Ni pilates ni natación: el ejercicio para que los mayores de 60 fortalezcan su memoria según Harvard

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LNi pilates ni natación: el ejercicio para que los mayores de 60 fortalezcan su memoria según Harvard

Una de las actividades físicas más simples y cotidianas es caminar. Se trata de un ejercicio que genera un impacto extraordinario en la salud mental y cognitiva de los adultos mayores. A partir de los 60 años, muchas personas evidencian una disminución leve pero progresiva en algunas capacidades cognitivas, como la memoria a corto plazo y la concentración. Sin embargo, diferentes investigaciones y especialistas revelan cuáles son los beneficios de andar para los mayores de 60 años. En este sentido, algo tan cotidiano como salir a andar de forma regular puede desempeñar un papel destacado en el mantenimiento e incluso la mejora de las funciones mentales.

La relación entre la práctica de actividad física y el desarrollo de la memoria presenta ventajas para el cuidado neuro protector de tu organismo. A medida que las personas envejecen, es necesario y recomendable implementar hábitos saludables en la alimentación y el descanso. En este sentido, caminar a diario puede marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de los adultos mayores.  Además de los beneficios físicos como la mejora de la circulación o la prevención de enfermedades cardiovasculares, caminar activa zonas cerebrales relacionadas con la memoria y la orientación espacial. Una de ellas es el hipocampo, el área que primero se deteriora en las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. A su vez, es una actividad rítmica que favorece la oxigenación del cerebro, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y la llegada de nutrientes esenciales para su funcionamiento.

El ejercicio para reactivar la memoria de los mayores de 60

El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos (NIA) explica que las personas mayores que caminan con regularidad presentan un mayor volumen cerebral en regiones claves vinculadas a la memoria, en comparación con quienes llevan una vida sedentaria.

También destacan que hay una mayor capacidad para recordar información, orientarse en el espacio y realizar tareas cotidianas que requieren concentración y memoria funcional. «A diferencia de otros ejercicios más exigentes, andar no requiere una preparación física previa ni supone riesgos altos de lesiones. Para muchos adultos mayores, esto convierte al ejercicio en la puerta de entrada a un estilo de vida más activo».

Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), caminar 30 minutos al día, al menos cinco veces por semana, produce mejoras en la memoria de trabajo y el estado de ánimo general. Los expertos aseguran que este hábito contribuye a reducir el estrés y la ansiedad, dos factores que también afectan negativamente a las funciones cognitivas.

Andar favorece la estimulación cognitiva y social

Salir a andar no solamente te permite activar el cuerpo, sino también la mente. «La persona mayor de 60 que sale a caminar por su barrio, un parque o un entorno natural, recibe múltiples estímulos sensoriales: sonidos, colores, olores y movimientos», afirman desde SEGG.

Los estímulos fomentan la atención plena y activan áreas del cerebro que procesan la información visual y espacial. Por ejemplo, planificar el recorrido de tu caminata y reconocer determinadas referencias espaciales ayuda a ejercitar las funciones ejecutivas del cerebro.

Otro beneficio de caminar para las personas mayores de 60 años es que facilita la interacción y los vínculos sociales. Conversar mientras se realiza la caminata activa circuitos del lenguaje, la memoria semántica y la empatía.

En este sentido, hay iniciativas comunitarias como caminatas guiadas para mayores que promueven ayuntamientos y centros de salud que generan un impacto relevante en la salud cognitiva de la tercera edad.

La prevención del deterioro cognitivo leve y la demencia

Un beneficio de caminar de forma regular es la prevención del deterioro cognitivo leve (DCL), considerado como un síntoma de enfermedades como el Alzheimer. Según la  Universidad de Pittsburgh, los adultos mayores que caminan entre 8 y 10 kilómetros semanales tienen un menor riesgo de desarrollar DCL en comparación con quienes caminan distancias menores.

«Las personas con una mejor condición física presentan menos atrofia cerebral, en especial en regiones asociadas con la memoria y el aprendizaje». Sus expertos también explican que, a medida que el cuerpo envejece, el cerebro sufre cambios estructurales y funcionales, y caminar de forma habitual puede minimizar los efectos de este proceso.

Mejora del estado de ánimo y reducción del estrés

El cuidado de la salud mental es fundamental porque influye directamente en el rendimiento cognitivo. La Organización Mundial de la Salud advierte que el estrés crónico, la ansiedad o los estados depresivos afectan la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento de la información. «Al realizar una caminata se liberan endorfinas y reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esta mejora en el estado emocional también repercute en la capacidad de recordar, aprender cosas nuevas y tomar decisiones».

 

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