Contenido
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- 1 ¿Cuáles son los alimentos más perjudiciales para el cerebro?
- 2 Otros alimentos perjudiciales para el cerebro
- 3 Cómo mejorar la salud cerebral a través de la alimentación
La alimentación juega un papel crucial en el funcionamiento de nuestro cerebro. Hablamos del órgano que controla nuestras emociones, pensamientos, recuerdos y funciones motoras. Para que nuestro funcione de manera óptima, es necesario alimentarlo con los nutrientes adecuados. Sin embargo, muchos de los alimentos comunes en nuestra dieta diaria pueden ser extremadamente perjudiciales para nuestra salud cerebral. La comida rápida, los dulces y el alcohol son solo algunos de los principales culpables de dañar las funciones cognitivas y afectar la memoria, la concentración y el estado de ánimo. Estos alimentos contienen altas cantidades de grasas saturadas, azúcares refinados y aditivos, lo que genera un desequilibrio en el cerebro, dificultando su capacidad para rendir de manera óptima.
El cerebro es un órgano complejo que requiere una variedad de nutrientes esenciales para su funcionamiento correcto. Entre estos nutrientes se encuentran los ácidos grasos omega-3, antioxidantes, vitaminas, minerales y proteínas. Un estudio del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) explica que «los avances en biología molecular han revelado la capacidad de las señales derivadas de los alimentos para influir en el metabolismo energético y la plasticidad sináptica y, por lo tanto, mediar los efectos de los alimentos en la función cognitiva, lo que probablemente haya sido crucial para la evolución del cerebro moderno». Esto ayuda a mantener la memoria, la concentración, la velocidad de procesamiento de la información y el estado de ánimo equilibrado. Una dieta saludable también favorece la neuroplasticidad, que es la capacidad del cerebro de adaptarse y aprender nuevas habilidades. No obstante, lo que comemos también puede tener un impacto negativo en nuestra salud cerebral.
¿Cuáles son los alimentos más perjudiciales para el cerebro?
Alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y aditivos artificiales pueden alterar el funcionamiento normal del cerebro, interfiriendo con los procesos cognitivos y reduciendo nuestra capacidad para concentrarnos y recordar información. En este texto, te mostramos la importancia de una nutrición adecuada para el cerebro y por qué ciertos alimentos resultan sumamente nocivos.
La comida rápida
Es una de las principales causantes de la mala salud cerebral. Este tipo de alimentos está generalmente compuesto por grasas saturadas, grasas trans, azúcares refinados y sodio en grandes cantidades.
Un estudio de la revista BMC Psychiatry asegura que «las características distintivas de la comida basura son que tienen altos niveles de energía, grasa, azúcar y sal, acompañados de bajos niveles de micronutrientes, fibra y otros compuestos bioactivos. El bajo valor nutricional de la comida basura puede alterar las vías inflamatorias, lo que lleva a un aumento de los biomarcadores de estrés oxidativo e inflamación, que contribuyen a los cambios biológicos asociados con los trastornos de salud mental».
Además, el exceso de sodio puede aumentar la presión arterial, lo que reduce el flujo sanguíneo al cerebro y afecta su funcionamiento.
Los dulces y bebidas azucaradas
Consumido en grandes cantidades, el azúcar causa picos y caídas en los niveles de glucosa en la sangre. Estas fluctuaciones afectan la función cognitiva y el estado de ánimo, provocando dificultades para concentrarse, irritabilidad y ansiedad.
Además, el azúcar en exceso puede llevar a la resistencia a la insulina, lo que dificulta que el cerebro obtenga energía de manera eficiente. Los dulces, las galletas, los refrescos y otras golosinas procesadas están llenos de azúcares refinados que perjudican el cerebro.
El neurólogo Dr. Shaheen Lakhan afirma, en Huffpost, que «los refrescos son uno de los peores alimentos para la salud cerebral debido a la alta concentración de azúcares simples, que dañan los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro. En casos extremos, el azúcar también causa inflamación cerebral, irritabilidad, mal humor y trastornos del sueño».
Comida procesada
Muchos productos procesados, como los embutidos, las carnes curadas, los snacks envasados y las sopas instantáneas, contienen altos niveles de aditivos y conservantes.
La Dra. Sabrina Diano, profesora de Nutrición del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, explica en su estudio que «el consumo de carne roja se asocia con un mayor riesgo de demencia. Sin embargo, cuando se analizaron por separado las carnes procesadas y las no procesadas, el riesgo de demencia se limitó a las carnes procesadas, como el tocino, los nuggets de pollo y los embutidos».
Estos ingredientes pueden alterar el equilibrio de las bacterias intestinales, lo que afecta la función cerebral. Un intestino sano es fundamental para un cerebro sano, ya que se ha demostrado que el sistema digestivo y el cerebro están estrechamente conectados.
Los alimentos ultraprocesados pueden alterar esta conexión y afectar el estado de ánimo y las capacidades cognitivas.
Alcohol
El alcohol es una sustancia neurotóxica que interfiere con la comunicación entre las células cerebrales, lo que afecta la toma de decisiones, la memoria y el aprendizaje.
Además, el consumo crónico de alcohol puede dañar las células cerebrales, lo que aumenta el riesgo de sufrir problemas cognitivos a largo plazo, como la pérdida de memoria o enfermedades neurodegenerativas.
Otros alimentos perjudiciales para el cerebro
- Embutidos (salchichones, jamón, tocino)
- Comida frita (patatas fritas, pollo frito)
- Bebidas energéticas (bebidas con alto contenido de cafeína y azúcar)
- Salsas comerciales (mayonesa, ketchup, aderezos industrializados)
- Panes y cereales refinados (pan blanco, cereales azucarados)
Cómo mejorar la salud cerebral a través de la alimentación
Pescados grasos
Los pescados grasos, como el salmón, la trucha, la caballa y las sardinas, son ricos en ácidos grasos omega-3, fundamentales para la estructura de las células cerebrales. Por esto hay que integrarlos en nuestra dieta.
Frutos secos y semillas
La nutricionista Sonia Lucena afirma que “los frutos secos son clave”. La especialista recomienda nueces del Brasil y almendras porque están cargadas de magnesio y zinc.
Las avellanas, semillas de chía, linaza y calabaza también son excelentes fuentes de vitamina E, un antioxidante que protege las células cerebrales del daño causado por los radicales libres.
Frutas y verduras de colores intensos
Las frutas y verduras ricas en antioxidantes, como las bayas (arándanos, fresas, moras), las espinacas, el brócoli y los pimientos, protegen al cerebro del estrés oxidativo
Aguacate
El aguacate es rico en grasas saludables, especialmente grasas monoinsaturadas, que mejoran la circulación sanguínea, lo que asegura que el cerebro reciba suficiente oxígeno y nutrientes. Hay muchas recetas que llevan aguacate para que lo puedas incorporar en la dieta y poder comer de forma mucho más saludable.