Contenido
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- 1 Por qué acabas de cobrar la nómina y ya tienes deudas
El dinero resulta una herramienta económica para acceder a diferentes bienes, recursos y servicios. A su vez, la manera en relacionarnos con él también son un reflejo de nuestras emociones, impulsos y valores personales. Una conducta que se vuelve frecuente en varias personas es gastar antes de tiempo, incluso cuando se cuenta con recursos suficientes y está profundamente ligada a la psicología humana. La necesidad de comprar, de gratificarse o de mantener cierto estatus puede llevar a decisiones financieras impulsivas, generando estrés y deudas difíciles de controlar. Qué pasa cuando acabas de cobrar la nómina y ya tienes deudas.
Según National Debt Relief, comprender el lado psicológico de la deuda y del gasto es clave para recuperar el control financiero y mejorar el bienestar emocional. «Las emociones influyen en la forma en que administramos el dinero. El estrés, la ansiedad o la búsqueda de placer inmediato pueden empujar a gastar más de lo necesario, provocando una sensación momentánea de alivio que pronto se transforma en culpa o frustración». Además, desde Creditaria Estudio Legal señalan que el endeudamiento no siempre se debe a la falta de ingresos, sino a la manera en que cada persona se relaciona con el dinero. También aseguran que muchas personas que cuentan con salarios altos se sienten atrapados en un ciclo donde no llegan a final de mes. «Esto se debe a creencias y hábitos económicos inadecuados que, al repetirse, consolidan un patrón psicológico de sobreendeudamiento», indican.
Por qué acabas de cobrar la nómina y ya tienes deudas
¿Qué emociones hay detrás del gasto?
Los especialistas explican que comprar algo nuevo genera una descarga de dopamina, el neurotransmisor del placer. Por lo tanto, esta respuesta cerebral explica por qué las compras impulsivas pueden resultar tan adictivas.
Sin embargo, advierten que la satisfacción que producen suele ser efímera. «Con el tiempo, las personas necesitan gastar más para obtener la misma sensación de bienestar, lo que puede derivar en un ciclo emocional negativo», afirman miembros de National Debt Relief.
En ese sentido, describen este proceso como una “montaña rusa emocional”, donde cada compra ofrece un breve alivio seguido de sentimientos de culpa, ansiedad o arrepentimiento.
Así, la psicología del consumo revela que muchas decisiones financieras no son racionales, sino emocionales. «Gastamos para aliviar el estrés, para celebrar, para integrarnos socialmente o simplemente para distraernos», describen.
El entorno social también influye en la forma en que controlamos el dinero. La necesidad de mantener una imagen, de “estar a la altura” o de proyectar éxito, hace que muchas personas generen más gastos de lo que pueden permitirse.
Otro factor clave es la era digital, donde las redes sociales muestran vidas aparentemente perfectas y el consumo permanente se convierte en una forma de validación social. «Este tipo de presiones externas contribuye a que la deuda crezca, especialmente en jóvenes adultos que buscan independencia económica sin una base financiera sólida», sostienen las autoridades de National Debt Relief.
La deuda, además, tiene un fuerte componente cultural. En ese sentido, comentan que, en algunas sociedades, ciertos tipos de préstamos como las hipotecas o los créditos universitarios son socialmente aceptados, mientras que las deudas de consumo están estigmatizadas.
Desde Creditaria Estudio Legal destacan que el endeudamiento va más allá de la edad y el nivel educativo de la persona, y que los malos hábitos financieros pueden aparecer tanto en personas con ingresos modestos como en quienes tienen estabilidad económica.
Los rasgos de personalidad desempeñan un papel esencial en la gestión del dinero. Las personas impulsivas tienden a gastar sin planificar, buscando la gratificación inmediata. Por el contrario, las personas que son más conscientes y organizadas suelen priorizar el ahorro y la estabilidad.
También se advierte acerca del neuroticismo, caracterizado por una alta sensibilidad emocional, que puede conducir al gasto como mecanismo de afrontamiento frente al estrés o la ansiedad.
A su vez, los individuos extrovertidos pueden endeudarse para mantener una imagen social activa, mientras que los más abiertos a nuevas experiencias tienden a gastar en viajes, formación o proyectos personales que refuercen su sentido de identidad.
De esa manera, los patrones muestran que no existe una única causa del endeudamiento, sino una combinación de rasgos psicológicos, emociones y contextos sociales. Así, resulta esencial identificar cuál de estos factores influye más en cada persona para lograr una relación más equilibrada con el dinero.
¿Cómo mejorar la relación con el dinero y no tener deudas?
Los intentos por corregir los malos hábitos económicos requieren autoconocimiento y disciplina. Desde Creditaria Estudio Legal sugieren comenzar por reconocer los patrones emocionales detrás de las decisiones financieras.
«Ser consciente de las emociones que impulsan el gasto permite tomar decisiones más racionales. Elaborar un plan financiero realista, que priorice necesidades básicas y objetivos claros, es una herramienta fundamental para evitar recaídas», aseguran.
También recomiendan buscar apoyo profesional, ya sea de un asesor financiero o de un terapeuta especializado en la psicología del dinero. “La intervención profesional ayuda a desmontar creencias limitantes y a desarrollar hábitos sostenibles”, concluyen.






