Contenido
- 0.1 Ni inglés ni francés: los mayores de 65 pueden estimular sus habilidades cognitivas aprendiendo este idioma
- 0.2 Ni bailar ni ir al cine: la actividad socialrecomendada para que los mayores de 60 mantengan el cerebro activo
- 0.3 Ni gimnasia ni recreo: el ejercicio que potencia el pensamiento de los alumnos y los colegios españoles olvidan
- 1 Según el estudio, coser mejora el estado de ánimo y estimula funciones cognitivas
- 2 La costura como ejercicio mental para mantener el cerebro activo
Según avanzan los años, el cerebro empieza a cambiar. Al principio son pequeñas cosas: cuesta recordar nombres, seguir una conversación larga o mantener la concentración cuando hay ruido alrededor. Con el tiempo, esas señales se acumulan. Y algunas personas acaban enfrentándose a un problema mayor: el deterioro cognitivo.
Es un proceso que avanza poco a poco y, una vez que empieza, resulta complicado de frenar. Sin embargo, un estudio reciente ha puesto el foco en una actividad con más impacto del que muchos imaginan: la costura. Lejos de ser solo un pasatiempo, esta práctica puede jugar un papel importante en la salud mental.
Según el estudio, coser mejora el estado de ánimo y estimula funciones cognitivas
La investigación fue llevada a cabo por un equipo de la Universidad de Cardiff y publicada en The British Journal of Occupational Therapy. Se realizó a partir de una encuesta online, con la participación de 3.545 personas aficionadas a coser o tejer. La mayoría eran mujeres adultas, blancas, con una práctica frecuente.
El objetivo era entender cómo influye esta actividad en el bienestar personal y social. Y los resultados no dejan lugar a dudas. Las personas que cosen con regularidad tienden a sentirse más calmadas, más felices y con mejor rendimiento mental. La frecuencia importa: cuanto más a menudo se cose, mayores son los beneficios percibidos.
El 81 % de los encuestados dijo que coser les ayudaba a relajarse. El 73 % lo hace para aliviar el estrés. Y el 69 % valora su parte creativa. Esa combinación de concentración, repetición y diseño activa zonas del cerebro relacionadas con la memoria, la atención y la planificación. No es sólo entretenimiento: es estimulación mental.
Según el mismo estudio, quienes cosen en grupo experimentan niveles más altos de bienestar. Compartir ideas, aprender de otras personas y charlar mientras se cose crea vínculos que ayudan a combatir el aislamiento. En personas mayores, ese aspecto social marca una diferencia enorme.
Y hay algo más que conviene destacar. Terminar un proyecto con tus propias manos (ya sea un jersey, un neceser o un cojín) genera una satisfacción real. Esa confianza que da completar algo útil o bonito, en la madurez cobra un valor especial. Ayuda a sentirse capaz, válido, activo. Es una forma de reafirmarse y mantener el ánimo en alto.
La costura como ejercicio mental para mantener el cerebro activo
El equipo de Cardiff concluye que la costura, por su valor creativo y personal, tiene un potencial terapéutico que no debería pasarse por alto. No sustituye los tratamientos médicos, pero puede convertirse en una aliada eficaz para mantener el cerebro activo, reducir el estrés y mejorar el bienestar diario.
Se puede empezar por algo sencillo: un neceser, un cojín para el sofá, un estuche de tela o un paño de cocina personalizado. Quienes ya tienen algo de práctica pueden hacer prendas básicas, como una camiseta, una bolsa reutilizable o una funda para el portátil.
La clave está en disfrutar del proceso y adaptar cada proyecto al ritmo y nivel de cada uno. Además, no hace falta mucho para empezar: unas tijeras, hilo, aguja, algo de tela y un poco de tiempo son más que suficientes para iniciarse en la costura.