Contenido
- 0.1 Lo estás haciendo mal: los abdominales que de verdad funcionan y en menos tiempo
- 0.2 Ni salir a andar ni hacer sentadillas: el mejor ejercicio para perder peso sin salir de casa si tienes más de 50 años
- 0.3 Ni correr ni andar: el mejor ejercicio para mujeres de más de 40 que quieran mejorar el equilibrio
- 1 Este es el ejercicio que las rodillas agradecen a partir de los 50 años
- 2 ¿Cómo cambian las rodillas a partir de los 50 años?
- 3 Consejos para cuidar las rodillas
A los 50 años, es común que las rodillas empiecen a molestar más de lo normal. Ya no es lo mismo una caminata larga ni salir a trotar. Y en el caso de subir escaleras… mucho menos.
Pero eso no quiere decir que haya que quedarse en el sofá a esperar que se atrofien los músculos. Todo lo contrario. Lo que hay que hacer es ejercicio, pero no cualquiera vale, pues tiene que ser uno que cuide y respete el espacio y el peso del cuerpo.
Este es el ejercicio que las rodillas agradecen a partir de los 50 años
El mejor ejercicio es hacer elíptica. Esta es una máquina que siempre está en los gimnasios. Sea grande o pequeño, es un clásico que nunca falta.
El tema es que, si bien algunos la consideran suave y poco exigente, la realidad es que ofrece un trabajo muy completo. Protege las articulaciones porque no hay impacto. No se da el golpe seco que sí aparece al correr o al hacer sentadillas mal ejecutadas. En la elíptica, los pies nunca despegan del pedal, el movimiento es continuo y fluido.
Además de evitar daños, fortalece, ya que los músculos que rodean la rodilla (cuádriceps, gemelos, isquios) se activan con cada paso. Eso estabiliza la articulación y reduce el riesgo de lesiones futuras. La elíptica mejora la movilidad, algo que se vuelve más necesario con cada año que pasa.
Cualquiera puede subirse, regular la intensidad y empezar a moverse. 10 o 15 minutos al principio, luego algo más. El progreso se nota sin que las rodillas sufran por el camino.
¿Cómo cambian las rodillas a partir de los 50 años?
Cumplir los 50 viene con cambios evidentes en el cuerpo, y uno de los más claros es el que afecta a las rodillas. El cartílago que recubre la articulación empieza a desgastarse.
El dolor aparece al caminar, al estar mucho rato sentado, o simplemente al levantarse por la mañana. A veces hay rigidez, otras veces una especie de chasquido incómodo. En muchos casos, es el inicio de una artrosis leve. En otros, se suman inflamaciones como la tendinitis o la bursitis.
Esto genera un círculo vicioso, duele, así que la persona evita moverse. Pero al dejar de hacerlo, los músculos se debilitan y el dolor aumenta. Por eso es tan importante mantenerse activo, con ejercicios bien elegidos, que no agraven el problema.
Consejos para cuidar las rodillas
Hay varios gestos que ayudan a proteger las rodillas en esta etapa. Lo primero es controlar el peso. Cada kilo de más multiplica la carga que soporta la articulación. Bajar cinco kilos puede marcar una diferencia enorme.
Por otro lado, conviene no pasar demasiado tiempo sentado. Permanecer horas en la misma postura, ya sea en el sofá o frente al ordenador, contribuye a que las articulaciones se entumezcan y los músculos pierdan fuerza. Levantarse cada cierto tiempo, estirar un poco las piernas o dar un pequeño paseo dentro de casa ayuda más de lo que parece.
Además, conviene prestar atención al calzado. Unas zapatillas con buena amortiguación pueden reducir el impacto diario más de lo que parece. Y si el dolor no desaparece, o empeora, lo más sensato es acudir a un fisioterapeuta. A veces, con una pequeña corrección en la forma de moverse, el dolor desaparece.