Contenido
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- 1 El hábito que hacemos todos cuando nos vamos a dormir que debemos desterrar
Mantener un entorno limpio y saludable es fundamental para nuestro bienestar diario. La higiene no solo se refiere al cuerpo, sino también al espacio en el que descansamos o pasamos muchas horas. En muchas habitaciones, es común ver un vaso de agua al lado de la cama, por si surge la sed durante la noche o al despertar. Esa comodidad aparente puede parecer inofensiva, un hábito que hacemos todos cuando nos vamos a dormir. Pero también abre la puerta a problemas higiénicos silenciosos, ya que ese vaso expuesto puede convertirse en recoge‑polvo, caldo de bacterias o fuente de alérgenos sin que lo percibamos.
Según Healthline, «los buenos hábitos de higiene personal están directamente relacionados con menos enfermedades y mejor salud». Tener un vaso de agua junto a la cama resulta cómodo, pero no es la opción más higiénica. En primer lugar, el agua expuesta se encuentra al alcance del polvo ambiental, partículas y ácaros que flotan en el aire y se depositan en superficies no cubiertas. En segundo lugar, el vaso puede acumular humedad y permanecer ahí largo tiempo, lo que facilita la proliferación de bacterias o biofilms en el agua estancada; basta con que el líquido quede sin renovación o que el vaso no se limpie. Finalmente, al dormir, nuestra respiración, sudor y desprendimiento de células crean un microambiente propicio para ácaros y bacterias, es decir que nuestro propio lecho ya actúa como depósito microbiológico. Por estas razones, aunque la intención sea buena, el vaso de agua puede suponer un riesgo invisible para la higiene nocturna.
El hábito que hacemos todos cuando nos vamos a dormir que debemos desterrar
Causas de no tenerlo
Acumulación de polvo y partículas en suspensión
Cuando un vaso de agua queda al descubierto durante horas, partículas de polvo, ácaros y otros alérgenos presentes en el aire se depositan directamente sobre el agua o sus bordes.
Proliferación de bacterias o microorganismos
El agua estancada o sistémicamente expuesta se convierte en un entorno apto para que bacterias crezcan – y en casa, aunque sea en escala menor, el fenómeno puede ocurrir cuando dejamos agua repetidamente varias noches.
Ingresos de insectos o residuos indeseados
Un vaso abierto puede atraer insectos, mosquitos, pequeñas moscas o suciedad que inadvertidamente se deposita en el líquido.
Alteraciones en la calidad del agua
El agua que permanece a la intemperie puede absorber dióxido de carbono del aire y cambiar ligeramente su pH, lo que modifica su sabor y frescura.
Riesgos prácticos o de seguridad
Si el vaso está junto a dispositivos eléctricos o cargadores, un derrame accidental puede generar cortocircuitos o peligros.
Por qué desterrar el hábito que hacemos todos cuando nos vamos a dormir
Menor higiene y mayor exposición a alérgenos
Depositar polvo sobre el agua o en sus bordes puede contribuir a reacciones alérgicas, irritaciones o molestias durante el sueño.
Agua con sabor alterado o menos apetecible
Como se ha explicado, el agua expuesta puede “saberse rara” al despertar, reduciendo su utilidad en términos de hidratación refrescante.
Mayor riesgo de interrupción del sueño
Tener agua visible puede llevar a beber en mitad de la noche, lo que puede resultar en más visitas al baño y fragmentación del descanso.
Riesgo de derrames o accidentes
Un vaso sobre la mesita de noche puede caerse durante la noche, especialmente si la persona se mueve, lo que lleva a derrames, daño a dispositivos o incluso peligro eléctrico.
Alternativas para consumir agua de forma accesible y segura
- Usa una botella reutilizable con tapa hermética junto a la cama, en lugar de un vaso abierto. Esto minimiza la entrada de polvo, insectos y contaminación del aire.
- Ten un vaso o botella abierta (con tapa o film protector) si prefieres el vidrio, para evitar que se asiente polvo o caigan partículas.
- Asegúrate de beber suficiente agua antes de acostarte, para reducir la necesidad de levantarte o beber en medio de la noche.
- Coloca el recipiente en un lugar estable y alejado de dispositivos electrónicos o cargadores para evitar derrames que comprometan la seguridad.
Consejos y recomendaciones
- Cambia el agua del recipiente cada día si decides dejarla cerca de la cama.
- Limpia regularmente el vaso o botella: agua caliente, jabón, enjuague, y si es vidrio, asegúrate de que no quede residuos de polvo o película.
- Guarda el vaso/botella en la mesita de noche en una bandeja, para que si se derrama, no dañe otras superficies o dispositivos.
- Evita beber justo antes de acostarte en exceso, para minimizar interrupciones del sueño por necesidad de ir al baño.
- Ventila la habitación y mantén superficies libres de polvo para reducir la carga de partículas que puedan depositarse en cualquier recipiente abierto.
- Si tienes dispositivos cargando cerca, mantén centímetros de separación entre el agua y la fuente eléctrica como medida de prevención.
- Si te despiertas con sed frecuentemente, bebe más agua durante el día o considera otros factores en lugar de depender solo de tener agua junto a la cama.