Contenido
- 0.1 Ni correr ni nadar: el mejor ejercicio de bajo impacto para que los mayores de 60 mejoren su salud cardiovascular
- 0.2 Ni pesas ni bandas de resistencia: el mejor ejercicio para que las mujeres de más de 60 ganen fuerza en casa
- 0.3 Ni pilates ni natación: el ejercicio para que los mayores de 60 fortalezcan su memoria según Harvard
- 1 Por qué es bueno caminar temprano y en ayunas
Mantenerse activo físicamente es una de las claves más efectivas para sentirse bien, prevenir enfermedades y contar con un estilo de vida saludable. No se trata solamente de estética, sino de bienestar integral: cuerpo, mente y emociones. Realizar actividad física regular mejora la circulación, fortalece el sistema inmune y reduce el estrés. Entre todas las formas de ejercicio, caminar destaca por su simplicidad y accesibilidad. No requiere equipamiento ni habilidades específicas, y puede practicarse en casi cualquier lugar. Hacerlo bien temprano por la mañana, especialmente en ayunas, se ha convertido en una rutina beneficiosa para muchas personas que buscan mejorar su salud de manera natural y sostenida.
El Dr. Oscar Rosero, especialista en endocrinología, explica que «caminar es el movimiento más fisiológico del ser humano». Caminar al comenzar el día, antes del desayuno, activa el metabolismo y estimula la oxidación de grasas, lo que contribuye a una mejor regulación del peso corporal. Es una actividad de bajo impacto, lo que significa que minimiza el riesgo de lesiones musculares, articulares y óseas, en comparación con entrenamientos de fuerza o rutinas exigentes en gimnasios. También favorece la salud cardiovascular, mejora el estado de ánimo y ayuda a establecer un ritmo circadiano más equilibrado. Usar calzado cómodo, hidratarse adecuadamente y escuchar al cuerpo son claves para una práctica segura y efectiva. Incorporar esta sencilla rutina puede ser el primer paso hacia una vida más saludable y plena.
Por qué es bueno caminar temprano y en ayunas
Esta acción activa nuestro sistema cardiovascular, pulmonar y muscular de forma suave pero constante. Es un ejercicio aeróbico de bajo impacto, ideal para cualquier persona, sin importar la edad o el nivel de condición física.
Estimula la circulación sanguínea, fortalece los músculos, mejora la capacidad pulmonar y ayuda a oxigenar cada célula del cuerpo. Al realizarse en ayunas, el cuerpo recurre a las reservas de grasa como fuente principal de energía, promoviendo la oxidación lipídica y contribuyendo al control del peso corporal.
Las ventajas de esta rutina simple que transforma tu salud
Menor riesgo de lesiones y traumas físicos
A diferencia de actividades de alto impacto como correr o levantar pesas, caminar no implica sobrecargas en las articulaciones ni en los músculos. Esto lo convierte en un ejercicio ideal para personas mayores, con sobrepeso o con antecedentes de lesiones. Al ser de bajo impacto, reduce considerablemente la posibilidad de sufrir esguinces, contracturas, tendinitis o dolores articulares. Además, permite que el cuerpo se mantenga activo sin someterlo a un estrés excesivo.
Activa el metabolismo desde temprano
Comenzar el día con una caminata ayuda a activar el metabolismo basal, lo que significa que el cuerpo estará más predispuesto a quemar calorías durante el resto del día. Esta aceleración metabólica también mejora la digestión y la asimilación de nutrientes.
En este caso, caminar al despertar da una señal clara al organismo de que es hora de ponerse en marcha, generando una mayor energía y claridad mental durante la jornada.
Ayuda a quemar grasa corporal
Caminar en ayunas hace que el cuerpo se encuentre en un estado metabólico óptimo para quemar grasa. Tras varias horas de descanso nocturno sin alimento, los niveles de insulina están bajos y el cuerpo busca fuentes alternativas de energía.
En este contexto, las reservas de grasa se convierten en el combustible ideal. Esto potencia la pérdida de grasa, especialmente si se realiza de forma regular y con una alimentación equilibrada. “Se sabe que las actividades de baja intensidad -como andar- activan mayormente la oxidación de grasas como fuente de energía”, asegura Dr. Oscar Rosero.
Fortalece el sistema cardiovascular
Las caminatas regulares mejoran la salud del corazón. Ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo), disminuye la presión arterial y mejora la circulación sanguínea.
Estos efectos disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares como es el caso de infartos, angina de pecho e hipertensión. Además, el ejercicio aeróbico suave favorece la elasticidad de los vasos sanguíneos, contribuyendo a una mejor oxigenación de los tejidos.
Andar activa el cerebro de manera natural
El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de los Estados Unidos (NIA) explica que las personas mayores que caminan con regularidad presentan un mayor volumen cerebral en regiones claves vinculadas a la memoria, en comparación con quienes llevan una vida sedentaria.
También destacan que hay una mayor capacidad para recordar información, orientarse en el espacio y realizar tareas cotidianas que requieren concentración y memoria funcional.
Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés
Durante la caminata, especialmente al aire libre y bajo la luz solar de la mañana, se liberan endorfinas y serotonina, neurotransmisores responsables del bienestar, la calma y la felicidad.
Enseguida esto ayuda a reducir los niveles de ansiedad, depresión y estrés. Comenzar el día con este ejercicio permite tener un espacio de introspección, silencio o conexión con la naturaleza, lo que también favorece la salud mental.
Favorece la calidad del sueño
Caminar desde temprano contribuye a regular el ciclo circadiano, lo que se traduce en un mejor descanso nocturno. La exposición a la luz natural por la mañana ayuda al cuerpo a sincronizar su reloj biológico, favoreciendo un sueño más profundo y reparador por la noche. Esto mejora la energía diurna, la concentración y la productividad.
Consejos y recomendaciones para caminar correctamente
- Tiempo ideal: entre 30 y 45 minutos diarios para notar beneficios metabólicos y cardiovasculares.
- Ritmo constante: mantener un paso moderado (4-6 km/h), lo suficientemente ágil como para elevar la frecuencia cardíaca sin fatigar.
- Caminar en ayunas: hidrátate antes y después de caminar, y espera unos minutos para desayunar una vez hayas realizado el ejercicio.
- Ropa cómoda: usa prendas adecuadas al clima y un buen calzado para evitar molestias o lesiones.
- Camina al aire libre: aprovecha la luz natural y los espacios verdes, lo cual potencia el bienestar emocional.
- Calienta antes y estira luego: dedica al menos 5 minutos al inicio y final para movilizar articulaciones y estirar los músculos.
- Evita horarios extremos: lo ideal es caminar entre las 6 y las 8 de la mañana, cuando el aire es más puro y el sol menos fuerte. A partir de cierta hora, y en especial en días de mayor calor, va a ser complicado moverse. Otra opción es hacerlo a última hora de tarde y antes de cenar.