algo positivo del día refuerza la capacidad de atención y la autorregulación emocional.






