A medida que pasan los años, el cuerpo cambia de forma silenciosa, pero constante. En las mujeres, estos cambios no se limitan a las arrugas o las canas. Alrededor de los 50 años, con la llegada de la menopausia, empieza un proceso que va mucho más allá de lo estético.
La bajada de estrógenos, la pérdida progresiva de masa muscular y densidad ósea, y un sistema nervioso más lento terminan afectando algo tan básico como el equilibrio. Y ahí es donde empieza el problema, pues esto no sólo afecta la movilidad diaria, sino que aumenta el riesgo de caídas.
Lo bueno es que no hay que resignarse a esa pérdida, pues hay un ejercicio que un experto considera esencial para las mujeres de 50 años que quieren mejorar el equilibrio.
El ejercicio que recomienda un entrenador profesional a las mujeres de 50 años para mejorar el equilibrio
Damien Joyner, entrenador certificado por ACE y fundador de Incremental Fitness en San Diego, asegura que, a partir de los 50 años, el ejercicio se vuelve una parte crucial de la vida de la mujer. En este caso, no hace falta levantar pesas ni salir a caminar por el parque, pues para el equilibrio, el mejor ejercicio, según Joyner, es el yoga.
El yoga mejora el equilibrio porque fortalece el core y activa músculos que normalmente no se entrenan, como los de los tobillos, pies y piernas. Las posturas se hacen de forma lenta y consciente, lo que entrena al cuerpo a mantener el eje y reaccionar con precisión ante cualquier pérdida de estabilidad.
Por otra parte, este ejercicio también es uno de los mejores aliados contra el estrés. Al trabajar la respiración lenta y consciente, el cuerpo se relaja y el sistema nervioso se desactiva poco a poco. Las tensiones físicas también ceden. Por ello, muchas mujeres notan que duermen mejor y afrontan el día con otra cabeza, más ligeras.
Cómo empezar con este ejercicio a los 50 años de edad
Estilos suaves como el yoga en silla son especialmente útiles para quienes comienzan o tienen alguna limitación física. Esta modalidad permite realizar las posturas con el apoyo de una silla, reduciendo el impacto en las articulaciones y facilitando el trabajo de flexibilidad y estabilidad.
El Hatha yoga es otra excelente opción. Se practica a un ritmo tranquilo y enfocado en la respiración y la correcta alineación del cuerpo. Esto lo hace ideal para mujeres que buscan mantener su estado físico mientras conectan con su bienestar mental. Para quienes priorizan la relajación profunda, el yoga restaurativo y el Yin yoga ofrecen posturas pasivas y prolongadas con soporte de cojines y mantas, lo que ayuda a soltar tensiones, mejorar la circulación y calmar la mente.
También vale la pena considerar el Iyengar yoga, que se enfoca en la precisión de cada postura usando apoyos, y el Vinyasa suave, que introduce movimiento fluido sin dejar de ser accesible para principiantes.
Empezar con unas clases cortas, de 30 a 40 minutos, puede ser más que suficiente. La clave está en la regularidad: dos o tres veces por semana bastan para empezar a notar cambios.
