Contenido
- 0.1 Ni inglés ni francés: la lengua que mejora la flexibilidad cognitiva y casi ningún colegio español la enseña
- 0.2 Los sudokus están bien, pero hay un juego mejor y más rápido para estimular la memoria de los mayores de 70
- 0.3 Ni juegos ni libros: el hábito diario que hace a los niños más inteligentes, según un estudio psicológico
- 1 Este es el pasatiempo para mantener la mente ágil a los 70 años de edad
- 2 Por qué es buena idea coleccionar sellos a partir de los 70 años
- 3 Cómo empezar en filatelia a partir de los 70
A medida que pasan los años, la mente lo nota. La memoria ya no responde igual, cuesta más encontrar las palabras o resolver problemas que antes parecían sencillos. Sin embargo, eso no significa que haya que dejar el cerebro a su suerte. La actividad mental se puede entrenar, igual que un músculo, y existen pasatiempos que estimulan más de lo que uno imagina.
Hay opciones muy conocidas, como los crucigramas o el ajedrez, pero otras permanecen en un segundo plano a pesar de sus beneficios. Una de ellas apenas se menciona, y sin embargo está considerada como una de las más completas para mantener la agilidad mental y en este artículo descubrirás cuál es.
Este es el pasatiempo para mantener la mente ágil a los 70 años de edad
El mejor pasatiempo para mantener la mente ágil a los 70 años es coleccionar sellos. Esto puede sonar a afición de otra época, pero su valor como ejercicio mental es indiscutible. El filatelista no sólo guarda piezas bonitas: investiga, clasifica, estudia la historia que hay detrás de cada ejemplar y busca nuevas adquisiciones. Esto obliga a la mente a concentrarse, recordar datos, reconocer patrones y establecer conexiones.
Además, es un hobby que despierta la curiosidad. Un sello puede llevarte a investigar un acontecimiento histórico, la biografía de un personaje o la arquitectura de un lugar lejano. Y todo eso, desde casa. Quien se adentra en este mundo acaba conociendo más de geografía, historia y arte casi sin darse cuenta.
La filatelia también favorece la organización y la paciencia. Encontrar un sello concreto puede requerir semanas o meses de búsqueda. El momento en el que finalmente aparece, ya sea en un mercadillo, en una subasta online o a través de un intercambio, es un pequeño triunfo personal que mantiene viva la motivación.
Por qué es buena idea coleccionar sellos a partir de los 70 años
A los 70, este pasatiempo ofrece una combinación perfecta de entretenimiento y estimulación mental. Al estudiar y clasificar sellos, se ejercitan la atención y la memoria. Cada nuevo ejemplar es una excusa para aprender algo nuevo, lo que mantiene la mente en movimiento.
Por otro lado, es una actividad relajante. Revisar un álbum de sellos, ordenar las piezas, protegerlas con cuidado… todo ello crea un ambiente de calma que reduce el estrés. No es raro que muchos aficionados utilicen estos ratos como un momento para desconectar del ruido diario.
La filatelia también fomenta la socialización. Los clubes filatélicos, las ferias y los foros online son espacios donde compartir la afición, aprender de otros y, a veces, encontrar verdaderas joyas. Es un punto de encuentro entre generaciones, ya que muchos jóvenes coleccionistas se interesan por sellos antiguos que llevan décadas en circulación.
Y aunque no es la motivación principal, el valor económico existe. Algunos sellos raros o en perfecto estado pueden alcanzar cifras sorprendentes. Una colección cuidada puede convertirse en un pequeño patrimonio.
Cómo empezar en filatelia a partir de los 70
El primer paso es decidir qué tipo de sellos coleccionar: por país, por época, por temática… Lo ideal es elegir algo que despierte interés personal. Después, conviene buscar un álbum y unas pinzas especiales para manipular las piezas sin dañarlas.
A partir de ahí, la clave es informarse. Existen catálogos y guías que ayudan a identificar y clasificar sellos, así como clubes y asociaciones donde los veteranos ofrecen consejos valiosos. La búsqueda de piezas puede comenzar en mercadillos, tiendas especializadas o incluso revisando correspondencia antigua que aún pueda guardarse en casa.