7 señales de que una persona está mal y está fingiendo estar bien

7 señales de que una persona está mal y está fingiendo estar bien

Hay miles de personas que suelen fingir que todo va bien cuando en realidad están atravesando un mal momento. Detrás de una sonrisa o una actitud de aparente calma puede esconderse una profunda sensación de vacío, tristeza o agotamiento emocional. Es importante advertir que muchas personas desarrollan esta habilidad como un mecanismo de defensa para evitar la preocupación ajena o el juicio social. Sin embargo, es un disfraz emocional que desgasta y puede ser un indicador de lo que algunos especialistas denominan depresión sonriente, una forma silenciosa de sufrimiento que pasa desapercibida incluso para quienes forman parte de los entornos más cercanos. Hay quien está fingiendo estar bien y no es así.

El especialista en motivación Jorge Merino destaca que hay una serie de rasgos de quienes aparentan estar bien mientras internamente se sienten mal. En ese sentido, explica que su alegría parece ensayada, su mirada carece de brillo y su sonrisa se convierte en un acto aprendido. «Evitan las conversaciones profundas, cambian de tema con rapidez y responden con frases automáticas como “todo bien” o “no pasa nada”», menciona Merino. A su vez, advierte que se vuelven socialmente invisibles al cancelar planes, reducir el contacto y refugiare en una aparente calma que, lejos de ser serenidad, refleja un modo de supervivencia emocional. «A pesar de su cansancio, siguen cumpliendo con sus responsabilidades, ofreciendo más de lo que reciben y sintiéndose culpables por necesitar descanso o ayuda», afirma.

La depresión sonriente cuando alguien está fingiendo estar bien

En el portal IPSIA Psicología establecen que el término depresión sonriente describe un cuadro depresivo en el que la persona se esfuerza por ocultar su malestar. Según la psicopedagoga Vanessa Rodríguez Pousada, profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), esta tendencia de que alguien esté fingiendo responde a la presión de una sociedad que exalta la felicidad y castiga la vulnerabilidad.

En este contexto, la tristeza se percibe como un fracaso personal, lo que lleva a muchos a esconder sus emociones. «Estas personas pueden parecer funcionales, sociables y alegres, pero internamente luchan contra pensamientos de desesperanza y agotamiento2, afirma Rodríguez Pousada. Además, asegura que, al no mostrar señales externas evidentes, suelen pasar desapercibidas, lo que dificulta que reciban atención o apoyo psicológico a tiempo.

Causas que explican que alguien está fingiendo estar bien

La psicopedagoga explica que las causas de este fenómeno son múltiples. En primer lugar, el autoengaño: la creencia de que se debe ser feliz en todo momento y que mostrar emociones negativas es una debilidad. “A ello se suma el individualismo social, que responsabiliza al individuo de su bienestar y resta importancia a los factores sociales o estructurales que inciden en su salud mental”, sostiene.

Como consecuencia, la cultura del rendimiento reafirma que la idea de “estar mal” es una elección o una falta de esfuerzo. Por lo tanto, se añade la culpa y la vergüenza. En este sentido, quienes atraviesan una depresión sonriente se sienten culpables por su tristeza y avergonzados por no cumplir con las expectativas de fortaleza y éxito que el entorno les impone.

¿Cuál es el precio cuando se está fingiendo estar bien?

Según la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI), la depresión sonriente es una forma de trastorno depresivo mayor con síntomas atípicos. Las personas que suelen estar fingiendo estar bien entonces la padecen suelen mantener vidas aparentemente estables: tienen empleo, pareja, amigos y un entorno social activo.

«Su fachada es impecable, pero en su interior experimentan sentimientos de inutilidad y desesperanza. En muchos casos, han convivido durante años con la ansiedad o la depresión y poseen experiencia previa con terapias o medicación», comentan miembros de NAMI.

Sin embargo, indican que el temor al estigma o a la discriminación laboral y familiar las lleva a ocultar su dolor. Este silencio prolongado no solo perpetúa el sufrimiento, sino que también aumenta el riesgo de recaídas o crisis más graves.

Las autoridades mencionan que fingir bienestar requiere un esfuerzo constante como controlar las emociones, modular el tono de voz, ensayar sonrisas y sostener conversaciones sin expresar lo que realmente ocurre dentro. Así, con el tiempo, este proceso genera una desconexión entre lo que la persona siente y lo que muestra.

«La mente se adapta a la máscara hasta el punto de perder contacto con las propias necesidades emocionales. De ahí que muchos de quienes aparentan estar bien manifiesten un cansancio profundo, dificultades para concentrarse y una sensación de vacío que no logran explicar», afirman desde la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales.

¿Cómo acompañar a quien no sabe pedir ayuda?

En estos casos, desde IPSIA Psicología aconsejan que la empatía del entorno es clave. «Es importante observar los pequeños cambios en el comportamiento, la mirada o el tono de voz, que puede ser el primer paso para ofrecer ayuda”, indican. Además, destacan que acompañar a alguien que finge estar bien requiere sensibilidad y respeto».

 

 

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